Enfermedades de los sorianos en los siglos XVIII y XIX
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Otras enfermedades

Las pulmonías siguen en importancia. Son cuarenta y ocho los pueblos que las padecen: Alcozar, Aldealices, Aldealpozo, Almazán, Almazul, Arévalo, Arguijo, Ausejo, Azapiedra (en la actualidad despoblado), Barriomartín, Cantalucia, Castilfrío, Covarrubias, Diustes, Fuensaúco, Fuentecantales, Fuentecantos, Fuentelmonge, Fuentes de San Pedro, Galapagares, Garray, Golmayo, Ituero, Judes, La Cueva de Ágreda, La Milana, La Miñosa, La Póveda, La Ventosa (Quintana R.), Ledrado (deshabitado), Maján, Miño de San Esteban, Moñux, Morcuera, Nolay, Noviercas, Oncala, Paredesroyas, Salduero, San Andrés, San Pedro Manrique, Santa Cecilia, Taniñe, Torrearévalo, Utrilla, Valdelubiel, Vinuesa, Vizmanos. Como “pulmonía agudísima”, aparece la enfermedad en Alcubilla de las Peñas.

Los reumas seguirían, en cuanto al número de pueblos que la confiesan, 38:  Alentisque, Algondrón (deshabitado), Almántiga, Almarza, Almenar, Arenillas, Benamira, Borchicayada, Borobia, Cantalucia, Casillas, Centenera del Campo, Ciadueña, Cobertelada, Conquezuela, Cubillos, Chércoles, Diustes, Esteras del Ducado, Fuencaliente del Burgo, Iruecha, La Alameda, La Cueva de Ágreda, La Milana, La Ventosa (Quintana R.), Matasejún, Mazalvete, Moñux, Navavellida, Nolay, Ontalvilla de Almazán, Sahuquillo del Campo, Salduero, San Esteban de Gormaz, Santa Cecilia, Santa María de Huerta, Suellacabras, Vizmanos

Los dolores de costado se encuentran en 26 pueblos: Acrijos (deshabitado), Ciruela, Cortos, Fuensaúco, Fuentecambrón, Fuentecantos, Fuentelmonge, Fuentestrún, Garray, Huérteles, Judes, La Cueva de Ágreda, Ledesma, Ledrado (deshabitado), Maján, Matasejún, Muñecas, Navapalos (deshabitado),  Pozalmuro, San Pedro Manrique, Talveila, Torremocha, Utrilla, Vea (deshabitado), Vinuesa, y Vizmanos.

A poca distancia, 22 pueblos sufren catarros: Arancón,  Azapiedra (deshabitado), Barriomartín, Beratón, Covarrubias, Diustes, Estepa de Tera (deshabitado), Gormaz, Huérteles, La Cueva de Ágreda, La Perera (ver), Lodares del Monte, Lodares del Burgo, Martialay, Paredesroyas, San Andrés, Santa Cecilia, Suellacabras, Talveila, Taniñe, Torrearévalo, Verguizas. Como “catarros inflamatorios”, se daban en Arguijo y La Póveda, lugares de alta montaña, al pie de Cameros, y con abundante vegetación. Y como “catarros de mala especie”, aparecen en Ledesma. Resfriados muy malignos en. Y como constipados en Bretún.

Agudas denominan los informantes de Pascual Madoz a unas enfermedades de las que no se dan los síntomas, y que las padecen en siete lugares: Borobia, Cabrejas del Pinar, La Mallona, Losana, Matute de la Sierra, Valdemoro (deshabitado), y Yanguas.

Fiebres catarrales en otras siete localidades: Abanco, Barcones, Barrio de los Santos (barrio de la Póveda deshabitado), Fuensaúco, Fuentecantales, Lubia, Mezquetillas, y Morcuera.

Fiebres gástricas en siete pueblos: Berlanga de Duero, Bordejé, Candilichera, Carazuelo, Duruelo, Morcuera, Ojuel.

Pleuresías en seis: Arguijo, Beratón, Buimanco, Casillas, La Póveda y Noviercas. Aquí se observa que, a excepción de Casillas, los demás pueblos se encuentran a más altitud de la media. 

Fiebres inflamatorias en Bayubas de Arriba, Chércoles, Quiñonería, y San Andrés de San Pedro

Hidropesía en Castillejo de Robledo, Fuentecantales, Fuentelmonge, y Vinuesa.

Parálisis, en Noviercas y Buimanco.

Inflamatorias en Monteagudo y La Alameda.

Carbunclo, en Velilla de San Esteban y Arguijo.

Tisis, en Pozalmuro y Mazaterón, este último sobre todo las mujeres.

Dolores de estómago, Castillejo de Robledo y Navaleno.

Afecciones del pecho, Duruelo y Vinuesa.

Tabardillo, Casillas y Ciruela.

Fiebres estacionales, Centenera de Andaluz y Fuentes de Ágreda.

Flegmasías pectorales, Almarza.

Espasmos, Carabantes.

Gota, Ciria, único lugar donde también se refiere asma.

Erisipela, Cubillos.

Calenturas pútridas, Covaleda.

Escrófula, Duruelo.

Hinchazones y apoplejías, en Canos.

Gastroenteritis, Canredondo.

Inflamación de la sangre, Castejón del Campo.

Calenturas tifoideas: 1 (Carabantes)

Fluxiones: 1 (San Asenjo)

Fluxiones a los ojos: 1 (Mazalvete)

Fluxiones de muelas: 1 (Navaleno)

Pústulas malignas: 1 (Velilla de San Esteban)

Erupciones cutáneas: 1 (Las Fraguas)

Irritaciones nerviosas: 1 (Monteagudo)

Rosa: 1 (Almarza)

Soria, capital

Primavera: las estacionales, catarros bronquiales, algunas pulmonías y anginas. Verano: gastro-entero-encefalitis. Otoño: intermitentes. Invierno: intermitentes y romadizos.

 

La enfermedad de Arañón, en Soria (1873)

El doctor Elisardo Pardos Bauluz, publicó en Celtiberia un trabajo sobre la enfermedad de Arañón, que debe su nombre al pueblo del mismo nombre, sito en la provincia de Guadalajara. Por el año 1872 y hasta 1876, tuvo lugar una enfermedad –que se dio por primera vez en Arañón aunque luego se extendería por otros pueblos- que dejaba a los afectados parapléjicos. El seis por ciento de la población de Arañón se vio afectada por ella. El cuadro clínico era “dolores vagos, ambulantes, en los miembros, y luego aparecía el característico dolor en la región lumbar, dolor intenso gravativo, el temblor, el hormigueo, los calambres y debilidad, con parexia vesical y rectal (transitoria), e hiperestesia, tan marcada, que la simple picadura de una pulga les causaba un fuerte malestar que exageraba el temblor y el hormigueo; al andar experimentaban en la planta de los pies una sensación dolorosa, como si pisaran sobre guijarros puntiagudos”. Los afectados eran, casito todos, individuos pobres, jornaleros del campo.

En la provincia de Soria se observaron casos estudiados por el médico de Morón de Almazán, Celestino Lázaro y Adradas. Al parecer, fue un foco independiente. En 1872 observó dieciocho casos en el partido de Cubo de la Solana, “constituido por ocho pueblos asentados en terreno llano y enjuto, a la orilla del Duero”. Los pueblos eran Almenar, Gómara, Tejado, Alparrache, Tardajos, Ituero, Cubo de la Solana y Nomparedes. Algunos no eran recientes y se habían hecho crónicos. De los dieciocho casos, la mayoría, quince, eran varones jóvenes, menores de diez años quince de ellos.

Tanto los casos de Soria como los de Guadalajara ocuparon tiempo en los especialistas, espacio en las revistas de Medicina, diagnósticos más o menos acertados y, en especial, polémicas. En la actualidad, el doctor Pardos Bauluz, interpreta este fenómeno como de apariencia epidémica “pero en realidad endémico, temporalmente exacerbado, que se manifestó en varias localidades de las provincias de Soria y Guadalajara, debe considerarse no como una infección sino como una intoxicación alimentaria”. El latirismo “enfermedad producida por la ingestión de ciertas semillas de especies pertenecientes a las leguminosas entre las que figuran preferentemente en España las llamadas guijas o almortas, se manifiesta por un síndrome de paraplejia espasmódica, con trastornos de irritación sensitiva en los miembros inferiores”.

El doctor Pardos acaba su trabajo con el tratamiento, que sería poco eficaz o de acción nula. “Consiste en la administración de extractos hepáticos, vitamina B1 y B12 y E., yoduro sódico y preparados corsónicos. La radioterapia sobre la médula puede ser beneficiosa, pero las secuelas definitivas que produce, crean los inválidos que en la actualidad todavía hemos visto”.

La utilización de las sanguijuelas

Durante siglos fue creencia que la mayor parte de las enfermedades padecidas tenían su origen en la abundancia de sangre, por lo que se practicaban las sangrías. Esta técnica estaba relacionada con la teoría de Galeno (siglo II), quien concebía la salud como un discurrir armonioso de los fluidos y humores internos.

Una de las formas de practicarlas más limpia era la aplicación de sanguijuelas sobre la piel, en la que previamente se habían practicado unas incisiones. Esta operación en el pueblo llano, corría a cargo del barbero-cirujano.

Para facilitar la cicatrización de la vena, se cubría luego la herida con un polvo, cuya fórmula el barbero no daba nunca a conocer. Una de ellas estaba compuesta por sangre humana desecada, piel de liebre o conejo, cuerno de ciervo quemado y polvo de estiércol de mulo negro.

En un libro editado en 1925 titulado “El Valle de Mena y sus pueblos” recoge el autor, a su vez de  Ángel Nuño García, párroco que fue de Villasana de Mena: “Era costumbre sacar a remate la provisión de sanguijuelas por tres años, y en el de 1843 se obligaba al rematante a tener 500 sanguijuelas, por lo menos, en los meses del año, y tenía que pagar la multa de 10 ducados, si las compraba malas. La docena había de costar seis reales para los vecinos de Mena con receta de médico, y el rematante, al terminar el compromiso, tenía que entregar al Ayuntamiento 3.000 sanguijuelas “útiles para su pronto uso”, y las demás tenía que echarlas al pozo del “arrate de Villanueva”.

En la laguna de Conquezuela abundaban, aunque ya en el siglo pasado mermaron por la extracción que de ellas hacían los franceses para su nación.

En muchos lugares, los barberos, a cambio de la exclusividad en el negocio de las sanguijuelas, debían estar disponibles para los señores de la villa o la ciudad, o los habitantes del castillo o palacio, dos veces a la semana para cortarles el pelo, afeitarles y sacarles las muelas, todo ello gratis.

 

Definiciones

Apoplexía: “El pasmo o estupor de los nervios en todo el cuerpo, con privación de sentidos y movimiento. Es voz Griega”. Diccionario de Autoridades

Apoplejía.- “Suspensión más o menos completa, y por lo general súbita, de algunas funciones cerebrales, debida a hemorragia, obstrucción o comprensión de una arteria del cerebro”. D.R.A.E.

Carbunclo.- “El tumor o apostema, que se hace y causa de estar la sangre sumamente quemada, gruesa y podrida, el cual negrea en la superficie de la carne, y arde como si fuera lumbre, o un carbón encendido”. D.A.

Carbunco.- “Enfermedad virulenta y contagiosa, frecuente y mortífera en el ganado lanar, vacuno, cabrío y a veces en el caballar. Es transmisible al hombre, en el que se denomina ántrax maligno, y está causada por una bacteria específica”. D.R.A.E.

Cuartana.- “Calentura, casi siempre de origen palúdico, que entra con frío, de cuatro en cuatro días”. D.R.A.E.

Erisipela.- “Inflamación microbiana de la dermis, caracterizada por el color rojo y comúnmente acompañada de fiebre”. D.R.A.E.

Escrófula: “Tumefacción fría de los ganglios linfáticos, principalmente cervicales, por lo común acompañada de un estado de debilidad general que predispone a las enfermedades infecciosas y sobre todo la tuberculosis”.

Fiebre recurrente.- “Cada una de las enfermedades producidas por algunas especies de espiroquetas inoculadas por piojos o por garrapatas y que se caracterizan por accesos febriles seguidos de apirexia”. D.R.A.E.

Flegmasías: “De flema. Uno de los humores que se hallan en nuestro cuerpo cuya naturaleza es fría y húmeda. Criase principalmente en el estómago y auméntase en el invierno, y con los manjares fríos y húmedos, difíciles de cocer y pegajosos. (...) Sirven también las narices, con los dos agujeros que tienen, para que no solamente por la boca, sino también por ellas, se purgue la flema que se cría en el celebro (sic)”. Diccionario de Autoridades.

Deriva la palabra flemón: “Tumor en las encías” “Inflamación aguda del tejido celular en cualquier parte del cuerpo”. D.R.A.E.

Fluxión: “Flujo de humor que corre a alguna parte del cuerpo, dañándola y enfermándola”. D.A.  “Acumulación patológica de líquidos en el organismo”. “Constipado de nariz”. D.R.A.E.

Hidropesía: “Derrame o acumulación anormal de líquido seroso”. D.R.A.E.

Perlesía: “Resolución o relaxación de los nervios, en que pierden su vigor y se impide su movimiento y sensación”. D.A. “Privación o disminución del movimiento de partes del cuerpo”. “Debilidad muscular producida por la mucha edad o por otras causas, y acompañada de temblor”. D.R.A.E.

Pústula: “Vejiga inflamatoria de la piel, que está llena de pus”. D.R.A.E.

Romadizo: “Destemplanza de la cabeza, que ocasiona fluxión de la reuma, especialmente por las narices. Dixose quasi rheumadizo”. D.A. “Catarro de la membrana pituitaria”.

Rosa: “Mancha redonda, encarnada o de color de rosa que suele salir en el cuerpo”. D.A. Igual definición en D.R.A.E.

Tabardillo: “Enfermedad peligrosa que consiste en una fiebre maligna, que arroja al exterior unas manchas pequeñas como picaduras de pulga y a veces granillos de diferentes colores como morados, cetrinos. Covarrubias dice se llamó así del latino ‘tabes’, que significa putrefacción, porque se pudre y corrompe la sangre”. D.A. “Tifus”. D.R.A.E. Tifus: “Género de enfermedades infecciosas, graves, con alta fiebre, delirio o postración, aparición de costras negras en la boca y a veces presencia de manchas punteadas en la piel”. D.R.A.E.

Tisis: Ptisica: “Enfermedad causada por tener alguna llaga en los pulmones o livianos, originada de humor acre y corrosivo, que ha caído a ellos, y causa al paciente tos acompañada de calentura lenta, que le va atenuando y confundiendo poco a poco”. D.A.  “Enfermedad en que hay consunción gradual y lenta, fiebre héctica y ulceración en algún órgano”. “Tuberculosis pulmonar”. D.R.A.E.

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