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CAMPOS DE CASTILLA Y OTROS UNIVERSOS MACHADIANOS César Sanz Marcos Caja
España. |
Con motivo del centenario de la llegada a Soria de Antonio Machado, se ha paseado por los lugares machadianos una exposición de César Sanz Marcos, acompañada de un libro-catálogo de casi trescientas páginas. Las mejores plumas –no podría ser de otra forma- han acompañado a César en esta publicación. Eduardo Bas, Andrés Martín, Joan Guerrero, Bernabé Herrero, José Antonio Pérez Rioja, Julio Llamazares, Joaquín Araújo, J.A. González Sainz, Teresa Martín Taffarel, Ian Gibson, César Ibáñez París, Jesús Hedo Serrano, Carmelo Romero, Esther Vallejo, Juan A. Gómez-Barrera, Manuel Núñez Encabo, Juan Manuel Ruiz Liso, Susana Gómez Redondo, César Millán y Pedro Casaldáliga. Cada uno ha aportado su particular visión sobre el poeta, y han puesto el acento literario a un trabajo fotográfico poético como los versos a los que ilumina. “Y el verso cae al alma como al pasto el rocío”, escribía Neruda. Eduardo Bas aprovecha su escrito –siempre es buena la ocasión- para recordar a Avelino Hernández y “los días azules” que ambos, Avelino y el poeta, vivieron en sus últimos días. “Hay tantas Sorias como miradas”, escribe Andrés Martín, que vino a Soria buscando un poco de invierno y la primavera no le ha defraudado. César Sanz, el Fotógrafo, además de las miradas escribe su encuentro con el Poeta y con una uruguaya exiliada que le recitó un poema de Machado en un hotel de Londres, donde él trabajaba para pagarse sus estudios.
(...) Es parte de un poema que Julio Llamazares escribió, volviendo a Madrid, por los llanos de Barahona y de Retortillo, después del primer viaje a Soria, y que aparece en el libro que comentamos. Machado y el silencio, la conversación con la inmensidad de la soledad, su amor a la naturaleza, son desmenuzados por Joaquín Araújo. Todos los escritores que acompañan a César Sanz dejan, con gran sensibilidad, su visión del Poeta, su obra, su vida, sus soledades. Curiosa la aportación del doctor Ruiz Liso, quien, desde su condición de patólogo, aporta las posibles enfermedades que padeciera Machado y la causa final de su muerte. En cuanto a las imágenes, llama la atención que paisajes desnudos, sin apenas figuras ni edificaciones den para tanto y emocionen de tal manera. Poesía e imagen se unen en esta publicación con un acierto casi misterioso. ¿Será la pequeña ventana por donde el frío apenas se atreve a atravesarla, la de la casa de Alvargonzález? ¿Sería ese el mismo hayedo que a Machado le inspiró el poema, estará viendo el Fotógrafo, precisamente, el mismo tronco engrosado de anillos? Dos publicaciones bellísimas ( Caminar Soria), por dentro y por fuera, como todo lo que hace César Sanz Marcos. Isabel Goig César Sanz en nuestro web:
Río
Duero, río Duero (comentario del libro) |
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