Viajar por tierras del Duero
es una felicidad para los ojos. El agua alimenta, riega y crea vida.
Íbamos a Ines donde Carlos Aranda presentaba uno de sus poemarios. Desde
San Esteban de Gormaz tomamos la carretera SO-P-4216, que forma como una
pera, del rabillo sale San Esteban y a San Esteban vuelve después de
habernos conducido por Olmillos, Ines, Quintanas Rubias de Abajo, de
Arriba y, dando la vuelta, Morcuera, Atauta. Tierra de vino, de bodegas
excavadas en las laderas de los montes, de cultivo de fresas en
Olmillos, de Cultura y vino en Ines, de ermitas y de restos
arqueológicos.
Quintanas Rubias de Abajo fue
del señorío de la marquesa de Villena, como recoge el catastro del
marqués de la Ensenada, a quien le pagaban los impuestos de martiniega y
alcabalas. En el pueblo se conservan todavía bodegas excavadas, algunas
en muy mal estado, y algunos palomares. Las casas están edificadas con
piedra caliza muy porosa, pero las jambas y dinteles son de una sola
pieza.
La iglesia, dedicada a San Juan Bautista. Sufre, como todos los
pueblos de la provincia de Soria, la despoblación, pues a día de hoy,
sólo se censan ocho habitantes. En un alto apenas separado de las
últimas casas, se asienta la ermita de la Virgen de los Mil carros. De
ella, el padre Janáriz, en su estudio sobre las ermitas de la Diócesis
de Osma (sin publicar), escribe:
La imagen es de
vestir, sostiene al Niño en la mano izquierda y un ramo de flores en
la derecha. Mide un metro
de altura. Posee preciosos vestidos. La ermita dista del pueblo
medio kilómetro; es de sólida construcción; tiene 20 metros de larga
por 7 de ancha y 7 de alta. Es sencilla careciendo de mérito
artístico. La devoción que se le profesa es grande: Se la invoca en
los peligros y necesidades obteniéndose frecuentemente su favor.
Cuenta la tradición que se apareció la Virgen donde actualmente está
la ermita. Los de Ines, por ser de su pueblo la persona a quien se
apareció la Virgen, se juzgaron con derecho a Ella y la quisieron
llevar a su pueblo. La pusieron en andas, mas al querer ponerse en
marcha para ir a Ines, no pudieron dar un paso. Al ver esto, propuso
uno: traigamos un carro y coloquemos en él las andas con la Virgen.
Entonces salió una voz de la imagen que dijo: "No podréis llevarme
aunque traigáis mil carros". Desistieron de llevarla y desde
entonces la llamaron la Virgen de mil Carros.
Quintanas
Rubias de Arriba
Visita al Lagar y el Huerto-Poeta de Quintanas Rubias de Arriba
El pueblo-huerto del Poeta
A muy pocos kilómetros, está
la villa de Quintanas Rubias de Arriba, donde el rollo o picota indica
su condición de villa. El tiempo tampoco ha tratado muy bien a este
pueblo en cuanto a población se refiere, cuentan con 16 habitantes
censados. Perteneció al señorío de la Dignidad Episcopal de la ciudad de
Osma. Su iglesia, advocada a San Andrés, alberga en su interior un
magnífico retablo de final del siglo XVI, encargado por el obispo de
Osma, Pedro de Rojas. A San Andrés le dedican fiestas durante tres días
Dice Blas Taracena, en su
carta arqueológica, que en 1934 se descubrió una obra romana de época
imperial, construida para recoger las aguas subterráneas, de 28 metros
de largo. Se trataría, tal vez, de llevar el agua a Tiermes, pero
debieron ver dificultades y se utilizó para riego. Poco tiempo después,
se pidió ayuda desde el Ayuntamiento a Gregorio Arranz, diputado en
Madrid, para hacer catas en el sitio llamado Barranco, donde ya se había
hecho una cata y había agua. Enviaron un geólogo y les concedieron 7.500
pesetas para la exploración, pero era poca cantidad y el sacrificio del
pueblo enorme, pues debían trabajar los vecinos en la obra. Vio el
proyecto Artigas Arpón y acudió a Quintanas el ingeniero de Minas Emilio
Corupedo, ampliando la subvención a 10.500 pesetas. Le quedaron muy
agradecidos y por eso votaron, en 1936, a Artigas Arpón. Estos hechos
causaron muchos problemas a los vecinos que votaron a favor de Artigas
Arpón, siendo investigados, acusados y multados. Algo parecido sucedió
en el vecino pueblo de Vildé.
Lo más destacado de esta
villa, además de la picota y el retablo mayor, es el entorno de la
población, que nos enseñó Rosario Fresno y que esperamos ampliar en
breve. Nogales y almendros pueden verse desde la fuente del lavadero,
cuya agua llega desde el acueducto romano. Bellísimo ese paraje de agua
y vegetación.
Pero aún hay otro magnífico, el entorno de la ermita de la
Magdalena y la fuente de la Ermita o de Allá. De esta ermita, de
sencilla construcción pero muy bien restaurada, dice Gonzalo Martínez
Díez, en su publicación sobre las Comunidades de Villa y Tierra, que
podría ser la iglesia del despoblado llamado Framagar: “Este despoblado,
según Loperráez, se hallaba en Quintanas Rubias de Arriba; su ermita se
ha conservado como ermita de la Magdalena (…) aunque el nombre de
Framagar se ha olvidado en el lugar donde se ha hallado el monasterio y
los restos de edificios junto a una fuente”. En este entorno, Alfonso
Fresno tiene previsto ubicar “El huerto de los poetas”, un espacio
dedicado a poetas y escritores, con textos de ellos.
Las dos Quintanas, durante el
siglo XVIII (Catastro de la Ensenada) eran propietarios de colmenas, 115
y 29 hornos en la de Abajo, y 52 en la de Arriba. En las dos poblaciones
trabajaban sendos telares de paños ordinarios. El número de habitantes
era similar, 44 y medio (una viuda), en la de Abajo y 41 en la de
Arriba. La economía, como en casi toda la provincia, se limitaba a la
agricultura y la ganadería. En Quintanas Rubias de Abajo eran
propietarios de 1555 cabezas de ganado lanar y 673 de cabrío, y en la de
Arriba 1018 de lanar y 74 de cabrío. En la villa tenían un cirujano y un
espacio destinado a taberna, mesón y panadería.
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2020