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BRISAS DE AMOR ENTRE SONETOS DE ORO Luis Viguera Alonso
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Hace ya años que se viene augurando malos tiempos para la poesía. Pero creemos que el lector de poemas lo es siempre y aunque muchos se hayan quedado embelesados en las vacas sagradas de las dos generaciones más relevantes –la del 98 y la del 27- otros, siempre que cae un libro de poesía en sus manos, se sienten tentados de ver qué emoción les va a llevar su lectura. José María Martínez Laseca, en el prólogo, dice de este poemario: “Así en este libro que se abre para el curioso lector, irrumpe el refrescante manantial creativo del poeta Luis Viguera Alonso. Brisas de amor entre sonetos de oro es su forma genuina de expresar sus sentimientos por medio de la poesía. Y lo hace sopesando la exactitud en la elección de las palabras que levantan las columnas de los versos que son los que sustentan la bóveda de la emoción poética, cargada de resonancias y de ecos. Su poética es tranquila y serena, como ese viento suave de la brisa que nos besa en la cara. Minuciosa y delicada, como paciente artesanía, ya que construye cada uno de los poemas que lo integran a modo de mosaicos policromados con imágenes sencillas y fácilmente inteligibles”. El poemario es una forma de ver la vida pero, sobre todo, una manera de mirar la villa burgense. El Burgo está presente en muchas de sus páginas y en algunas de ellas con una ironía y una frescura (en los dos sentidos) que lleva a la carcajada. Fíjense, en “A las edades del hombre”. Aunque el desparpajo de “A uno que le quiero bien”, hace pensar que le diría Luis Viguera a quien quisiera mal. Pero no todo es ironía, también el amor, tentado en unos bellos sonetos, habrá llegado a calar en la persona a la que van dirigidos. “Cenas de quintos” podría quedar para el acervo popular, como las albadas o las canciones de ronda. Lo he pasado francamente bien leyendo estas brisas de amor entre sonetos de oro. Buena pluma.
Isabel Goig
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