La iglesia de San Bartolomé se ha ido deteriorando con el paso
de los años, como la mayoría de las casas -algunas de ellas casonas- que
fueron abandonadas y esperan, pétreas, a ser rehabilitadas por los
antiguos propietarios, o que éstos decidan su paso a otras manos.
Del templo, dice la Enciclopedia del Románico que es de
primitivo románico con sencilla portada de arco y dos sencillas
arquivoltas lisas y de medio punto, apoyando en jambas escalonadas
coronadas por una imposta abiselada al estilo de la portada de
Castillejo de San Pedro. De nave única dividida en tres tramos,
presbiterio cuadrado y ábside poligonal. Se hizo una importante reforma
de la fábrica durante los siglos XVII y XVIII.
Concretamente del 2 de septiembre de 1612 se conserva una
escritura de contrato entre Bartolomé Casas, mayordomo de la Iglesia, y
de Juan Delgado, vecino de Rabanera, para dorar y pintar dos retablos
por 750 reales (caja 2601). Lo que viene a decir que a principio del
siglo XVII se haría la reforma de la fábrica y posterior dorado y
pintura de los retablos.
Se conservan otros documentos en el Archivo Histórico
Provincial de Soria de ese siglo. Sobre la fundición de las primeras
campanas, se sabe que se hizo en el año 1617 por Gonzalo de la Texera,
campanero, vecino de Guemes, aldea del corregimiento de Laredo. En 1903
se fundieron las nuevas, las que ahora se encuentran a buen recaudo, así
como la pila bautismal. Referente a la Cofradía de Nuestra Señora del
Rosario, con sede en la Iglesia de San Bartolomé, hay censos a su favor,
mandas testamentarias, y hasta la venta de una casa en Sarnago con cuyo
producto se debía alumbrar a la Virgen del Rosario. Debía haber otra
imagen en su interior llamada la Virgen de la Antigua, de la que se
encuentra alguna referencia en testamentos, y que se supone haya
desaparecido.
En los libros Sacramentales, custodiados en el Archivo
Diocesano, quedan reflejados los bautizos, matrimonios y fallecimientos
acaecidos en la Iglesia de San Bartolomé y el lugar donde se practicaron
las inhumaciones.
Los apuntes anteriores forman parte de la historia de ese
edificio hoy en ruinas y de todas las generaciones que vivieron en ese
pueblo de la Alcarama al menos durante más de cuatrocientos años. Los
sarnagueses quieren rehabilitarlo sin reparar en esfuerzos. Por eso,
comentario aparte merece la presentación que durante la Semana Cultural
se hizo de la futura restauración de la Iglesia, una vez ésta haya sido
cedida por el Obispado de Osma al pueblo de Sarnago. Corrió a cargo de
un descendiente de sarnagueses, concretamente del nieto de la señora
Martina, Alberto Romero Domínguez.
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