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El Cristo de Oscar Wilde Antonio Ruiz Vega Edita: GUDUA DEISDEA 2017 |
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Antonio Ruiz goza de un universo rico en intereses intelectuales y también, por qué no decirlo, de ciertas excentricidades, como corresponde a un escritor profundo, sobre temas también profundos. A veces recurre a temas que le acompañan durante años, vuelve sobre ellos, los analiza del revés. Jack el Destripador es uno de esos asuntos. Otro es Oscar Wilde. La Numancia de sus antepasados también ocupa sus ocios productivos y enriquecedores. Este año de 2017 han sido precisamente Numancia y Wilde a quienes ha dedicado tres publicaciones. “En 1895, Oscar Wilde fue condenado a dos años de prisión por sodomía. En la cárcel de Reading, el poeta sufre una crisis de espiritualidad y reencuentra a Jesús de Galilea. Fruto de esa fase de misticismo es una larga carta que envía (aunque nunca fue recibida) a su amante, el joven Bosie, hijo del marqués de Queensberry,. Esta carta fue publicada tiempo después con el título De profundis y constituye una visión insólita y nada convencional de la figura de Cristo”, se lee en la contraportada. Ruiz Vega, con profundidad, y con análisis más que crítico sazonado con la ironía y fino sarcasmo que también le caracteriza, desmenuza esa crisis de espiritualidad que sufre Wilde mientras pasa sus días en la cárcel. Antonio Ruiz Vega (Ibiza, 1955), es hijo de andaluza y soriano. La mayor parte de su vida transcurre entre Soria y La Rubia (localidad de la Antesierra soriana). Es, además de escritor, pintor, escultor y fotógrafo. De todos los oficios que ha practicado, él mismo asegura que el recordado con más cariño es el de guardabosques de los pinares sorianos.
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