HERREROS. 1930-1950
Intrahistoria

Jesús Gaspar Alcubilla

Edita: SAGHERREROS
(Sociedad de agricultores y ganaderos de Herreros), 2019
Impreso por DIN Impresores
Imágenes de cubierta: Javier Gómez Romera
Maquetación y diseño: Óscar Latorre Used y Marta Gómez Peso

Son doscientas veintiuna páginas donde no se ha dejado ningún aspecto de Herreros sin analizar. El libro, de magnífica maquetación y encuadernación, está dividido en tres apartados: I, Genealogía, los tíos, censos. II, Historias, personajes y lugares. III, Fiestas y tradiciones. El más extenso es el segundo, estraperlo, sastre, zapatero, barbero, los juegos, escuelas, lavadero, la mina, ermitas, eras..., así hasta casi cien enunciados, contando por encima. El tercero recoge las fiestas de San Roque, los oficios de Semana Santa, procesiones, etc.

Muy interesante resulta saber que también en Herreros, como en Cabrejas del Pinar y Abejar, se celebraba la Barrosa, en el caso del pueblo objeto de estudio, existían nada menos que cuatro. Localiza el pueblo de San Andrés el Viejo. Resultan muy interesantes las notas a pie de página, con reproducción de cartas ejecutorias y otros documentos.

Se trata de una publicación sobre un pueblo concreto, un pueblo que en los años estudiados (1930-1950), contaba entre 369 y 261 habitantes y a día de hoy apenas se censan 60. Un pueblo que, pese a la proximidad a Soria, a la buena situación junto a la carretera N-234, ha sufrido el mismo rigor de la despoblación que la mayoría de los pueblos sorianos. Por ello, este libro de Jesús Gaspar será con el tiempo (ya lo es hoy), un inventario de personajes, oficios, topónimos y tradiciones.

Nada mejor que leer lo que César Ibáñez París escribe en la contraportada del libro:

“Jesús Gaspar Alcubilla, hombre de raíces, de sedimentos, de huellas duraderas, desentraña el pasado, la geografía y el paisanaje de su pueblo, Herreros, con exactitud de historiador, precisión de topógrafo y mimo de amante delicado. Cada nombre, apodo, oficio, lugar, lugarejo, fiesta costumbre y tradición ocupan en este libro el sitio que merecen: el centro de una memoria viva y fresca. Pero lo que aquí revive no es solo el tiempo pasado de Herreros, sino una sociedad entera que ya no existe, la perdida España de campo y del ganado que nutrió a nuestros abuelos y que ya es para nosotros más que eco brumoso o imagen de museo etnológico. La prosa de Jesús, milimétrica las más de las veces, subida a trechos en las alas de la poesía, resucita para nuestros ojos y nuestras almas ese mundo añejo, hundido en el tiempo como el pueblo de La Muedra en las aguas del pantano de la Cuerda del Pozo”.

Ficha del autor

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