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Lo que empezara siendo unas jornadas de
la matanza en el Virrey Palafox, de El Burgo de Osma, se han ido
convirtiendo con los años en santo y seña de la Villa Episcopal. Al
yantar del principio, pensado para degustar todas las formas y maneras
posibles del chancho, tan popular en todo el mundo rural, se han ido
añadiendo actividades que hace del rito de la matanza una fiesta
prolongada durante meses.
 
Ya no se acude a la Villa sólo a comer
unos platillos cada vez más sofisticados sin que por ello pierdan nada
de sus primitivos sabores. Ahora, cada día del fin de semana del
invierno y parte de la primavera, se recrea la matanza del animal y todo
lo que ello conlleva, con acompañamiento de grupos musicales sorianos.
Se visita el gran museo del cerdo, unas salas dedicadas a todo lo
relacionado con este animal, donde han ido recuperando libros, pinturas
y esculturas de muchos países donde el cochino es tan querido como en
Soria, gracias a las proteínas que proporciona y a la excelencia de su
carne. Se recrean viejas costumbres, como las carreras de estos animales
por las calles de El Burgo, o por otras localidades cercanas, incluso la
propia capital, con armatostes fabricados a modo de los cerdos
auténticos y precedidos por un a modo de cofradía que, si a día de hoy
no está constituida todavía, lo estará.
 
Este año, el día 24 de marzo, y dentro de
la programación cultural “+Q COCHINOS”, en el marco de las 39 Jornadas
de la Matanza, se celebró el II Torneo del Virrey, organizado por
Armando García González, miembro de la familia Virrey, con la
colaboración de la Asociación de Esgrima Antigua de Soria y de la
Asociación Rioja Medieval. Indispensable fue la colaboración de los
vecinos, unos cincuenta participantes, quienes, atrezzados a la usanza
de los siglos XI, XII y XIII, dieron vida a obispos, médicos, nobles,
frailes, guerreros y truhanes, llenando de colorido las calles de El
Burgo de Osma, y recreando justas en los jardines del Palacio del
Virrey.
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