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Otras enfermedades
Las pulmonías siguen en importancia. Son cuarenta y
ocho los pueblos que las padecen: Alcozar, Aldealices, Aldealpozo,
Almazán, Almazul, Arévalo, Arguijo, Ausejo, Azapiedra (en la actualidad
despoblado), Barriomartín, Cantalucia, Castilfrío, Covarrubias, Diustes,
Fuensaúco, Fuentecantales, Fuentecantos, Fuentelmonge, Fuentes de San
Pedro, Galapagares, Garray, Golmayo, Ituero, Judes, La Cueva de Ágreda,
La Milana, La Miñosa, La Póveda, La Ventosa (Quintana R.), Ledrado
(deshabitado), Maján, Miño de San Esteban, Moñux, Morcuera, Nolay,
Noviercas, Oncala, Paredesroyas, Salduero, San Andrés, San Pedro
Manrique, Santa Cecilia, Taniñe, Torrearévalo, Utrilla, Valdelubiel,
Vinuesa, Vizmanos. Como “pulmonía agudísima”, aparece la enfermedad en
Alcubilla de las Peñas.
Los reumas seguirían, en cuanto al número de
pueblos que la confiesan, 38: Alentisque, Algondrón (deshabitado),
Almántiga, Almarza, Almenar, Arenillas, Benamira, Borchicayada, Borobia,
Cantalucia, Casillas, Centenera del Campo, Ciadueña, Cobertelada,
Conquezuela, Cubillos, Chércoles, Diustes, Esteras del Ducado,
Fuencaliente del Burgo, Iruecha, La Alameda, La Cueva de Ágreda, La
Milana, La Ventosa (Quintana R.), Matasejún, Mazalvete, Moñux,
Navavellida, Nolay, Ontalvilla de Almazán, Sahuquillo del Campo,
Salduero, San Esteban de Gormaz, Santa Cecilia, Santa María de Huerta,
Suellacabras, Vizmanos
Los dolores de costado se encuentran en 26 pueblos:
Acrijos (deshabitado), Ciruela, Cortos, Fuensaúco, Fuentecambrón,
Fuentecantos, Fuentelmonge, Fuentestrún, Garray, Huérteles, Judes, La
Cueva de Ágreda, Ledesma, Ledrado (deshabitado), Maján, Matasejún,
Muñecas, Navapalos (deshabitado), Pozalmuro, San Pedro Manrique,
Talveila, Torremocha, Utrilla, Vea (deshabitado), Vinuesa, y Vizmanos.
A poca distancia, 22 pueblos sufren catarros:
Arancón, Azapiedra (deshabitado), Barriomartín, Beratón, Covarrubias,
Diustes, Estepa de Tera (deshabitado), Gormaz, Huérteles, La Cueva de
Ágreda, La Perera (ver), Lodares del Monte, Lodares del Burgo,
Martialay, Paredesroyas, San Andrés, Santa Cecilia, Suellacabras,
Talveila, Taniñe, Torrearévalo, Verguizas. Como “catarros
inflamatorios”, se daban en Arguijo y La Póveda, lugares de alta
montaña, al pie de Cameros, y con abundante vegetación. Y como “catarros
de mala especie”, aparecen en Ledesma. Resfriados muy malignos en. Y
como constipados en Bretún.
Agudas denominan los informantes de Pascual Madoz a
unas enfermedades de las que no se dan los síntomas, y que las padecen
en siete lugares: Borobia, Cabrejas del Pinar, La Mallona, Losana,
Matute de la Sierra, Valdemoro (deshabitado), y Yanguas.
Fiebres catarrales en otras siete localidades:
Abanco, Barcones, Barrio de los Santos (barrio de la Póveda
deshabitado), Fuensaúco, Fuentecantales, Lubia, Mezquetillas, y
Morcuera.
Fiebres gástricas en siete pueblos: Berlanga de
Duero, Bordejé, Candilichera, Carazuelo, Duruelo, Morcuera, Ojuel.
Pleuresías en seis: Arguijo, Beratón, Buimanco,
Casillas, La Póveda y Noviercas. Aquí se observa que, a excepción de
Casillas, los demás pueblos se encuentran a más altitud de la media.
Fiebres inflamatorias en Bayubas de Arriba,
Chércoles, Quiñonería, y San Andrés de San Pedro
Hidropesía en Castillejo de Robledo,
Fuentecantales, Fuentelmonge, y Vinuesa.
Parálisis, en Noviercas y Buimanco.
Inflamatorias en Monteagudo y La Alameda.
Carbunclo, en Velilla de San Esteban y Arguijo.
Tisis, en Pozalmuro y Mazaterón, este último sobre
todo las mujeres.
Dolores de estómago, Castillejo de Robledo y
Navaleno.
Afecciones del pecho, Duruelo y Vinuesa.
Tabardillo, Casillas y Ciruela.
Fiebres estacionales, Centenera de Andaluz y
Fuentes de Ágreda.
Flegmasías pectorales, Almarza.
Espasmos, Carabantes.
Gota, Ciria, único lugar donde también se refiere
asma.
Erisipela, Cubillos.
Calenturas pútridas, Covaleda.
Escrófula, Duruelo.
Hinchazones y apoplejías, en Canos.
Gastroenteritis, Canredondo.
Inflamación de la sangre, Castejón del Campo.
Calenturas tifoideas: 1 (Carabantes)
Fluxiones: 1 (San Asenjo)
Fluxiones a los ojos: 1 (Mazalvete)
Fluxiones de muelas: 1 (Navaleno)
Pústulas malignas: 1 (Velilla de San Esteban)
Erupciones cutáneas: 1 (Las Fraguas)
Irritaciones nerviosas: 1 (Monteagudo)
Rosa: 1 (Almarza)
Soria, capital
Primavera: las estacionales, catarros bronquiales,
algunas pulmonías y anginas. Verano: gastro-entero-encefalitis. Otoño:
intermitentes. Invierno: intermitentes y romadizos.
La enfermedad de Arañón, en Soria (1873)
El doctor Elisardo Pardos Bauluz, publicó en
Celtiberia un trabajo sobre la enfermedad de Arañón, que debe su nombre
al pueblo del mismo nombre, sito en la provincia de Guadalajara. Por el
año 1872 y hasta 1876, tuvo lugar una enfermedad –que se dio por primera
vez en Arañón aunque luego se extendería por otros pueblos- que dejaba a
los afectados parapléjicos. El seis por ciento de la población de Arañón
se vio afectada por ella. El cuadro clínico era “dolores vagos,
ambulantes, en los miembros, y luego aparecía el característico dolor en
la región lumbar, dolor intenso gravativo, el temblor, el hormigueo, los
calambres y debilidad, con parexia vesical y rectal (transitoria), e
hiperestesia, tan marcada, que la simple picadura de una pulga les
causaba un fuerte malestar que exageraba el temblor y el hormigueo; al
andar experimentaban en la planta de los pies una sensación dolorosa,
como si pisaran sobre guijarros puntiagudos”. Los afectados eran, casito
todos, individuos pobres, jornaleros del campo.
En la provincia de Soria se observaron casos
estudiados por el médico de Morón de Almazán, Celestino Lázaro y
Adradas. Al parecer, fue un foco independiente. En 1872 observó
dieciocho casos en el partido de Cubo de la Solana, “constituido por
ocho pueblos asentados en terreno llano y enjuto, a la orilla del
Duero”. Los pueblos eran Almenar, Gómara, Tejado, Alparrache, Tardajos,
Ituero, Cubo de la Solana y Nomparedes. Algunos no eran recientes y se
habían hecho crónicos. De los dieciocho casos, la mayoría, quince, eran
varones jóvenes, menores de diez años quince de ellos.
Tanto los casos de Soria como los de Guadalajara
ocuparon tiempo en los especialistas, espacio en las revistas de
Medicina, diagnósticos más o menos acertados y, en especial, polémicas.
En la actualidad, el doctor Pardos Bauluz, interpreta este fenómeno como
de apariencia epidémica “pero en realidad endémico, temporalmente
exacerbado, que se manifestó en varias localidades de las provincias de
Soria y Guadalajara, debe considerarse no como una infección sino como
una intoxicación alimentaria”. El latirismo “enfermedad producida por la
ingestión de ciertas semillas de especies pertenecientes a las
leguminosas entre las que figuran preferentemente en España las llamadas
guijas o almortas, se manifiesta por un síndrome de paraplejia
espasmódica, con trastornos de irritación sensitiva en los miembros
inferiores”.
El doctor Pardos acaba su trabajo con el
tratamiento, que sería poco eficaz o de acción nula. “Consiste en la
administración de extractos hepáticos, vitamina B1 y B12 y E., yoduro
sódico y preparados corsónicos. La radioterapia sobre la médula puede
ser beneficiosa, pero las secuelas definitivas que produce, crean los
inválidos que en la actualidad todavía hemos visto”.
La utilización de las sanguijuelas
Durante siglos fue creencia que la mayor parte de las enfermedades
padecidas tenían su origen en la abundancia de sangre, por lo que se
practicaban las sangrías. Esta técnica estaba relacionada con la teoría
de Galeno (siglo II), quien concebía la salud como un discurrir
armonioso de los fluidos y humores internos.
Una de las formas de practicarlas más limpia era la aplicación de
sanguijuelas sobre la piel, en la que previamente se habían practicado
unas incisiones. Esta operación en el pueblo llano, corría a cargo del
barbero-cirujano.
Para facilitar la cicatrización de la vena, se cubría luego la herida
con un polvo, cuya fórmula el barbero no daba nunca a conocer. Una de
ellas estaba compuesta por sangre humana desecada, piel de liebre o
conejo, cuerno de ciervo quemado y polvo de estiércol de mulo negro.
En un libro editado en 1925 titulado “El Valle de Mena y sus pueblos”
recoge el autor, a su vez de Ángel Nuño García, párroco que fue de
Villasana de Mena: “Era costumbre sacar a remate la provisión de
sanguijuelas por tres años, y en el de 1843 se obligaba al rematante a
tener 500 sanguijuelas, por lo menos, en los meses del año, y tenía que
pagar la multa de 10 ducados, si las compraba malas. La docena había de
costar seis reales para los vecinos de Mena con receta de médico, y el
rematante, al terminar el compromiso, tenía que entregar al Ayuntamiento
3.000 sanguijuelas “útiles para su pronto uso”, y las demás tenía que
echarlas al pozo del “arrate de Villanueva”.
En la laguna de Conquezuela abundaban, aunque ya en el siglo pasado
mermaron por la extracción que de ellas hacían los franceses para su
nación.
En muchos lugares, los barberos, a cambio de la exclusividad en el
negocio de las sanguijuelas, debían estar disponibles para los señores
de la villa o la ciudad, o los habitantes del castillo o palacio, dos
veces a la semana para cortarles el pelo, afeitarles y sacarles las
muelas, todo ello gratis.
Definiciones
Apoplexía: “El pasmo o estupor de los nervios en
todo el cuerpo, con privación de sentidos y movimiento. Es voz Griega”.
Diccionario de Autoridades
Apoplejía.- “Suspensión más o menos completa, y por
lo general súbita, de algunas funciones cerebrales, debida a hemorragia,
obstrucción o comprensión de una arteria del cerebro”. D.R.A.E.
Carbunclo.- “El tumor o apostema, que se hace y
causa de estar la sangre sumamente quemada, gruesa y podrida, el cual
negrea en la superficie de la carne, y arde como si fuera lumbre, o un
carbón encendido”. D.A.
Carbunco.- “Enfermedad virulenta y contagiosa,
frecuente y mortífera en el ganado lanar, vacuno, cabrío y a veces en el
caballar. Es transmisible al hombre, en el que se denomina ántrax
maligno, y está causada por una bacteria específica”. D.R.A.E.
Cuartana.- “Calentura, casi siempre de origen
palúdico, que entra con frío, de cuatro en cuatro días”. D.R.A.E.
Erisipela.- “Inflamación microbiana de la dermis,
caracterizada por el color rojo y comúnmente acompañada de fiebre”.
D.R.A.E.
Escrófula: “Tumefacción fría de los ganglios
linfáticos, principalmente cervicales, por lo común acompañada de un
estado de debilidad general que predispone a las enfermedades
infecciosas y sobre todo la tuberculosis”.
Fiebre recurrente.- “Cada una de las enfermedades
producidas por algunas especies de espiroquetas inoculadas por piojos o
por garrapatas y que se caracterizan por accesos febriles seguidos de
apirexia”. D.R.A.E.
Flegmasías: “De flema. Uno de los humores que se
hallan en nuestro cuerpo cuya naturaleza es fría y húmeda. Criase
principalmente en el estómago y auméntase en el invierno, y con los
manjares fríos y húmedos, difíciles de cocer y pegajosos. (...) Sirven
también las narices, con los dos agujeros que tienen, para que no
solamente por la boca, sino también por ellas, se purgue la flema que se
cría en el celebro (sic)”. Diccionario de Autoridades.
Deriva la palabra flemón: “Tumor en las encías”
“Inflamación aguda del tejido celular en cualquier parte del cuerpo”.
D.R.A.E.
Fluxión: “Flujo de humor que corre a alguna parte
del cuerpo, dañándola y enfermándola”. D.A. “Acumulación patológica de
líquidos en el organismo”. “Constipado de nariz”. D.R.A.E.
Hidropesía: “Derrame o acumulación anormal de
líquido seroso”. D.R.A.E.
Perlesía: “Resolución o relaxación de los nervios,
en que pierden su vigor y se impide su movimiento y sensación”. D.A.
“Privación o disminución del movimiento de partes del cuerpo”.
“Debilidad muscular producida por la mucha edad o por otras causas, y
acompañada de temblor”. D.R.A.E.
Pústula: “Vejiga inflamatoria de la piel, que está
llena de pus”. D.R.A.E.
Romadizo: “Destemplanza de la cabeza, que ocasiona
fluxión de la reuma, especialmente por las narices. Dixose quasi
rheumadizo”. D.A. “Catarro de la membrana pituitaria”.
Rosa: “Mancha redonda, encarnada o de color de rosa
que suele salir en el cuerpo”. D.A. Igual definición en D.R.A.E.
Tabardillo: “Enfermedad peligrosa que consiste en
una fiebre maligna, que arroja al exterior unas manchas pequeñas como
picaduras de pulga y a veces granillos de diferentes colores como
morados, cetrinos. Covarrubias dice se llamó así del latino ‘tabes’, que
significa putrefacción, porque se pudre y corrompe la sangre”. D.A.
“Tifus”. D.R.A.E. Tifus: “Género de enfermedades infecciosas, graves,
con alta fiebre, delirio o postración, aparición de costras negras en la
boca y a veces presencia de manchas punteadas en la piel”. D.R.A.E.
Tisis: Ptisica: “Enfermedad causada por tener
alguna llaga en los pulmones o livianos, originada de humor acre y
corrosivo, que ha caído a ellos, y causa al paciente tos acompañada de
calentura lenta, que le va atenuando y confundiendo poco a poco”. D.A.
“Enfermedad en que hay consunción gradual y lenta, fiebre héctica y
ulceración en algún órgano”. “Tuberculosis pulmonar”. D.R.A.E.
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