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El tiempo es de color azul
Ignacio Cólera Beamonte

Editorial Círculo Rojo, 2016

 

SINOPSIS

Tres chicas de doce años viven, en diferentes épocas históricas, una aventura compartida en las proximidades del Moncayo. A través de sus visiones descubren que sus vidas transcurren en paralelo. Agripina de Arégrada vive en el siglo I, es hija de un ciudadano romano y una celtíbera. Está destinada a ser la futura sacerdotisa del Bosque Sagrado de Buradon. María Coronel se prepara para ser monja de clausura y en el futuro será conocida como la mística del siglo XVII: Sor María de Jesús de Ágreda, la Dama Azul, famosa por sus misteriosas bilocaciones para predicar a los indios de Nuevo Méjico sin salir de su convento. En la época actual, Selina Callizo sorprende a Sonia, su madre adoptiva, profesora de ciencias y educadora liberal, con sus visiones y viajes mentales en el tiempo.

En su intento por comprender de forma racional las extrañas experiencias de su hija, Sonia buscará la ayuda de familiares, amigos y también la de su antigua pareja. Profundizando en el propio tejido de la realidad y del universo, se verá inmersa en un infierno para combatir a las sombras que la acechan.

Las tres jóvenes, modeladas cada una por su cultura, junto a sus seres queridos y ayudadas por sorprendentes aliados, se enfrentarán a enemigos inquietantes mientras descubren bellos e inesperados secretos sobre la naturaleza de la consciencia y el tiempo.

EL AUTOR

Ignacio Cólera Beamonte (Zaragoza, 1959) es Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Zaragoza y actualmente profesor de Física y Química de Educación Secundaria. En los años 90 obtuvo dos premios nacionales por la creación de programas informáticos educativos para uso en el aula. En el año 2001 creó y sigue coordinando, junto a otros dos profesores, la Productora Audiovisual Escolar Servetus Studio®, reconocida con múltiples premios nacionales e internacionales por sus cortometrajes llenos de significativos valores educativos realizados con sus alumnos y alumnas.
Vinculado desde su infancia a la villa de Ágreda y al macizo del Moncayo, ha convertido su vivencial paisaje en un personaje más de su primera novela, El tiempo es de color azul, una historia sobre la importancia de los mitos, la cultura, la religión y la racionalidad de la ciencia a través de unos personajes, algunos históricos, que se mueven e interactúan en distintas épocas para vivir una gran aventura en el tiempo.

RESUMEN DEL PRÓLOGO Por Marisa Bajo

El tiempo es de color azul es un bellísimo juego de recorridos marcados por personajes, cuyas identidades reales e imaginarias se van a ir cruzando e intercambiando a lo largo del relato en unos espacios transitables, definidos por el autor entre la realidad, lo imaginado y los deseos, pero que en esencia invitan a reflexionar sobre la propia identidad en una visión profunda sobre el valor existencial del hombre ―su fragilidad―, sus creencias, determinaciones y la duda como eterno paradigma entre conceptos tan abstractos como el amor, los sentimientos y sus diferentes lecturas.

Pero también es la historia de un viaje, un largo viaje a través de tiempos y espacios que se superponen, entre paisajes de memorias que reclaman constantemente su significado, y donde la metamorfosis de sus personajes y la transformación continua a la que asistimos en el desarrollo de la obra, nos hace ser conscientes de que experimentamos ciertos códigos abiertos por el autor, esa consciencia plena que nos brinda la oportunidad de pertenecer a otros universos, a otros lugares y a otras culturas. En un doble juego entre la realidad y la ficción.

Con una mirada interior, Ignacio Cólera nos va presentando su mundo a través de lo que le perturba y de lo que le significa. Lo que invita a pensar en entornos muy próximos, vivenciales, que se garantizan en un desarrollo fluido y constante, en un contexto frágil, emocional, pero tremendamente plástico, que queda recogido en fragmentos de su obra.

La novela, vertebrada en diversos contextos y geografías, se va a definir entre diferentes planos y espacios simultáneos, que van a marcar esencialmente el concepto de lo temporal en el ensayo narrativo. Dividida en cuatro partes, la narración se abre en varios ejes como estructura fundamental, sin que exista un epicentro en la obra, y donde la realidad histórica / social / religiosa de la que se alimenta en los variados pasajes a los que se asoma, forma parte de esa disposición previa que va a ir fundamentando todo el desarrollo posterior.

El pensamiento mitopoético forma parte de todo ello. El conocimiento con el que se justifican los tiempos marcados y lo elegido de los mismos, es lo que hace atrevido y acertado el escrito. Los espacios son tratados como concreción de cada una de las culturas mencionadas y como proyecto de socialización / comunicación y herencia cultural, donde lo mágico, lo sagrado, las creencias, el arte y la ciencia componen ese fragmento en esencia de un mundo expresivo y vivencial, como cordón umbilical siempre presente en nuestra historia común.

Diferentes miradas nos embarcan en un relato fantástico nada común, apasionante, de intriga, ante una realidad modificada, diluida, en un equilibrio permanente entre la incertidumbre, ―lo no comprensible, lo inexplicable y lo imprevisible―, como factores determinantes que abren un paréntesis entre tres espacios y tres tiempos en tres presentes simultáneos, como planos paralelos que vertebran el recorrido literario, predisponiendo al espectador a disfrutar de un relato de ficción muy cuidado, a lo largo de los lugares en donde se desarrolla la obra, cristalizada en imágenes.

El tiempo es de color azul mantiene vivo lo imaginario y sus sentidos, un lugar en el que percibir y sentir, es el lugar en donde no caben las definiciones, sino que se abre paso al mundo de la creación.

 

El tiempo es de color azul

 

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