A partir de una foto realizada en abril de 1929, el escritor adnamantino con raíces en Pinilla del Olmo, Javier Narbaiza, lleva a cabo, a través de 260 páginas (¡nada menos!) y XXX capítulos, un repaso por el vecindario que fue y es (cada año menos), del pueblo de Pinilla del Olmo, que tuvo ayuntamiento propio y hace ya muchos años está agrupado al de Barahona. En esa que ocupa toda la portada foto puede verse al maestro, don Santiago Domínguez Guzmán, abuelo del autor, al cura y otras autoridades, 24 escolares y otras personas.

Por las páginas de Retrato de maestro y escolares, aparece la historia de un pueblo soriano similar a tantos otros pero distinto por las vidas de quienes lo habitaron y luego lo abandonaron obligados por la situación. Así sabemos que fue el último en tener luz eléctrica que les llegaba de Eléctrica Velacha lo que motivó gran celebración y la visita de comerciales de Almazán a fin de ofrecer los productos eléctricos entre los que destacó la radio. La roturación de las tierras del campo de aviación situado entre Pinilla y Barahona y que sirvió durante la guerra civil. También vemos asomarse al albarquero, bisabuelo del autor, empeñado en blanquear las casas de todo el pueblo, al estilo de Cádiz, para lo que construyó una calera que al final quedó inutilizada y las casas del color que tenían, o sea el de la tierra. Y muchas historias más: Saturnino el aviador, el gallo de Carnaval, el cura aficionado a otras faldas ajenas a la propia, o sea la sotana, por lo que fue paseado con un cencerro al cuello. Recuerda la Tentenada, donde se acudía a lavar, las pobreras, la visita del retratista...

Mención aparte merece el epílogo donde recuerda a Antonio Ruiz Pedroviejo y su histórico restaurante, al bueno de Gumersindo García Berlanga, a Gregorio Almarza, a Pablo Sienes, de Alpanseque. Y antes, en el capítulo XXV la recopilación de los pocos vivos que quedan y de los muertos que aparecen en la fotografía, en el momento del cierre de la edición, a finales del año 2021, 41 en total. Y todo el libro acompañado de fotografías, en blanco y negro y en color. Se trata, en definitiva de un libro que ofrece todo el interés posible para todos aquellos que nacieron vivieron y todavía recuerda este pueblo de Pinilla del Olmo.

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