El
lugar de Modamio, que dista treinta y tres kilómetros de El Burgo de Osma
y noventa de Soria, perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Gormaz
y, por ello, gozó de los fueros y privilegios concedidos por el conde de
Castilla Fernán González a las Tres Casas de la Olmeda, mancomunidad
integrada por la ciudad de Osma, las villas de San Esteban y Gormaz, así
como los lugares de cada una de sus jurisdicciones.
Geológicamente, como ha escrito Blasco Jiménez, el terreno es un tanto
silíciceo, menos en el cerro que lleva el nombre del lugar, que
corresponde al jurásico apoyado en triásico y recubierto por el cretácico.
Tiene una fuente de dos caños, para abastecimiento del vecindario, que en
1752, lo formaban veinticinco vecinos y medio. Su parroquial, dedicada a
la Natividad de Nuestra Señora y edificada sobre la base de un edificio
románico, estaba incluida, en el siglo XVIII, al arciprestazgo de Gormaz.
Pero vayamos al tema. En el capítulo de sus hijos ilustres cabe citar a
Agapito Alpanseque y Blanco autor, entre otras composiciones, de la
Vida y Milagros de San Pedro de Osma en romance,(Aranda de Duero,
1917)
Don
Miguel Paredes de Hita, clérigo de órdenes menores, natural de la villa de
Barca, doctor en Sagrada Teología, catedrático de Filosofía Moral en la
Real Universidad de Santa Catalina, de Osma, era, en 1788, capellán de la
capellanía que, en la insigne iglesia colegial de la villa de Berlanga de
Duero, había fundado doña Baltasara de la Torre.
La
fundadora, para dotación de la capellanía y para levantar las cargas
inherentes a la misma, había dejado, en Modamio, diferentes tierras de
pan llevar y otros bienes raíces, que hacía mucho tiempo no se habían
apeado, amojonado ni deslindado. Por ello, como nos informan las Actas
de sesiones de las Tres Casas de la Olmeda, se hallaban éstas y sus
límites devorados y confusos, de modo que no se sabe con la claridad
debida lo que legítimamente corresponde a dicha capellanía de lo que se
puede seguir... graves perjuicios.
Para evitar estos problemas el capellán solicitó a don Mateo Esteban,
alcalde mayor de la villa de Gormaz por los marqueses de Camarasa y condes
de Castro y de Rivadavia, ordenara proceder al apeo fijándose edictos en
el rollo de la Plaza Mayor de esa villa y en la puerta de la Casa de
Concejo de Modamio. En el edicto se mandaba que, dentro de nueve días,
los interesados en los lindes de los bienes que se intenta apear, en común
o particular, nombren apeadores por su parte.
En
el término señalado en el edicto, que en Gormaz se puso el 22 de
septiembre de 1788 y en Modamio ocho días después, no se presentaron
apeadores. Esta situación se comunicó a Paredes de Hita ordenándole
nombrara una persona que, junto con don Manuel de Espeja y don Juan de
Mingo, azadonero, vecinos de Modamio, procedieran a la fijación de
límites. El catedrático nombró a don Domingo Bañuelos, también vecino del
lugar, sujeto anciano y labrados inteligente en las cosas del campo,
y manifestó estar pronto a exhibir los documentos que justificaban la
propiedad de los bienes de la capellanía.
El
13 de octubre de 1788 los apeadores aceptaron el encargo comprometiéndose
a hacer bien y fielmente el apeo. El día siguiente, en Modamio, don
Manuel Íñigo, regidor decano y teniente de alcalde mayor de Gormaz, por
indisposición de don Mateo Esteban, inició el deslinde de las tierras, que
se hallaban en los siguientes parajes: 1) En los Blanquizales del Camino
de Modamio, 2 medias. 2) En el Barranco del Peujar del Partón, 4 medias.
3) En el mismo sitio, 2 medias. 4) En el Hondo del Llano, 2 medias. 5) En
los Pendoncillos, 9 celemines. 6) En la Pradecilla, 3 medias. 7) En la
Nava, 3 medias. 8) En Corral del Lomo, 5 medias. 9) En Valdeuznar, 2
medias. 10) En Corejuelas, 2 medias. 11) En Cerrada del Solado, 2 medias.
12) Un huerto en la Fuente Común, que antes fue prado, 9 celemines. 13)
Otro y 28 medias y 3 celemines, etc.
Pasados varios años, por lo que se refiere a don Miguel Paredes de Hita,
éste llegó a ser, en 1822, vicecanciller de la Real Universidad de Osma,
por don Juan de Cavia y González, obispo de Osma (1815-1831). También
ocupó, en ese año y en el siguiente, el cargo de vicerrector y en 1830
figura como rector del centro universitario que había fundado, el 5 de
agosto de 1550 por bula del Papa Julio III, Pedro Álvarez de Acosta,
obispo de Osma (1539-1563). Pero esto es harina de otro costal.
©
José Vicente Frías Balsa
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