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HISTORIAS DE TARANCUEÑA
Paulino García de Andrés Editorial: Soriaedita |
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Paulino García de Andrés es un verdadero hombre de la Tierra, de la Sierra de Pela y alrededores más concretamente. Nacido en Tarancueña, desde hace 30 años ejerce de profesor titular de Filología Inglesa en la Universidad Autónoma de Madrid. En esta faceta, ha destacado en adaptaciones teatrales de cuentos universales en inglés y en castellano, adaptaciones que, en la mayoría de los casos, han sido representadas por sus alumnos universitarios. El estudio de la Comarca de Tiermes a través de sus costumbres, es otra de sus actividades, muy querida. Pero Paulino puede aparecer en cualquier evento castellano formando parte de un grupo de dulzaineros o gaiteros, lo que indica la formación y el gusto por todo lo castellano en general y lo soriano en particular. Con este bagaje el lector no se sorprenderá de encontrar, en Historias de Tarancueña, cuatro muy buenas dramatizaciones de otros tantos hechos históricos acaecidos en su lugar de nacimiento: “Albores de Tarancueña y Retazos de la vida de Almanzor”; “Llovió, aunque poco”; “Exento para el servicio”; y “El Rojo de Valderrubio”. Paulino justifica la publicación de este libro así: “La herencia cultural que hemos recibido los nacidos hacia mediados del siglo XX ha estado a punto de desaparecer, no sólo en sus expresiones físicas –cantos, danzas, etc.- sino incluso en la memoria histórica. Han desaparecido los elementos humanos que alimentaban la cultura popular; me estoy refiriendo a los llamados funcionarios: el maestro, el cura, el médico, el veterinario, el secretario y el farmacéutico. Y con ellos los emigrantes a las grandes ciudades. Perdiendo un sinfín de dichos y refranes, costumbres, danzas, construcciones populares…”. No hacía falta ninguna justificación. Estas cuatro historias dramatizadas tienen, por sí mismas, el suficiente interés para ser dadas a conocer, después de haber sido representadas en Tarancueña. Lo mejor que puede decirse de un libro es que se lee de un tirón, que no puede dejarse. Pues dicho está.
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