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SORIA RETRATADA
- Viaje al interior-

César Sanz Marcos

Edita: Adema, Asopiva, Proynerso, Asociación Soriana Tierra del Cid, Junta de Castilla y León (Consejería de Cultura y Turismo), Diputación Provincial de Soria y Caja Duero.
375 páginas
SORIA, 2003

 

El autor

César Sanz Marcos, fotógrafo de vocación y profesión, nació en la localidad pinariega de San Leonardo de Yagüe en 1959 donde pasó parte de su infancia, simultaneando sus vivencias con las de otro lugar soriano, El Burgo de Osma, donde residía su abuela paterna.

Su formación profesional tuvo lugar en la Escuela de Artes de Valencia -época en la que fue ayudante del fotógrafo alemán Manfred Zimmermann- y en la escuela privada “f:8”. Ha recibido varios premios, siendo el más importante el primero del II Concurso Internacional I.W.S.A.-97, sobre el agua dulce y sus recursos.

Son numerosas las exposiciones, tanto individuales como colectivas, en Soria, Valencia, Isla de La Palma, Barcelona, Madrid, Zaragoza, Guadalajara, y distintos lugares de la provincia de Soria.

Ha publicado el libro “Soria, a cuatro luces”. Es autor de las fotografías del libro “Un paseo por el Cañón del Río Lobos” y coautor de las fotografías de “Myo Cid (invitación a Claudia)”, de Avelino Hernández.

Del prólogo de Avelino Hernández

“Lágrimas de tantas gentes de ayer, ya enjugadas. Tristeza vieja de las gentes, ya restañada. Hoy vuelve a vivirse aquí. Sales a los pueblos y ves cómo restauran las casas quienes nunca las abandonaron en el fondo de su recuerdo; cómo vienen a vivir a nuestro sosiego gentes nuevas de mundos tan distintos. Yo he vuelto a encontrar niños jugando a Tres navíos en el mar en las calles de nuestros pueblos... Vivir aquí. Vivir.

Y tú has salido, como siempre te he conocido, César, a retratar lo más hondo de la vida.

¿Cuántas veces has corrido tras la luz de la Cebollera y, al llegar, se ha ido? ¿Cuánto tiempo, cuántos viajes, te ha tomado dar con ese sol de Medinaceli? ¿En cuántas ocasiones te has vuelto a casa desde Caracena, Castro, Yuba... sin haber abierto el obturador? ¿Cuánto frío has pasado esperando a la orilla del agua que aquellas briznas de hierba estuvieran a punto de congelarse?

Sólo la pasión hace esto; algunos lo sabemos.

Sólo la pasión permite perseguir empeños imposibles... de los que, sin embargo, se desprenden frutos espléndidos. (Que esa es la tensión irresistible del arte).

Exactamente como tu has hecho, César, que llevas años saliendo a retratar la Soria hondamente vivida de hoy y nos has devuelto, además, aquellos días azules y este sol de la infancia”.

 Del epílogo de Susana Gómez Redondo

“César, me gusta intentar contar esta provincia junto a tus fotografías. Dilucidar el instante en el que el objetivo deja de serlo para convertirse en la mirada de los que las vemos. Explorarla a través de las imágenes que han construido con el diafragma, las sensaciones y los días largos de verano e inviernos enfocados con tendencia al infinito. También me gusta recorrer este rompecabezas con alma de nudo afortunado donde confluyen los paisajes y las memorias, el bendito mestizaje que fabrica la tierra y que tú has sabido deshilvanar en los fotogramas y las emociones”.

Soria retratada

César Sanz Marcos es un esteta que ha permutado la afectación por la sensibilidad. Mirando atentamente las fotografías de los 142 lugares que ha retratado, recordaba constantemente la película “Los puentes de Madison”, el cuidado del protagonista con la película, la paciencia para la búsqueda de la luz ideal que permitiera fotografiar unos puentes que, en principio, tenían poco interés, y también la sensibilidad del fotógrafo.

El hermoso libro “Soria retratada” merece la atención de los sorianos y merece, también, un lugar destacado en la bibliografía de esta provincia, por supuesto, pero también de toda Castilla y más.

El que se acerque a él va a encontrar una sucesión de árboles vestidos y desnudos, verdes y ocres, jugosos y secos, la vieja encina, la retorcida sabina. La tierra en sazón para el cultivo, a punto para la siega, el almendro en flor que contempla a lo lejos el castillo moro de Gormaz, ahora ya tranquilo, porque tal vez ese almendro soportó tiempos peores.

Las tradiciones, mayos, paloteos, gaitas, tanguilla, el Zarrón, las Móndidas, el Paso del Fuego. La cerámica negra de Evelio. Procesiones y hogueras. La Pasión de Alconaba.

Monumentos, de esos que abundan en la tierra.

Labores propias del vivir cotidiano, vendimia.

La nieve, el sol, el agua mansa, el agua brava, el agua domesticada al servicio del hombre, el agua nutritiva, el agua espejo, la roca que todo lo sustenta.

Animales alados, quietos, iniciando el vuelo, en pleno vuelo, la paloma mirando desde la barandilla del balcón. Dos Platerillos haciéndose arrumacos.

Paisajes desde arriba, escarpes, praderas, puestas de sol de fuego, amaneceres, nubes sosteniendo la luz

El pan, los sobadillos, las judías y las chuletas, las patatas, la cocina de Barca, los famosos ajos de Berlanga

Y muy poca desolación, precisamente, porque como decíamos, César es un esteta y aunque, según él, las ruinas son románticas, habiendo –como hay- tanta belleza... Y es que César encuentra la belleza incluso hasta donde es difícil, o tal vez la gente mira cerca y no sabe, como él, extender la mirada.

El ciego en la taberna de Lázaro, la librería Las Heras conservada –al igual que el Lázaro- como siempre, lo que hemos de agradecer muy mucho en esta ciudad donde todo cambia a peor, y el toque cosmopolita de los músicos callejeros.

... Y Matilde, de Vinuesa, con sus bellísimas arrugas. El cabrero y el pastor con su manta de cuadros. Otro pastor, de los Campos, que nosotras fotografiamos hace ya algunos años. Sara –incombustible Sara- de Bretún. El hombre bueno de Valdegeña. El hombre de Cihuela que mira de frente y que también fotografiamos pelando maíz.  Y las preciosas niñas de Torreandaluz.

Como soporte literario, César Sanz se ha valido de los escritores y poetas que fueron y son. Aunque fundamentalmente es Avelino Hernández, seguido de Susana Gómez Redondo, los autores preferidos por el fotógrafo, son sesenta y cuatro más aquellos que han aportado unas líneas a las hermosas fotos de esta provincia.

Puesto que la lista es tan larga, citaremos como más representativos a José Tudela y Blas Taracena –cuyos textos han sido extraídos de su “Guía Artística de Soria”-. Gerardo Diego, Dionisio Ridruejo, Antonio Machado, Ortega y Gasset, Juan Antonio Gaya Nuño, Gervasio Manrique y Bernabé Herrero (con mucho acierto de su poemario “Emociones campesinas”) entre los maestros. Y de los alumnos cabe reseñar las citas extraídas de “La Soria mágica”, de Antonio Ruiz Vega, de Peracho, Rafael Cano, Jesús Gaspar Alcubilla hasta, como decimos más arriba, contabilizar sesenta y seis.

Nosotras recomendamos su compra. La inversión merece la pena. En la página  puede el interesado ampliar la información sobre este libro.

Una exposición con las fotos que componen este volumen la acompaña. Durante el año 2004 y en fechas que se irán anunciando, esta muestra itinerante paseará por El Burgo de Osma, Vinuesa, Almazán, San Leonardo, Ágreda, Soria capital, Madrid, Zaragoza, Barcelona, Valladolid, Salamanca, Brujas, París, Berlín y Oporto, lo que dará la oportunidad a los habitantes de todos estos lugares, provinciales, nacionales y europeos, contemplar Soria con la mirada de César Sanz Marcos.

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