Ha sido precisamente este año, cuando se cumplían cuarenta de la
constitución de la Asociación de Amigos de Sarnago, cuando no ha sido
posible disfrutar de ese espectáculo intimista y a la vez universal
(gracias a la capacidad de los sarnagueses para enseñar al mundo sus
tradiciones), como son las Móndidas y el Mozo del Ramo. Esa tradición
singular que en más de una ocasión hemos comparado con las procesiones
de la Sicilia interior filmadas por Coppola. Esas fiestas significan más
que la misa, procesión, cuarteras, etc. Significan el encuentro entre
sarnagueses, las comidas comunitarias, el relatar cómo y qué ha sido el
año transcurrido, la comunión, en definitiva, como participación en lo
común.
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Las Móndidas con el autobús de la despoblación
En el 40 aniversario de la fundación de la asociación, hemos puesto
en valor nuestra fiesta más representativa. Hemos recibido la visita
del Autobús de la Despoblación, de políticos nacionales,
provinciales y locales que nos han demostrado su apoyo a la
recuperación del pueblo y sus tradiciones. Hoy hace 40 años, dentro
del edificio de la iglesia, se celebró la asamblea constituyente,
hoy la reunión a los pies de la hundida espadaña.
Sarnago, 24 de agosto de 2020
Pero ¿han estado los sarnagueses aletargados esperando que ese
indeseable visitante se destruya? No. Como diría un pedante que no sabe
muy bien lo que dice o quiere decir, no está en el ADN de los
sarnagueses la inactividad. Todo lo contrario. Ellos, los sarnagueses,
llevan años comportándose como un circuito que se retroalimenta. Ni una
medida de la energía se pierde.
Mascarilla al rostro, distancia solamente física, y manos a la obra. Con
el paso de los años, los sarnagueses fueron adaptándose a las
necesidades que se iban presentando. Agua, luz, accesos y ahora, acorde
con los tiempos, instalación de Internet con acceso mediante Wifi. Este
año marcado por el virus, con más precauciones de lo habitual, ha habido
hacenderas como todos los veranos, limpieza de calles, retirada de
piedras del templo cuya cesión al pueblo parece no llegar nunca, y
colocación de tubos previa apertura de zanjas para llevar a cabo otra
obra básica y necesaria: conducción de las aguas fecales hacia una fosa
séptica.
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Mirando al castillo, viejo y enterrado castro de pelendones, han
habilitado un espacio para parking de autocaravanas. La de pensamientos
que irán, tropezarán con los restos de antiquísimos habitantes y
volverán henchidos de paz; un lugar ideal para el descanso de verdad,
sólo interrumpido por algún mugido de las vacas que pastan cerca. Y qué
decir de los atardeceres que desde ese lugar se contemplan y que ya se
encargaron los sarnagueses de plasmar en un cartel que mira al ocaso.
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Mezclando necesidad con cultura (que también lo es), se ha ocupado de
organizar una ruta literaria por Sarnago, que recoge el sentir de
escritores que se han inspirado por estos rincones, con textos de Julio
Llamazares, Avelino Hernández, Abel Hernández, Fermín Herrero e Isabel
Goig, una iniciativa que se irá ampliando.
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No ha sido posible la presentación de la revista número 13, convertida
en referente cultural de la zona, por motivos ya anunciados. Una
preciosa foto de portada, de Marcos Carrascosa, abre una ventana al
castro que domina al pueblo. Noventa páginas, más portada y
contraportada, dan cabida a artículos, opiniones y reportajes y que más
adelante tendremos ocasión de comentar ampliamente. Pero los sarnagueses
han preparado un vídeo donde se dan unas pinceladas sobre esta
interesante publicación.
soria-goig.com