Hace
unos seis millones de años, a principios del Plioceno inferior (era
Terciaria), el continuo avance hacia el norte de la placa continental
africana con respecto a la placa ibérica, originó un episodio
extraordinario en la historia del Mediterráneo pues, la formación de
nuevas montañas cortó la comunicación entre el océano Atlántico y
dicho mar, cuyas aguas se evaporaron completamente, transformándose en
poco tiempo en una cuenca desértica. Además, los ríos rejuvenecieron y
sus cabeceras se erosionaron drenando el mar de Paratetis que entonces
cubría lo que hoy es el Mar Negro, el mar Caspio y el Aral. La tierra
quedó al descubierto y el sur de Europa se convirtió en un sistema de
lagos.
En el
área continental, la sequía produjo la desaparición de millones de Km.
de selvas y la formación de enormes praderas y sabanas de modo que la
fauna que entonces se desarrolló en el Viejo Mundo (Africa, Europa y
Asia) fue bastante homogénea.
Pero, un
millón de años más tarde, un nuevo acontecimiento geológico vino a
cambiar de nuevo la fisonomía del entorno mediterráneo: entre Iberia y
Africa se abrió la falla de Gibraltar, el océano irrumpió con toda su fuerza
formando una cascada cien veces mayor que la de Victoria, mil veces mayor
que la del Niágara y el Mediterráneo volvió a ser un mar interior.
La
Península Ibérica adoptó una configuración muy parecida a la actual,
separándose de las islas Baleares mientras que el valle del Guadalquivir
quedaba cubierto por una gran masa de agua que llegaba hasta Jaén. En el
interior, la erosión de los macizos montañosos de la Meseta y la
formación de grandes cuencias fluviolacustres que se iban rellenando con
los sedimentos procedentes de aquellos, originó, a finales del Plioceno
(hace unos cuatro millones de años), lo que los geólogos denominan una
"superficie".
Esta
superficie, debido a la transgresión marina del Zandiense y al
basculamiento y plegamiento de la Meseta, sufrió importantes procesos
carsticos, entre ellos la formación de dolinas que actualmente han
quedado al descubierto por fenómenos de erosión posterior y que aparecen
a nuestros ojos como hoyas bien delimitadas y más o menos colmatadas por
materiales infiltrados.
El
yacimiento de Cerro Pelado no es otra cosa que el relleno de una de
estas dolinas en conexión con una cueva, en la cabecera de un antiguo
barranco sito en las proximidades de la actual era de Layna.
Fue
descubierto en 1964 por los hermanos Ramón y Antonio Maestro que
advirtieron que el sedimento contenía restos de estalagmitas y huesos de
mamíferos y que, después de cavar varios metros en un intento de
averiguar la extensión del hallazgo, comunicaron su descubrimiento al
Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.
Las
primeras excavaciones sistemáticas se realizaron en 1972, financiadas con
una ayuda de la National Geographic Society, abriéndose seis trincheras
que apenas llegaron a tocar la pared o el techo de la antigua caverna y
que sirvieron para comprobar la existencia de al menos tres periodos
alternantes de karst constructivo (ver
dibujo).
Ese
mismo año, el yacimiento fue adquirido por el antiguo ICONA pasando a
convertirse en la primera Reserva Paleontológica Nacional. Actualmente
la conservación y gestión del yacimiento es competencia de la Dirección
Provincial de Medio Ambiente de Soria (sección de Parques).
Desde
entonces se han realizado numerosos estudios que han llevado a considerar
el yacimiento como único, ya que los restos faunísticos encontrados en
el mismo vienen a llenar la laguna que existía entre las faunas fósiles
españolas del final del mioceno y de la base del Plioceno, al tiempo que
con su presencia aclaran la climatología y el ambiente existentes en
Soria hace más de cuatro millones de años.
LA
FAUNA
La lista
de especies fósiles del yacimiento parece representar con éxito la
biocenosis de aquella época ya que aparecen restos de grandes mamíferos
(artiodáctilos, perisodáctilos, carnívoros), de mamíferos de mediano
tamaño (primates, lagomorfos) y de micromamíferos (roedores
insectívoros, además de restos de anfibios (anuros) y reptiles
(serpientes, tortugas, varánidos) en una mescolanza que parece
corresponder a un caso de tafocenosis, es decir, a una masa de cadáveres
que ha sido arrastrada hasta el interior de la dolina por el agua.
Interesa constatar sin embargo que de las especies de camívoros
reconocidas, una es un carroñero específico, la hiena.
Lista
de especies descritas hasta el momento
MAMIFEROS
Primates: Dolichopithecus
ruscinensis
Roedores: Múridos:
(ratones de campo). Stephanomys donnezani. Castillomys crusafonti.
Occitanomys brailloni. Anthracomyx meini. Apodemus sp. cf. dominans.
Apodemus jeanteti. Rhagapodemus frequens. Blacomys neglectus
Cricétidos:
(hamsters). Ruscinomys europaeus.
Trilophomys pirenaicus. Mimomys stehelini
Esciúridos:
(ardillas). Sciurus sp.
Glíridos:
(lirones). Hypmomys sp. Eliomys intermedius
Histrícidos:
(puercoespines). Hystris sp.
Insectívoros:
Erinácidos (erizos). Erinaceus sp.
Lagomorfos:
(liebres y conejos). Prolagus sff. michauxi. Prolagus ibericus.
Oryctolagus laynensis. Lepus sp.
Carnívoros:
Cánidos: Nyctereutes donnezani (perro de pequeño tamaño). Hiaénidos:
Euryboas lunensis (hiena). Hyaena pyrenaica (hiena)
Ursidos:
Ursus ruscinensis (oso)
Félidos:
Lynx aff. Issodorensis (lince). Machairodontini (tigre dientes de sable)
Artiodáctilos:
Bóvidos: Gazella borbónica (gacela de pequeño tamaño). Leptobos sp.
(toro antigüo)
Perisodáctilos:
Hipparion fissurae (caballo de tres
dedos). Dicerorhinus cf. megarhinus (rinoceronte)
REPTILES
Varánidos:
(varanos)
Ofidios: (culebras)
Quelonios (tortugas)
ANFIBIOS
Anuros:
Bufo sp. (sapo)
El
predominio de hipariones (caballos de tres dedos) y gacelas, junto con la
abundancia de roedores, nos lleva a suponer la existencia de un ambiente
de estepa o sabana con abundancia de gramíneas. Esta vegetación y el
desarrollo del karst atestiguan la existencia de un clima cálido, con una
estación de lluvias abundantes, comparable al clima actual de las mesetas
de Africa Oriental.
Corte geológico del yacimiento plioceno de
Cerro Pelado en Layna (Soria).
Las letras F y G con subíndices se refieren a vértices de la cuadrídula
de excavación:
AO: restos de roca madre y techo de la dolina. A1: suelo vegetal complejo.
B1: relleno final de bloques y cantos. B2: relleno de cantos y arcilla.
C1: brecha fosilífera arcillosa o carbonatada. C2: brecha fosilífera
bastante carbonatada. C3: relleno arcilloso. C4: arcilla. D1: antiguo
relleno y bloques de techo hundido, estalagmitizados.
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©
Carolina Fuentes Vidarte
Catedrática de Ciencias del Instituto Antonio Machado de Soria
(publicado en ABANCO/COSAS DE SORIA Nº 17)
blog
de Carolina Fuentes
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