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TRASHUMANDO RECUERDOS

Fundación Oxígeno

Burgos 2020

 

La Fundación Oxígeno ha publicado un libro de 594 páginas titulado trashumando recuerdos. Previamente habían editado un DVD comentado en nuestra web, "Trashumando recuerdos" la película. Con la nueva publicación se fija un material gráfico magnífico, explicativo por él solo de una actividad milenaria que ha dejado en las tierras que la practicaron una manera de entender la vida distinta a otras actividades del mundo rural como, por ejemplo el sedentarismo de la agricultura.

Con el prefacio del profesor Francisco J. Martínez Saiz, el enlace para visionar un trailer y el comentario al DVD en nuestra web, nuestros lectores se podrán hacer idea de la publicación, sólo una pequeña idea, ya que este libro y el DVD es emocionante historia viva de un pasado reciente que en algunos lugares antaño trashumantes, se sigue representando cada año como una fiesta, a fin de no olvidar nunca qué hizo posible una forma de vivir actual con las raíces hundidas en ese pasado.

Han colaborado para que la publicación fuera posible: Asociación Trashumancia y Naturaleza, MAVA (Fondatio pour la nature), Diputación Provincial de Burgos, Junta de Castilla y León, Gobierno de España y Cajacírculo (fundación).

soria-goig.com

 

PREFACIO

Francisco J. Martínez Saiz. Fundación Oxígeno

Para el grupo de personas que hemos modelado el proyecto Trashumando recuerdos dentro de la Fundación Oxígeno, las primeras andanzas hace ya muchos años, por las sierras de la Demanda, Neila, Urbión y Cameros, trajeron el descubrimiento de que entre sus pliegues durante siglos se apacentaron numerosos rebaños de ovejas merinas trashumantes. Que la vida trashumante era tan antigua como los propios pueblos serranos y que para generaciones de hombres y mujeres de esas poblaciones su vida básicamente dependió de la trashumancia y giró en torno a ella. Por sus laderas todavía quedaban vestigios de aquellos tiempos. Como esculturas abandonadas, majadas, corrales y chozos surgían por el paisaje. Incluso en aquellos años algún que otro rebaño, los últimos de un milenario periplo trashumante, careaba al abrigo de solanas bajo la atenta escolta de mastines y la guarda del pastor.

Recoge el Diccionario de la Lengua Española que el término trashumar viene del latín trans, de la otra parte y, humus, tierra. De esta manera, los ganados que pasaban el verano y parte del otoño en las sierras norteñas y que con la llegada de los primeros fríos emprendían camino a otra parte, a otras tierras, enclavadas en el sur de la península, en busca de herbazales y temperaturas benignas, se denominaron trashumantes. Viaje de permuta de pastos que se desandaba, al finalizar la primavera, por las mismas rutas ancestrales de las cañadas que llevaron al sur. Un ciclo anual que se vino repitiendo desde tiempos remotos, hasta hace unos años, y que llevaba a rebaños y pastores de unas tierras a otras.

Con el pasar de los años, aquellas correrías por las sierras fueron sembrando en nuestro ánimo el interés por la trashumancia, pero sobre todo por sus protagonistas: pastores, ganaderos y sus familias. Ahí quedó nuestro afán latiendo, yendo y viniendo entre lecturas sobre el tema y ocasionales charlas con algún que otro trashumante que a través de sus narraciones nos acercaba su mundo traído desde tiempos remotos. Gestas que se hicieron imposibles de olvidar y que fueron predisponiendo nuestra empatía por la epopeya trashumante.

Como las circunstancias van empujándose unas a otras, el año 2010 nos deparó la oportunidad de compartir cañada con trashumantes que subían un rebaño de ovejas merinas hasta las campas de la ermita de Vega en el Valle de Valdelaguna (Burgos), desde la Serena (Badajoz). Con la llegada del ganado a la ermita de Vega se celebró una fiesta para rememorar aquellos tiempos cuando volvían anualmente los rebaños y los pastores a la sierra por los mayos. Vecinos de todo el Valle compartieron la fiesta caracterizándose con los atuendos de su tierra. Así, trajes pastoriles y serranos invadieron las campas. Como decía el escritor portugués Miguel Torga, prestancias de príncipes aldeanos se apoderaron del paraje. De nuevo: la Salve cantada a la virgen de Vega; canciones y bailes compartidos por serranas y pastores en las praderas de Vega; calderetas al abrigo del fuego; sonrisas y chanzas... Sumergidos en aquel ambiente, sin querer el pensamiento voló y nos llevó a pensar en aquellas personas que vivieron, generación tras generación, en este Valle de Valdelaguna y en otras sierras, la cotidianidad anual de la vuelta de los rebaños, cuando cada día se respiraba trashumancia, pues se vivía de ella, y la mayor alegría del mundo era el reencuentro de pastores y familias. Sin duda, aquellos tiempos se habían ido desvaneciendo, en silencio, rebaño a rebaño, y ya solo latían en la memoria de las gentes que los vivieron.

Toda aquella fiesta y alegría traspiraba el orgullo de sus protagonistas por sus raíces trashumantes, el apego a sus costumbres, cultura e historia eterna que se perdían en los siglos. Pero al mismo tiempo, disfrazado entre el festejo, se intuía entre ellos un regusto amargo, la consciencia de saber que lo que estaban viviendo era algo excepcional, un paréntesis nostálgico de otros tiempos trashumantes que en las últimas décadas se habían ido diluyendo paulatina pero inexorablemente, como los hielos al sol. Hacía ya unos años que los rebaños trashumantes habían dejado de subir a la sierra en busca de los verdes pastizales de los puertos y, tal vez el hatajo que descansaba a los pies de la ermita, sin saber que su trashumar era el causante de todo ese ajetreado festejo, fuese el último.

Ante esa impronta trashumante y dado que la Fundación Oxígeno tenía dentro de sus actividades la investigación, divulgación, conservación y puesta en valor del patrimonio natural y de las culturas tradicionales, decidimos que había que emprender cuanto antes un proyecto que trasladase a la sociedad el mundo que había alrededor del ejercicio ganadero de la trashumancia y las circunstancias que rodearon a sus actores. En esencia, siempre tuvimos claro el espíritu del proyecto. Debía ser un merecido homenaje tanto a los pastores y ganaderos, que junto a sus ovejas subieron y bajaron por cordeles, ejerciendo un trabajo duro y sacrificado para sacar a sus familias adelante, como a sus mujeres y madres que se quedaban solas, durante los duros meses del invierno, en el solar familiar al cuidado de los hijos y la hacienda, escribiendo también desde el hogar la historia épica de la trashumancia. Pero sin olvidar el reconocimiento a su legado, a su herencia que durante generaciones todos ellos forjaron. Porque tantos siglos yendo y viniendo por las cañadas; tejiendo al paso de pastores y rebaños, paisajes, costumbres, literatura, folclore, canciones, gastronomía, enseres, leyendas, sueños... y realidades, son muchos siglos como para

no haber dejado huella, y mucha memoria y mucho acervo cultural arraigado por nuestro país como para no hacer mención.

De hecho todo ese valioso patrimonio llevó al Gobierno de España a declarar la Trashumancia como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial (Real Decreto 385/2017). La UNESCO (La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en diciembre de 2019, reconoció: «La Trashumancia. El movimiento estacional a lo largo de las antiguas rutas de ganado en el Mediterráneo y Los Alpes» como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, a propuesta de Italia, Austria y Grecia (se hace difícil de comprender cómo España con su historia trashumante no se adhirió en su día a esta candidatura). Reconocimiento, que en cierta medida, se puede considerar implícitamente extensivo a la gesta trashumante por las tierras de España por su afinidad. Ambos entorchados hacen justicia y ponen en el lugar que se merecen a sus gentes y a la cultura que forjaron.

Tomada la decisión, para poder llevar a cabo esta iniciativa, se abordaron dos vías de trabajo con el objetivo de documentarnos y aprender todo lo posible sobre la trashumancia para que de esta forma el proyecto pudiera plasmar el justo reconocimiento que se merecían sus protagonistas. Por un lado, la vía de la labor que podríamos denominar académica, de estudio e investigación por museos y archivos, al compás de la zambullida lectora del mayor número posible de todas aquellas obras que recogían contenidos y aspectos referidos a la trashumancia. Sobre este punto, no queremos dejar pasar la ocasión de reconocer la importante labor de investigación en torno a la trashumancia que hicieron en su momento todos aquellos autores que aparecen en la bibliografía de esta publicación. Sin duda dedicaron muchos años de sus vidas a estudiar legajos y documentos relacionados con la trashumancia y, en otros casos, a peregrinar por tierras de invernaderos, agostaderos y cañadas en busca

de hallazgos, conocimientos y testimonios trashumantes. Todo ello con el objetivo de sacar a la luz y poner en su justa valía, a través de sus publicaciones, la propia actividad pastoril de la trashumancia, así como aquellos aspectos relacionados con ella: la Mesta, el Consulado del Mar, el comercio lanero... Libros llenos de saberes sin los cuales hubiera sido casi imposible acometer este proyecto. Fuentes imprescindibles de consulta con las cuales fuimos dando forma a la aventura emprendida, y que recomendamos a todos aquellos lectores interesados en descubrir en mayor medida la gesta de la trashumancia. De un modo especial han influido las publicaciones de Manuel Rodríguez Pascual que han sido las guías que han estructurado el mismo. Además ha tenido la amabilidad de intervenir en el documental y prologar esta publicación, motivo por el cual le estamos muy agradecidos en la Fundación Oxígeno, pues es un lujo poder contar con una colaboración como la suya, dada su reconocida autoridad en el campo de la trashumancia.

La otra vía, la humana e intimista, se encaminó, como no podía ser de otra manera, a conocer de los propios protagonistas del hacer trashumante las experiencias de sus vidas. A recoger, tanto los recuerdos de pastores y ganaderos que habían movido sus ganados escribiendo con el oficio de sus vidas las ultimas páginas del devenir trashumante, como las evocaciones de aquellos hombres y mujeres serranos, que eran los últimos testigos que podían describir cómo era la vida en torno a la trashumancia en sus pueblos y sierras, pues habían conocido a sus padres, abuelos o vecinos ejercer el menester de este oficio.

Dice un proverbio, que se atribuye a muchas culturas antiguas, que cuando un anciano se va, parte de nuestra historia se marcha con él. Así que era fundamental recoger y guardar, para evitar una pérdida irreparable, el testimonio de sus vivencias trashumantes, pues con ellos finalizaba tanto la epopeya de una historia ganadera milenaria, como la posibilidad de recoger el rescoldo vivo y latente de su memoria y cultura para hacerla llegar a las generaciones venideras.

Ha sido un privilegio escuchar de los propios actores trashumantes, con sus singulares palabras y expresiones, los relatos de los aconteceres de sus vidas pastoriles. Fueron narrados con tanta pasión y fuerza descriptiva que en la pupila de sus ojos vimos proyectadas las imágenes de las estampas pastoriles reseñadas, como si la ficción de una máquina del tiempo nos retrotrajese a los tiempos trashumantes que vivieron. Por este motivo decidimos que el proyecto además de plasmarse en una publicación también debía contar necesariamente con un documental que la complementase. Imágenes que llevasen al espectador más allá, sumergiéndole en las evocaciones pastoriles. Imágenes que además de enriquecer los contenidos contribuyesen a acercar la pasión, la emoción y el orgullo con que las gentes ligadas a la trashumancia cuentan cómo fueron sus vidas.

La relación surgida de estos encuentros, fue forjando en nosotros respeto y admiración

por sus existencias trashumantes y las de sus familias, al tiempo que fueron un estímulo para seguir con el proyecto, pues aunque al principio fue algo etéreo y difícil de acotar, cada nuevo testimonio nos reafirmaba en la importancia de sacar adelante esta aventura. Tras más de cuatro años de trabajo, el proyecto Trashumando recuerdos, hoy tiene hechuras: una publicación y un documental que cuenta con dos versiones, una en español y otra subtitulada al idioma inglés.

Además de las personas que en primera persona han aportado su presencia y sus testimonios, son muchas más a las que tenemos que agradecer su colaboración, sin la cual el resultado final habría sido mucho más pobre. Aunque en un apartado específico se recogen todas esas altruistas contribuciones, queremos mencionar en estas líneas introductorias aquellas que tienen un cariz más intimista y personal por las circunstancias que subyacen o por el material facilitado.

En consecuencia, en primer lugar, nuestro más emocionado recuerdo para aquellas personas que por los avatares de la vida ya no están con nosotros. Con ellos compartimos entrañables tertulias y grabaciones que no olvidaremos nunca. Cuánto nos hubiera gustado que hoy aun siguieran estando entre nosotros y tener la oportunidad de saludarlos de nuevo al tiempo de entregarles el resultado del proyecto Trashumando recuerdos, que les hacía tanta ilusión como a nosotros.

Por otro lado. Pilar García Llorente, que a través del Archivo Histórico Provincial de Soria, nos proporcionó cartas de sus antepasados, recogidas dentro del archivo de su familia procedente de Derroñadas (Soria). Misivas que ya desde el siglo XVIII hacen referencia al ejercicio ganadero trashumante que llevaban a cabo sus antepasados. Los hermanos Serrano, Desiderio y José Antonio, de Tolbaños de Arriba en el Valle de

Valdelaguna (Burgos) que han puesto a nuestra disposición toda la documentación del archivo de su familia, incluidas las cartas de ámbito familiar con toda la intimidad que encierran y que se remonta a tiempos de su tatarabuelo. E Ignacio Sierra Gil de la Cuesta, que también con la misma predisposición afable nos facilitó la documentación que tenía sobre su familia ganadera originaria de Barbadillo de Herreros (Burgos).

Dando un paso más en su altruismo los hermanos Serrano e Ignacio Sierra han cedido en depósito sus archivos familiares a la Excma. Diputación de Burgos, para que toda esa documentación se custodie y conserve en el Archivo Provincial, convirtiéndose así en una fuente más de cara a futuras investigaciones y trabajos etnográficos que den a conocer los diferentes aspectos de la actividad ganadera de la trashumancia en la provincia de Burgos.

Son muchas las personas con abolengo trashumante a las que tenemos que agradecer y reconocer su amable acogida desde el primer momento en que les propusimos su colaboración en esta aventura, así como su generosidad al compartir con nosotros las emociones y sensaciones de sus remembranzas. Hombres y mujeres que han hecho una expedición hacía atrás en sus vidas, y al compás del vaivén de la memoria han transportado desde otras épocas su singular mundo para presentarlo en sociedad. Haciendo historia de su historia, con cada una de sus reseñas y recuerdos han tallado las páginas y las imágenes de este proyecto. Pero sin duda, nuestra mayor gratitud recae en la amistad que nos han brindado, el legado más valioso que para todos nosotros ha tenido la aventura de este proyecto, y que siempre nos acompañará.

Gracias a las aportaciones económicas de la Excma. Diputación de Burgos y de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, este proyecto pudo empezar a andar, y con el tiempo, trabajo e ilusión plasmarse en una realidad tangible.

La historia y la literatura han acogido en sus páginas las crónicas de muchos viajes, ensalzando las figuras de sus protagonistas bajo el renombre de descubridores, aventureros y héroes. Creemos que el viaje trashumante de los pastores, la gesta anual de subir y bajar andando con sus ganados buena parte de los territorios de la península ibérica, junto a las soledades y ausencias de sus vidas y las de sus familias, engloba suficiente odisea como para formar parte de los viajes dignos de ser contados. Aunque la imparable brisa del tiempo ha ido borrando las huellas de este remoto viaje de pastores en el cordel de la memoria, confiamos en que este trabajo contribuya, de alguna manera, a transmitir parte de su tradición: los hechos históricos y socioculturales que vivieron y fraguaron sus gentes de generación en generación.

Etimológicamente la palabra tradición proviene del sustantivo latino traditio, y este a su vez del verbo tradere, que significa entregar. En este aspecto, tal vez la realización de este proyecto contribuya a entregar a las nuevas generaciones el legado de la memoria de la tradición trashumante. Apostamos en su día por este proyecto porque entendemos que tradición y progreso, pasado y futuro, son palabras idénticas, como dijo el poeta Vicente Aleixandre, y que las sociedades siguen vivas mientras sus ciudadanos recuerdan su pasado, sus tradiciones y su historia. Si este trabajo acerca a los ciudadanos el reconocimiento que se merecen la trashumancia y sus gentes, y coadyuva a mantener viva su cultura e historia nos daremos por satisfechos.

Las personas que hemos llevado a cabo este proyecto dentro de la Fundación Oxígeno no somos expertas en la trashumancia; fenómeno que ha sido estudiado desde diversos puntos de vista y del que existen excelentes trabajos, investigaciones y publicaciones. Así, consecuentemente, este trabajo no ha tenido nunca la pretensión de encaminarse por los derroteros científicos y de las tesis. Simplemente hemos intentado, con los objetivos antes reseñados, engarzar los recuerdos y la voz de los últimos protagonistas del hacer y vivir trashumante para elaborar la cadena narrativa de sus vidas. Ser los amanuenses del dictado de las gentes que vivieron y conocieron la vida trashumante, cuyas sombras y añoranzas hemos intentando transcribir.

En buena lógica, y ante nuestras limitaciones en este tema, pudiera ser que nuestro trabajo contenga posibles erratas, inexactitudes, equivocados enfoques, ausencia de precisiones u otras anomalías. Hemos intentado con el mayor esmero que no se produjeran, pero si así fuera, vayan nuestras más sinceras disculpas por adelantado.

Tanto la publicación como el documental que lo acompaña, se han organizado en torno a siete capítulos. En el primero bajo el epígrafe La Trashumancia. Retazos históricos se explica el porqué de la trashumancia, así como su transcurrir histórico a lo largo de los siglos por los territorios de la península ibérica. Todo ello con el propósito de crear un marco previo que permita al lector tener una visión generalizada y suficiente de esta actividad ganadera y de sus hitos, antes de adentrarse en los capítulos siguientes. Apartados que describen, cada uno de ellos, los diferentes momentos del ciclo anual en torno al cual giraba la vida de las gentes trashumantes: la llegada a la sierra y la vida a horcajadas entre el pueblo y los puertos; la tristeza de la salida cañada abajo de pastores y rebaños en busca de los pastizales del sur y las vicisitudes del camino; los pormenores de la larga estancia en las dehesas durante los meses de invernada; el transcurrir cotidiano de las familias trashumantes en la sierra mientras los pastores estaban ausentes; el camino de regreso y la alegría de la llegada a la sierra y al hogar. Etapas que se daban el testigo unas a otras configurando un bucle trashumante que se repitió durante siglos. El último capítulo, Nuevas huellas en el cordel, es una apuesta por el futuro de la actividad, adaptada a los nuevos tiempos que corren. Cierra las páginas de esta publicación, como broche, el apartado dedicado al léxico pastoril, uno de los rasgos más importantes del acervo cultural de sus gentes.

El mundo trashumante y sus actores son personajes singulares que históricamente han pasado desapercibidos para la mayoría de la sociedad y que sin embargo han dejado una huella importante en nuestra historia, cultura y patrimonio. Personas desconocidas que en este trabajo han abandonado su anonimato para contar junto con sus familiares su historia, su periplo trashumante. Crónica, estimado lector, que puedes empezar a descubrir en estas páginas e imágenes, que a continuación tienes a tu disposición.

Francisco J. Martínez Saiz. Fundación Oxígeno

 

aquí podéis descargaros en formato pdf algunas páginas del libro

y aquí podéis leer el comentario sobre la película y verla en vimeo

 

 

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