>>> página 2
Introducción
Doscientos ocho pueblos confiesan enfermedades en
el “Diccionario Geográfico-Histórico-Estadístico de Pascual Madoz”. No
es el único investigador que da noticia de enfermedades en la provincia
de Soria, un siglo antes, Tomás López se refiere a ellas, y noticia
algunas. Nosotras hemos hecho el trabajo divulgativo y hemos agrupado
estas enfermedades por zonas geográficas, sin sacar más conclusiones que
alguna evidencia.
Primero
daremos unas pinceladas sobre los dos personajes que, en su día,
recogieron los datos que ahora nos sirven como base del trabajo. Tomás
López de Vargas Machuca (Madrid, 1730-1802) estudió gramática, retórica
y dibujo en la Academia de Bellas Artes, después geografía y
cartografía, siendo enviado a Francia por Zenón de Somodevilla, marqués
de la Ensenada, para que completara sus estudios y realizara el mapa de
España. Bajo la protección de Fernando VI, comenzó sus publicaciones
residiendo en París. A su vuelta a España, Carlos III (hermano de
Fernando), le nombró geógrafo real y le dio la dirección de un
departamento recién creado, el de Geografía, cuya pretensión era la
realización del mapa de todas y cada una de las provincias de España.
Por primera vez se aportaban datos ajenos a la propia geografía física,
incorporando la humana.
Para el
proceso de la recogida de datos, a fin de elaborar su “Diccionario
Geográfico-Histórico de España”, se valió, como haría después Pascual
Madoz, de formularios que enviaba a las personalidades más destacadas de
cada provincia. Por desgracia, para la de Soria, sería incompleta la
encuesta, ya que sólo de un parte de la provincia conocemos respuestas.
Pascual Madoz Ibáñez (Pamplona 1806- Génova
1870). Abogado, liberal, fijó su residencia en Barcelona después de
haber estado exiliado dos años en Francia. Tuvo una vida política muy
activa, representó a Lérida en las Cortes, fue gobernador de Barcelona,
presidente de las Cortes, ministro de Hacienda, gobernador de Madrid,
hubo de exiliarse varias veces, y la muerte le sorprendió en Génova,
donde había acudido, en comisión, para ofrecer la corona española a
Amadeo de Saboya. Para su monumental “Diccionario…”, utilizó, también,
cuestionarios. El resultado estuvo acorde con el interés que el
personaje preguntado pusiera en rellenar la encuesta. En todo caso, “el
Madoz”, recoge datos de todos y cada uno de los pueblos, aldeas,
alquerías, despoblados, ríos y aún montes, de España, lo que le confiere
un valor extraordinario.
Tomás
López
En el Tomás López sólo se recogen enfermedades de
algunos lugares, pero de manera más detallada, y apuntando las posibles
causas de ellas, así como remedios para su curación.
Comarca de Fuentepinilla: tercianas, cuartanas,
fiebres agudas en especial sobre agosto, algunos dolores de costado y
alguna hidropesía. La curación, según los físicos, para el alivio son:
vomitivos, purgas, sangrías, quina y dieta.
Covaleda: dolores de costado, tabardillo, y algunas
tercianas y cuartanas, pero por lo regular son pocas las que acaecen y
así se conserva la gente con bastante salud, lo que resulta haber muchos
viejos y viejas, siendo por lo común el número de muertos anual como
unos 16 de adultos y párvulos y de nacidos como unos 35 sobre poco más o
menos un año con otro.
Deza: hidropesías a causa de la agua gruesa, y no
hay curación particular más que la ordinaria. El número de difuntos,
cada un año, asciende a 50, y a setenta los nacidos.
Fuentes de Magaña: dolores de costado, algún
tabardillo y algunos terciamientos, los muertos son de seis a cinco, los
nacidos de 15 a 20.
Gormaz: tabardillos, dolores de costado, cuartanas,
tercianas, erisipelas, mal de ojos. En 15 meses corridos ha muerto una
mujer y han nacido 5.
San Pedro Manrique: afectas de pecho, hidropesía,
reumatismo y perlesía. Son frecuentes los dolores pleuríticos, más en
unos pueblos que en otros. Y en alguno hay familias que parece que los
heredan. Tampoco faltan algunas veces fiebres ardientes y otras
epidemias, aunque no tan continuas como en otras partes. Y siguen los
médicos su curación según el temperamento del el clima. Hay diversas
hierbas medicinales como lo son la bardana, pimpinela, alquimila,
valeriana silvestre, achicorias, quinquefolis, valsamina, romaza
silvestre, salvia, camidrios, centaura menor, ajenjo, ruda y dicen
también la escerronera y otras.
En Villarijo a muchos se les ha quitado las
calenturas bañándose en las aguas de un manantial cálido que hay en el
río.
Suellacabras: las enfermedades en esta son pocas,
tercianas, cuartanas y algunos dolores de costado y algunos accidentes
raros de perlesía. El número de muertos es de cinco a seis y el de
nacidos de 8 a 10.
Vinuesa: fiebres catarrales e inflamatorias. Se
curan con evacuaciones. El número de nacidos se extiende a cada año a 40
y el de muertos a 32, poco más o menos. Entre una multitud de yervas
saludables se encuentra venciana y la carquejía en abundancia.
Pascual Madoz
Tercianas, cuartanas e intermitentes
En cuanto al “Diccionario de Pascual Madoz”, son
doscientas ocho los pueblos que confiesan enfermedades. Madoz recoge
éstas con una sola frase: “las enfermedades más comunes son…”. Ciento
veintitrés pueblos, más de la mitad de los que refieren enfermedades,
son fiebres intermitentes: 58 pueblos, tercianas: 52 pueblos, cuartanas:
13 pueblos. Hemos unido por zonas los tres tipos de fiebres cuyos
síntomas son iguales, fiebres que se repiten cada tres días, cuatro, o
sin determinar. Cuando hemos señalado estas zonas en el mapa provincial,
hemos visto que la mayor parte de los pueblos donde se producían,
coinciden con el curso del río Duero, o de otros, afluentes de éste o
del Ebro, en su parte baja, es decir, donde es posible que las aguas se
estancaran.
Siguiendo la línea del Duero nos hemos encontrado
Hinojosa de la Sierra, Derroñadas y Langosto, términos que comparten,
además del decurso del río Duero, lagunas que se forman a la orilla, una
de las cuales ha sido rehabilitada recientemente al cerrarle el drenaje.
Ituero, Rituerto, Almarail y Cubo de la Solana. En tierras de aluvión,
alrededor de Almazán, encontramos con fiebres intermitentes: Bordejé
(por donde también discurre el río Morón), Lodares del Monte (cuyo
topónimo indica zonas de lodos), Centenera del Campo, Sauquillo del
Campo, Almántiga, Ballúncar (donde sólo aparecen algunas tercianas en
otoño), Cobertelada, Borchicayada (algunas tercianas), La Miñosa,
Lodares del Monte (tercianas y cuartanas), Ciadueña, Velacha, Barca,
Berlanga de Duero (por donde también discurren los ríos Escalote y
Talegones), Bayubas de Arriba (término regado también por el río
Bayubas), Santa María del Prado, Gormaz, Navapalos, Aldea de San
Esteban, Atauta, Ines, Alcubilla del Marqués (entre el Duero y el
Ucero), San Esteban de Gormaz , Soto de San Esteban, y Miño de San
Esteban
En Tierras Altas, se daban casos de tercianas,
cuartanas y/o intermitentes, alrededor del río Merdancho: Ausejo,
Cirujales, Arancón y Almajano. A la orilla del río Cidacos, aparecen
fiebres en Villar del Río y Valduhérteles. En las orillas del Tera, San
Andrés, Espejo de Tera, Estepa de Tera y Chavaler. Por Magaña y
Cigudosa donde aparecen fiebres, discurre el río Alhama. Por Cidones, el
Pedrajas. Por Vea, el Linares. Otras poblaciones por las que no discurre
ningún río de cierta relevancia, ubicadas también en el Norte
provincial, son Cuéllar de la Sierra, Matute de la Sierra, Las
Aldehuelas, Matasejún, y Ocenilla. Para Tierras Altas –donde los pueblos
donde se da este tipo de sintomatología no abundan, como se ve- hay que
tener en cuenta el elevado número de cabezas de ganado, sobre todo
lanares. Y otro hecho importante, no existe en el Madoz ni en el López
ninguna referencia a la fiebre de malta, fiebre ondulante o brucelosis,
porque ésta se diagnosticó como tal en 1887, y es de suponer que la
infección humana de esta enfermedad tendría cierta relevancia en una
zona ganadera por excelencia.
En el Este provincial se recogen datos de fiebres
en Ólvega (comarca muy ganadera). Añavieja, donde aparecen las posibles
causas de ellas: “las emanaciones de la laguna son causa de que se
padezcan algunas tercianas, por cuya razón en los últimos años varios
vecinos han abandonado el pueblo”. En Almazul y Miñana, siguiendo la
línea del río Henar. Siguiendo el curso del río Nágima, Fuentelmonge y
Bliecos. Chércoles, Almaluez y La Alameda, también en el Este, se
encuentran algo alejadas de los ríos de esa zona, subsidiarios del Ebro,
pero formando parte de su pequeña cuenca.
Alrededor de la capital, en dirección a lo que en
la actualidad conocemos como Campo de Gómara, se recogen datos de
fiebres en Duáñez, Cubo de Hogueras, Omeñaca, Ojuel, Candilichera,
Cabrejas del Campo, y Cardejón. Alrededor de los pueblos más cercanos a
Soria –Duáñez, Cubo de Hogueras y Candilichera- ha habido lagunas.
Todavía, y perteneciente al término de Alconaba, hay una de mediana
superficie.
En el Oeste provincial, siguiendo las líneas de los
ríos Avión, Ucero, Pilde, Espeja, Espejón, Escobosa, Lobos, Navaleno y
Madre, todos afluentes del Duero, encontramos fiebres tercianas,
cuartanas y/o intermitentes, en Blacos (donde además abundan los
manantiales, algunos formando pequeñas lagunas), Burgo de Osma (donde
coinciden el Avión y el Ucero), Barcebalejo, Valdelubiel, Fuencaliente
del Burgo, Espeja de San Marcelino, Espejón, Lodares del Burgo (por
donde discurre el Escobosa y, al igual que el Lodares del Monte, el
propio topónimo es significativo), Boos, Santa María de las Hoyas, Osma,
San Leonardo, y Matanza. Aparecen también fiebres en Muñecas, Orillares,
Cenegro, Fuentecambrón y San Asenjo, del Oeste provincial, localidades
algo más apartadas de ríos.
Al Suroeste aparecen fiebres en Liceras, entre el
arroyo del Monte y el río Pedro; en Pedro, lugar del nacimiento del río
del mismo nombre; en Carrascosa de Arriba, por donde discurre un río
Pedro recién nacido, y donde, al igual que en Cabreriza, hay anotación
de las posibles causas de las fiebres: “por las humedades que arrojan
las frecuentes nieblas que hay”. Fresno de Caracena: “cuartanas y
tercianas por la abundancia de aguas”. Cabreriza, a la orilla del río
Talegones; y Arenillas, en el nacimiento de los ríos Talegones y
Escalote. En esta última localidad se anota “por su clima sumamente
frío”. También en La Perera hay una anotación de las causas de estos
síntomas: “a lo que contribuyen las emanaciones de un pequeño arroyo que
pasa tocando las casas”.
En el centro-sur de la provincia, alrededor del río
Izana, se recogen este tipo de fiebres en Cuevas de Soria e Izana.
Al Sur de la provincia, en la líneas de los ríos
Escalote y Bordecorex, encontramos fiebres en Ciruela, Casillas,
Bordecorex (su clima es bastante enfermo. tercianas y cuartanas),
Fuentegelmes (su clima es propenso a varias enfermedades, cuartanas y
tercianas), y Alcubilla de las Peñas. Al margen de cursos de agua
importantes quedan Beltejar y Benamira.
En el Sur provincial, alrededor del río Jalón,
encontramos fiebres de los tres tipos en: Somaén, Santa María de
Huerta, Aguilar de Montuenga, Esteras del Ducado, Fuencaliente de
Medinaceli, donde también existe comentario de la posible causa: “su
clima es enfermizo y muy propenso a tercianas”. En Alpanseque, donde
Madoz dice “su clima es sano y no obstante se producen algunas
tercianas”, hay un manantial que forma una pequeña laguna. Iruecha, al
pie de la Sierra del Solorio, padecía sólo “algunas tercianas”. En
cuanto a Ambrona y Conquezuela, sus tierras contenían una laguna. De la
primera población dice Madoz: “su clima es bastante sano sin embargo se
padecen algunas tercianas, efecto, sin duda, de la proximidad de una
laguna que se halla a poco menos de ¼ de legua”.
En su “Cartografía”, Tomás López describe, o al
menos recoge, la existencia de las siguientes lagunas: Laguna del Ojo de
la Torre, a media legua de Torreandaluz. Laguna de la Barbolla, alimenta
las aguas del río Fuentepinilla. Laguna de La Muela, alimenta las aguas
del río Fuentepinilla. Laguna junto al lugar de Villaseca y otra junto a
Miño (Conquezuela) donde se cogen sanguijuelas especiales. Laguna de
Noviercas “poco segura”. Laguna de Borobia. Lagunas de Las Fraguas.
Laguna de Hinojosa del Campo.
En el plano de la Vía Romana de Uxama a
Augustobriga, de Eduardo Saavedra, aparece, además de la laguna de
Añavieja, un pantano entre Aldealpozo, Valdegeña y Castellanos. En otros
documentos se cartografió la laguna endorreica de Blasco Nuño, en
Aldealafuente.
>>> página 2
©
soria-goig.com
|