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Medinaceli Varios Autores
Coordinadores: Carlos de la Casa y
José Antonio Martín de Marco |
Este año de 2017 se ha presentado Medinaceli (Historia-Nobleza-Iglesia), el libro sobre Medinaceli, aunque los coordinadores, en la introducción, no lo crean así. Tal vez haya poco más que decir después de esta publicación y de otras parciales que los coordinadores, Carlos de la Casa y José Antonio Martín de Marco, han ido publicando sobre esta histórica villa, por donde han pasado casi todas las civilizaciones y se han instalado las más importantes. Son casi seiscientas páginas de las que se han encargado lo más notable de la intelectualidad soriana. La presentación corrió a cargo del alcalde de la Villa, Felipe Utrilla Dupré. El prólogo se debe a Juan Vicente Herrera Campo, presidente de la Junta de Castilla y León. Y la introducción a los propios coordinadores, Carlos de la Casa y José Antonio Martín de Marco. La fotografía de portada es de Alejandro Plaza y la edición ha corrido a cargo del Ayuntamiento de Medinaceli.
HISTORIA Medinaceli: el Territorio: Carmen Martínez Hernando Las tierras de Medinaceli en la Prehistoria: Manuel A. Rojo Guerra Medinaceli en la etapa romana: Elena Heras Fernández y Ana Carmen Pascual Díez. A ras de suelo en la Ciudad del Cielo: Medinaceli en la Edad Media: Marisol Encinas Manchado Medinaceli 1492-1808: José Vicente de Frías Balsa Historia Contemporánea de Medinaceli: Ana Rosa Frías Rubio y Gonzalo García Frías
NOBLEZA Condado y Ducado de Medinaceli: José Vicente de Frías Balsa
IGLESIA Medinaceli, más de mil cuatrocientos años en la Diócesis de Sigüenza: Gregorio Bartolomé Martínez Conventos medinenses: Carlos de la Casa y José Antonio Martín de Marco La colegiata de Santa María: Jesús Alonso Romero Contextualización del mundo funerario-religioso medieval en la Villa de Medinaceli: Oscar Arellano, Raquel Barrio, Montserrat Lerín, Agustín Ruiz y María Jesús Tarancón
RETAZOS DE INTRAHISTORIA MEDINENSE El Arco Romano: Emilio Illarregui y Carlos de la Casa ¿Qué fue de Almanzor?: Margarita Torres Sevilla Las murallas de Medinaceli: Fernando Cobos Los cuerpos Santo de Medinaceli: Carlos de la Casa y José Antonio Marín de Marco Báculo eclesiástico de época visigoda en Medinaceli (Soria): Carlos de la Casa y Emilio Illarregui El Poema del Mío Cid y Medinaceli: Carlos de la Casa y José Antonio Martín de Marco Dos obispos naturales de Medinaceli: Alonso de Tobes y Bartolomé de la Plaza: Florentino Zamora Lucas Beato Julián de san Agustín: Carlos de la Casa y José Antonio Martín de Marco Murillo pintor del Beato Julián de san Agustín: Carlos de la Casa y José Antonio Martín de Marco Espacios, vida musical y repertorios en la villa ducal de Medinaceli: José Ignacio Palacios Sanz Medinaceli en la literatura de viajes, desde la antigüedad hasta principios del siglo XX: Manuel Moreno Chacón Medinaceli: el ámbito literariamente compartido: José María Martínez Laseca Leyendas medinenses: Carlos de la Casa y José Antonio Martín de Marco El toro Jubílo: Carlos de la Casa y José Antonio Martín de Marco El vestir popular de la comarca de Medinaceli: Enrique Borobio Crespo Fundación DEARTE y Medinaceli DEARTE, centro de arte contemporáneo: Miquel Tugores Medinaceli: Un paseo por el arte: Laura Jiménez Izquierdo Paseando por Medinaceli: David Igualador Martínez Medinaceli en la fotografía: Tomás Pérez Frías
Introducción
La Villa de Medinaceli es un “foco de cultura”, hecho incuestionable que nadie pone en duda. Pruebas de esta afirmación las tenemos en los ricos y numerosos testimonios físicos que nos han sido legados por todas aquellas culturas que a lo largo de la historia vienen dejando su huella en este bello lugar del corredor Henares-Jalón: arco romano, murallas, castillo, iglesias, monasterios, palacio, casonas, etc. Pero la cultura que atesora Medinaceli no sólo está en esos imponentes edificios, también la tenemos en los textos literarios que nos han dejado viajeros, escritores, poetas, historiadores, etc. Y todo está ahí, a nuestro alcance, bien a la vista de los visitantes, bien en los archivos a los que acuden con frecuencia los investigadores. Todo ello es fruto de diferentes aspectos. No es ni una mera casualidad, ni la herencia de una persona, sino ejemplo de cómo el acontecer del tiempo y de las gentes han sido capaces de hacer llegar a nuestras manos y a nuestra vista todo un mundo. Sí un mundo. Medinaceli es un claro ejemplo de como de lo global se puede llegar a lo particular o como de lo universal se puede llegar a lo local. Esto se debe a aquellos hombres que pasaron por esta localidad, cruce geográfico de Hispania y eje de obligado paso para las gentes de todas las culturas que llegaron a la Península. Pero también es fruto de esa simbiosis que ha tenido, y que no se debe perder, Medinaceli con la Casa Ducal. El más claro ejemplo está en su Archivo, fuente de obligada consulta para todo aquel que se quiera aproximar a la historia medinense. Y, por favor, permítasenos ser reivindicativos. Hace años se firmó un acuerdo por el cual, entre otros aspectos, se establecía que la Fundación de la Casa Ducal depositaría en el palacio medinense una copia de todos aquellos documentos relativos a la villa que estuviesen en el Archivo de la Casa Ducal. Esto no se ha cumplido. Es verdad que hoy día con los medios informáticos ya no es imprescindible, pero sería un buen ejemplo y un buen detalle tener en las salas de ese magnífico edificio copia en papel del testimonio que nos aportan esos legajos, en donde se encuentran gran parte de nuestra historia. Y, ¿qué decir de los conventos?, ahí ha quedado impregnada la cultura y la formación que impartieron las órdenes religiosas instauradas en el municipio y especialmente aquella cátedra franciscana de Gramática y Filosofía en la centuria del XVI-XVII1. Pero no sólo hay que pensar en el ayer, también en el presente y en el futuro. Y como Medinaceli está vivo, continua siendo un “foco de cultura”. Hasta hace pocos años teníamos una de las galerías de arte más importantes de nuestra Comunidad Autónoma, por ella han pasado obras de grandes figuras y en ella se han descubierto maestros que están dejando testimonio de su buen hacer en los grandes museos y colecciones. La muerte de su “alma mater” nuestro querido y llorado Pepe Arense puso fin a este proyecto. Ahí tenemos un reto, un reto más que estamos seguros que podrá retomarse. Es curioso, y a la vez loable y más en unos momentos en que sólo parece primar el aspecto económico que, un Ayuntamiento pequeño, de una Provincia pequeña, esté desarrollando una labor en el ámbito cultural como lo viene haciendo Medinaceli desde el acceso a la alcaldía de don Felipe Utrilla y baste como ejemplo la labor editorial. Nosotros llevamos años investigando sobre el pasado y el presente de la Villa Ducal, fruto de ello han sido cuatro libros y múltiples artículos que nos han permitido no sólo conocer la historia de una de las localidades más apasionantes de las tierras soriana, si no, y lo que es más importante, acercarnos a sus gentes e impregnarnos del cariño que desprenden. Cuando el alcalde de Medinaceli y su equipo de gobierno decidieron que había llegado el momento de escribir y publicar una Historia de la Villa y tomaron la decisión de encargarnos la edición, seguro que pasaron por sus mentes diferentes ideas y muy probablemente recuerdos de las diversas personalidades que emplearon su cálamo en llevar al papel sus sentimientos y sus conocimientos sobre la Villa. A nosotros, cuando asumimos la responsabilidad, alta responsabilidad, de aceptar, con alto orgullo por nuestra parte, el coordinar y participar en la redacción de esta obra, vino a nuestras mentes un pequeño y bello texto de don José Ortega y Gasset que decía: Y sobre la alta sierra frontera, ¿qué es aquello en lo más alto? Una ciudad imaginaria plantada sobre la cima horizontal allá en una altura terrible. Es Medinaceli. La vemos desde tres o cuatro leguas, con su magnífica iglesia en el medio, luminosa, radiante silueta recortando el firmamento. Es una formidable alusión de heroísmo lanzada sobre seis leguas a la redonda2.
Nuestro primer objetivo fue analizar lo que estimamos que era imprescindible para dar a la sociedad en general y a los medinenses en particular un conocimiento lo más exhaustivo posible de Medinaceli, de ahí que decidiésemos establecer tres grandes bloques. En primer lugar la Historia, para continuar con la Nobleza, que en esta ocasión se centraba en la Casa de Medinaceli, pero sin olvidar que antes del ducado hubo un condado y por supuesto un capítulo especial, no podía ser de otra forma, debía centrarse en la Iglesia y más en un ámbito tan especial como es el de su vinculación hasta mitad del pasado siglo XX a la Diócesis de Sigüenza. Para ello, desde un principio decidimos citar a un destacado elenco de estudiosos de reconocido prestigio y especializados cada uno en los ámbitos a exponer. El resultado lo tienen ustedes, amables lectores, en sus manos, esperamos y deseamos que sea de su agrado. Los investigadores, que han trabajo en esta publicación a lo largo de dos años, decidieron bajo nuestras observaciones ir hacia un objetivo claro: reencontrarse con la historia de Medinaceli y trasladarla a la sociedad y muy especialmente a aquellos que llenos de ilusión y esperanza quieren acercarse a algo tan cercano y a la vez tan lejano como es la historia de su entorno. Llevamos décadas vinculados al mundo de la cultura y muy concretamente al de nuestra tierra, esa que va desde el viejo condado de Castilla al legendario reino de León, de ahí que tengamos como libro de cabecera la Historia de una Cultura. Castilla y León en la Historia de España y que utilicemos, muy a menudo, en nuestras introducciones las palabras de nuestro compañero el historiador Agustín García Simón cuando afirma: ... , la memoria que encierra el nombre de Castilla, concepto tan baqueteado, tan manipulado, que apenas si entraña una realidad tangible para el hombre de hoy. Más bien ya parece una noción abstracta o espiritual de un impulso con mucho eco, que al dispersarse en España dejo una estela en su propia real existencia, y un paisaje torturado, cuya luz limpia sigue estimulando al esteticismo, la sublimación poética y la tentación mística3. ¿Qué opinan, está también Medinaceli en esta realidad?, ¿pensaba este autor en Medinaceli? Medinaceli, era nuestro objetivo, de ahí que el fin no podía ser otro que establecer una actualización de la Historia, con lo que esto implica al hablar de un espacio geográfico tan reducido, y primando, como siempre hemos hecho, el rigor y la libertad intelectual, sin premisa alguna, de todos los coautores. Pues hemos ido, o al menos hemos pretendido ir, de nuevo más allá del implícito deseo de difundir nuestro saber. Medinaceli es, y ha sido, mucho más que el barrio de la Estación y la Villa vieja. Compone un marco geográfico amplio, tan amplio que a veces nos sorprende saber que tenemos ríos que vierten sus aguas a la cuenca del Tajo. Esta, o deberíamos decir estas, tierras abarcaron, hoy día también, numerosos núcleos como nos expone de una forma magistral y a la vez asequible la profesora soriana de la Universidad de Valladolid, Carmen Martínez. Torralba, Ambrona, Alcubilla de las Peñas y otros puntos ejemplo no sólo de los orígenes de la provincia de Soria, sino de España y en algunos temas nos atreveríamos a decir del mundo están ahí. Tan cerca que a veces no los conocemos y tienen que venir los de fuera para a explicárnoslo. Pues bien, un conocedor del terreno como nadie, un hombre que ha dedicado años de su vida y de la de diversos componentes de su equipo a la zona, el Prof. Manuel Rojo, de la Universidad de Valladolid, es el que con su sencilla y a la vez científica pluma nos lleva desde los primeros asentamientos, incluso cuando aún no estaba el hombre, hasta los momentos de nuestra antigüedad. Roma, la romanización, es mucho más que el buque insignia del Arco, ese arco envidia de todas las ciudades romanas de la vieja Hispania, y su quehacer en Medinaceli ha quedado reflejado de una forma sublime. Ese hábitat que aún hoy nos causa sorpresa cada vez que levantamos la tierra, esos pavimentos que hoy son ejemplos de la musivaria romana y de los que podemos disfrutar tanto en las calles como en el centro de interpretación, lo tenemos ahí y lo tenemos tan cerca y tan tangible gracias a dos prestigiosas arqueólogas de la Junta de Castilla y León, como son Elena Heras y Ana Carmen Pascual. Un periodo de silencio, el momento de la llegada de los pueblos centroeuropeos es, probablemente, el único espacio en la villa del que faltan testimonios directos y así lo ha demostrado en su tesis doctoral el Dr. Eusebio Dohijo, pero no en las localidades del entorno caso por ejemplo de Fuencaliente de Medinaceli. Todas o casi todas las urbes del medievo castellano y leonés han tenido unas circunstancias a las que no han sido ajenas las tres culturas. Medinaceli no es una excepción y al estudio de ese ámbito se ha dedicado la joven investigadores, del Centro de Estudios Sorianos, Marisol Encinas. El momento inicial del mundo moderno y el desarrollo del mismo estará marcado en esta urbe del suroeste de la provincia soriana por el acontecer del peso de la casa de Medinaceli, primero con el condado y posteriormente por el ducado y todo ello dentro del desarrollo y asentamiento de las órdenes religiosas y el peso del establecimiento de la Colegial de Santa María Todo ello queda espléndidamente expuesto gracias, una vez más, al buen oficio del Prof. de Frías Balsa, UNED de Soria. Lo más cercano a nosotros, a veces, pese a ser en teoría lo más fácil históricamente de reconocer puede ser lo más complicado y en caso como el que nos ocupa más. No olvidemos que Medinaceli es una de las localidades más alejadas de la capital y que ha tenido una historia y un quehacer diario más vinculado, tanto desde un punto de vista religioso como social, a Guadalajara que a Soria. Si a ello unimos las dificultades que siempre supone el ocuparse de una villa pequeña en momentos recientes hizo a que se centrase en este subcapítulo una investigadora de prestigio como la Prfa. Frías Rubio, UNED de Soria. Quien conjuntamente con un joven y valioso estudioso Gonzalo García han formado un equipo ideal para llevarnos el conocimiento de esta urbe hasta las elecciones nacionales del pasado mes de diciembre. El capítulo de la nobleza, que es como decir el capítulo de la casa de Medinaceli, ha sido estudiado y expuesto por el ya citado Prof. de Frías y Balsa, UNED de Soria. Conocedor como nadie de la nobleza soriana y ha sido capaz, de paso a paso, de conde a duque, de acercarnos a unos nobles que bien ellos mismos o personajes vinculados a ellos han hecho, deberíamos de decirlo con mayúsculas, una parte importante de la historia de Medinaceli. La Iglesia, siempre ha ocupado un peso de suma importancia en la historia de España y más en los territorios de la vieja Castilla y en esta ocasión no es una excepción. Por ello se ha contado con el Prof. Gregorio Bartolomé, CEU San Pablo, para que se centrase en esos casi quince siglos que estas tierras han estado vinculadas, desde un punto de vista eclesiástico, a la Diócesis de Sigüenza. Jerónimas, franciscanos, clarisas y dominicos han dejado su huella en esta tierra. Los dominicos de una forma documental, los franciscanos con restos extramuros rescatados recientemente; las jerónimas, unidas directamente a los Cuerpos Santos, con su presencia hasta finales de la mitad del pasado siglo y, las clarisas con su pervivencia actual. De todos ellos nos hemos ocupado nosotros. Los restos arqueológicos, que día a día se van exhumando en este Conjunto Histórico, están permitiendo ubicar los templos desaparecidos y los cementerios correspondientes a esas collaciones. A partir de todo ello, los arqueólogos de Arquetipo han aportado unas importantes conclusiones del mundo funerario religioso del medievo. Por último la colegiata de Santa María, obra de arte por sí misma, no podía quedar ausente y de ahí que una pluma de la calidad histórica y artística del Prof. Dr. Jesús Alonso nos acompañe en este ámbito. Quizás con estos tres grandes bloques hubiese sido suficiente para llevar al lector a un amplio conocimiento de Medinaceli, pero las largas conversaciones de los coordinadores con el Alcalde Utrilla nos hizo acercarnos a temas más concretos. Algunos ya conocidos, como el propio arco, y otros no tanto como el báculo visigodo y por ello nos inclinamos a insertar una serie de retazos que marcan la “intrahistoria medinense”. Para ello hemos contado con un elenco de plumas de acreditado y reconocido valor como: la Prfa. Torres Sevilla, de la Universidad de León; el arquitecto vallisoletano Fernando Cobos; el Prof. del IE Universidad Emilio Illaregui; el archivero Moreno Chacón; el musicólogo, Prof. de la Universidad de Valladolid, José Ignacio Palacios; el escritor y poeta Martínez Laseca; el etnógrafo soriano Enrique Borobio; el gestor artístico Miquel Tugores; la historiadora del arte Laura Jiménez; el sacerdote medinense David Igualador y el especialista en fotografía y autor de varios libros sobre el tema Profesor Tomás Pérez Frías. Todos ellos, con la colaboración de quienes firman esta introducción se han ocupado de este elenco de temas que han pretendido acercar un poco más diversos aspectos medinenses. Y hablando de ello no podíamos dejar al margen de la historia a dos hijos de la localidad que accedieron a ser obispos y de ello damos cuenta incluyendo un artículo publicado en su día en la revista Celtiberia y firmado por el ya fallecido Florentino Zamora Lucas. Las imágenes, esas bellas instantáneas que acompañan al texto y que enriquecen nuestros ojos con estampas de ayer y de hoy, corresponden a un sin fin de personas. En muchos casos a los auto res de los propios textos y en otros a colecciones custodiadas en diversos centros, a todos nuestra gratitud. Gratitud que deseamos significar especialmente en el Archivo Histórico Provincial de Soria, en la persona de su fotógrafa María Morales y el Museo Numantino. Así como en las personas de Valentín Guisande, y una vez más de Alejando Plaza quien siempre está ahí. Concluimos esta monografía con la bibliografía, que como viene siendo costumbre en obras de este planteamiento, está presentada al final y por bloques temáticos para facilitar a los lectores el acercamiento a la misma ya que serán estos textos los que les permitan profundizar en temas más puntuales. Cuando se empieza un proyecto de estas características se establece un plan de trabajo que, afortunadamente no es rígido y se pueden ir incorporando novedades con la idea de mejorar el proyecto. Buen ejemplo de esta afirmación es el apartado dedicado a la fotografía en Medinaceli. Pero, siempre hemos tenido una cosa clara. Este es un libro sobre Medinaceli, no el libro de Medinaceli, es decir nunca ha estado en nuestra mente el ir hacia una Enciclopedia, de ahí que existan temas, que por unos u otros motivos, no se encuentran este volumen, “un pecadillo venial asumible y perdonable”. Siempre que nos ponemos delante de unos folios con nuestras plumas estilográficas, somos de la vieja escuela, tratamos, dentro de lo posible, en que nuestra mente huya de folios correspondientes a anteriores obras a no ser que se estimen necesarios. Hay temas que son así y que hoy por hoy continúan siendo así. Al elaborar una obra de las características de Medinaceli. Historia-Nobleza-Iglesia, hemos tenido que contar con infinidad de colaboraciones y se ha concluido gracias a la labor silenciosa y desinteresada de numerosas personas: autores, dibujantes, fotógrafos, documentalistas, archiveros, bibliotecarios, vecinos de la villa ducal, en definitiva personas que han demostrado su cariño hacia Medinaceli. Sería una labor prolija y especialmente fatigosa para el lector, citar aquí a todos y cada uno de ellos. Pero sí deseamos marcar algunos. En el orden institucional esta obra fue un encargo, como ya se ha indicado del alcalde-presidente del Ilmo. Ayuntamiento de Medinaceli, don Felipe Utrilla Dupré, a él y a los miembros de su equipo de Gobierno nuestra gratitud. Como responsable de la edición debemos hacer patente nuestra deuda con todos los colaboradores de los textos e imágenes que componen este libro, así como con el Excmo. Sr. don Juan Vicente Herrera Campo, Presidente de la Junta de Castilla y León, por la aceptación a prologar esta obra. Estimado amigo lector, hemos puesto en sus manos una serie de estudios que, estamos seguros, que será de su agrado. Nuestra intención ha sido presentar una obra rigurosa, seria en el planteamiento cultural e historiográfico y con una visión actualizada. Hemos pretendido que sea accesible a un amplio público. Eso sí sin perder el rigor que los libros de historia deben tener. Deseamos haber acertado y que cuando culminen su lectura estén más cerca de Medinaceli. Si hemos acertado nos congratularemos y si no fuese así aceptaremos, humildemente, las críticas, esperemos que benévolas, que deseen aportar. Encontrándose en máquinas este estudio hemos tenido el conocimento del fallecimiento de nuestro amigo el Prf. Dr. Don Juan Zozaya, quien fue un profundo conocedor de la Villa Ducal como demostró en sus estudios arquelógicos. Sírvan estas líneas de homenaje a él.
Carlos de la Casa/José Antonio Martín de Marco Soria, Medinaceli, 19 de marzo de 2016 San José obrero.
(1) CASA, Carlos de la/NOGUERAS, Marta. (2014). El Convento de San Francisco en Medinaceli. Siglos XVI-XX. Soria, pág. 85. (2) ORTEGA Y GASSET, José. (1963). Obras Completas. Tomo II 1916-1934. Madrid, Revista de Occidente. (3) GARCÍA SIMÓN, A. (1995). Historia de una Cultura I. Castilla y León en la Historia de España. Valladolid, Junta de Castilla y León, pág. 11. |
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