Iglesia
de Nuestra Señora del Rosario, Gallinero (Soria). Conjunto de
estelas en la plementería.
Carlos de la Casa
Manuela Domènech
In memoriam
Prf. Miguel Ángel García Guinea y
Prf. Léo Barbé
Resumen
El estudio de las estelas
funerarias en España experimentó una importante evolución a raíz de la
celebración en nuestro país de varios congresos internacionales.
Soria fue, en 1983, la
primera provincia española donde vio la luz una monografía sobre estos
modestos bienes culturales. Ahora, treinta años después, de nuevo vuelve
a ser noticia en este campo de la investigación arqueológica al
detectarse, en una de las bóvedas de la iglesia parroquial de la
localidad de Gallinero, casi un centenar de estelas reutilizadas como
elementos de la plementería.
Palabras
Arquitectura, reutilización, estelas
funerarias y Medievo
(Pulsar
para ampliar la foto)
INTRODUCCIÓN
La Península Ibérica fue un auténtico desierto en el mundo de la
investigación de las estelas funerarias del medievo hasta el año 1920,
en que vio la luz la obra del Dr. Frankowski (FRANKOWSKI, 1920).
Tampoco debemos olvidar la edición de la
obra de Frankowski, en 1989, edición fascímil, con una serie de trabajos
complementarios, coordinados por el editor Prf. Dr. don José M.
Gómez-Tabanera (FRANKOWSKI, 1989).
Soria abrió el fuego de las monografías
provinciales en 1983 (DE LA CASA y DOMÈNECH, 1983) y desde entonces se
han publicado varios artículos, que han puesto de manifiesto que es una
zona en donde se utilizó la estela tanto en momentos medievales (DE LA
CASA Y DOMÈNECH, 1994: 219-245, HERAS, 1994: 565-579, CASA ET ALII,
1995: 463-487), como medievales e incluso en tiempos recientes (DE LA
CASA y DE LA CASA, 1994: 495-512).
Dentro de la provincia
soriana ya habíamos detectado tres piezas en la localidad de Gallinero,
una ubicada sobre el trasformador de luz, que dimos a conocer en su
momento(DE LA CASA y DOMÈNECH, 1994: 228-229), y dos empotradas en la
cerca del templo parroquial, una publicada en 1995 (DE LA CASA ET ALII,
1995 y otra que permanece inédita.
Una reciente visita al templo nos permitió
observar que las bóvedas habían sido limpiadas y retirada la capa de cal
que las cubría y nuestra sorpresa fue el encontrarnos con decenas de
estelas conformando la plementería de la bóveda central del transepto.
Después de casi treinta y cinco años
dedicándonos al mundo funerario, es el primer caso que conocemos de
estas características, de ahí que hayamos decidido dar a conocer este
interesante hallazgo.
La localidad de Almarza se encuentra
en las estribaciones del Puerto de Piqueras y de la Sierra del Alba, 22
km. al norte de la ciudad de Soria, Entre sus pedanías se encuentra el
pueblo de Gallinero, que se integró en este municipio a principios del
siglo XX.
Anteriormente fue
municipio propio e incluso tenía dos barrios, Cerveriza y Lumbrerillas,
llegando a tener 150 casas y escuela con noventa alumnos de ambos sexos.
Teniendo iglesia parroquial de primer ascenso (Ntra. Sra. Del
Rosario) servida por un cura de provisión real y ordinaria (MADOZ,
1845-1850: 138 y BLASCO, 1909: 248-249).
El topónimo Gallinero ha sido estudiado por
el Prof. Carracedo, que nos dice al respecto: del latín GALLINARIU,
derivado del latín Gallina mediante el sufijo –ARIU, que indica
abundancia de estas aves de corral o de construcciones para albergarlas
(CARRACEDO, 1996: 167).
Y continúa diciendo: en la Rioja
hay un lugar llamado Gallinero que es documentado abundantemente por
Rodríguez de Lama. Esta circunstancia hace sospechar que el topónimo
soriano no sea descriptivo y sí un topónimo de repoblación, ya que en
fechas más tempranas a 1270 se documenta Gallinero de Rioja (CARRACEDO,
1996: 168).
Soria y su cabaña ganadera tuvo un peso importante en los
momentos claves de la Mesta y como ha indicado Ruiz Martín, fueron
precisamente los grandes ganaderos los que enriquecieron diversos
pueblos de nuestra tierra RUÍZ MARTÍN, 1965: XXXV) y estamos seguros que
entre ellos se encontraría Gallinero.
Nos encontramos en la
centuria del XVI con una importante representación de la arquitectura
religiosa, hasta el punto de llegarse a afirmar que estamos: ante una
de las páginas más brillantes y sugestivas de la historia del arte
soriano (MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 17). Y aquí tenemos nuestra Iglesia
bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario.
Pero Gallinero fue a más,
siendo una de las escasas poblaciones que cuenta con una interesante
muestra de arquitectura gótica civil. A este respecto nos dice Martínez
Frías: la arquitectura gótica civil del momento se halla, por el
contrario, escasamente representada con lo conservado. Sólo merecen
reseñarse algunas mansiones señoriales de Agreda, Soria, Fuentepinilla y
Gallinero y el palacio episcopal de Burgo de Osma (MARTÍNEZ FRÍAS,
1980: 17).
Estas suelen tener en sus
fachadas una organización típicamente hispanoflamenca: puertas
descentradas del eje, resueltas en arcos de ancho dovelaje, con alfiz
que, partiendo de pequeñas mensuras, se quiebra para acoger escudos o
balcones (MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 39).
Una de las familias más
importantes, por no decir la más, son los Vinuesa y precisamente serían
ellos los que bajo sus auspicios económico asumirían una serie de obras;
aún hoy existen testimonios de la arquitectura en la localidad, tanto
civil (casas solariegas) como eclesiástica (la capilla mayor y una de
las del lado de la Epístola) (MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 459-460).
Existiendo otras familias ilustres con
posesiones, algunas desaparecidas en la actualidad, caso de los Medranos
(Casa de San Gregorio), con varios siglos de historia, o los Vadillos
(RABAL, 1889: 48, TARACENA y TUDELA, 1962: 252). No debiendo olvidar a
los Calderón que financiaron una de las capillas del lado del Evangelio
de la iglesia (MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 21).
El objetivo de este trabajo
es dar a conocer una serie de estelas funerarias ubicadas en el templo
de esta localidad, de ahí que, previamente, procedamos a realizar una
presentación del mismo.
La parroquia de Nuestra
Señora del Rosario, perteneciente a las iglesias de nave única y capilla
ochava, se construyó en dos fases y fue levantada a las afueras del
pueblo, siendo estudiada por el Prof. Martínez Frías a quien vamos a
seguir literalmente.
Posee planta de nave
única, dividida en tres tramos, capilla mayor con testero poligonal y
capillas a ambos lados de la nave. Los tramos se cierran con sencillas
bóvedas de terceletes….Sólo se ornan las claves principales de los dos
últimos tramos, en donde observamos motivos geométricos, a modo de
estilizados florones. Los tramos están delimitados por tres fajones
apuntados, los dos más cercanos a la cabecera son de simple perfil
rectangular, sin moldura alguna y descansan sobre pilastras, a la manera
usual en el s. XIV…(MARTÍNEZ FRÍAS, 1980:
200).
A las dos capillas
laterales del lado del Evangelio, se accede por arcos apuntados, de
perfil triangular, recorridos por escocias y baquetones, que se apoyan
en ménsulas adheridas a pilastras y a un soporte poligonal…. Estas
capillas se comunican entre sí por un arco apuntado…. La capilla más
cercana a la cabecera se cubre con bóveda de terceletes, de cinco claves
lisas, sobre ménsulas con los símbolos de los Evangelios de talla poco
fina (MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 200-201).
La capilla contigua
luce simple bóveda de crucería, con la clave lisa. Los nervios, de
idéntico perfil a los de la estancia anterior, descargan sobre
ménsula….En el expediente de pruebas de nobleza, elaborado en 1614, para
el ingreso de don Diego López de Salzedo y Calderón, de la Orden Militar
de Santiago, se hace constar que, el abuelo materno del pretendiente
–don Tomás de Calderón- era dueño de una capilla <que esta en la iglesia
mayor> del lugar de Gallinero (DÁVILA JALÓN,
1967), capilla que identificamos con la que nos ocupa, pues las armas
se insertan en las ménsulas coinciden con las de los Calderón
(MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 201).
A la capilla del
lado de la Epístola, advocada de Santiago, se accede por un arco de
medio punto, de perfil rectangular, que descansa sobre pilastras. La
cubierta es de crucería, integrada por nervios ojivos, de perfil
triangular, y una clave, en la que figura el escudo de los Vinuesa… en
los datos testificales para el expediente de ingreso en la Real Orden de
Santiago, don Juan Alonso de Vinuesa Castejón, …, recogidos en 1578 y
conservados en el Archivo Histórico Nacional, encontramos la primera
referencia a esta capilla, pues se especifica que el bisabuelo paterno
del pretendiente –don Pedro de Vinuesa- yacía en la parroquia de
Gallinero, <en la capilla de Santiago, que es enterramiento suyo
(MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 202).
Fernando Marías (MARÍAS, 1974: 194)
atribuye infundadamente la erección de la capilla de Santiago al maestro
de cantería Francisco de la Gandara, cuando en realidad, lo que dicho
maestro se limita a hacer en ella son obras de reparación (MARTÍNEZ
FRÍAS, 1980: 202).
A este respecto nos
dice González Echegaray: … el 25 de octubre de 1625 se da por pagada
de parte de Suero de Vega y Castilla, Caballero del Hábito de Santiago,
por la obra de reparación de la capilla de Santiago, del lugar de
Gallinero (Soria), y la pared de la casa de Juan García de Aylloncillo
(GONZÁLEZ ECHEGARAY, 1991: 225, LASSO DE LA VEGA, 1948: 142-143, ARRANZ,
1979: 539).
Martínez Frías afirma: A nuestro modo de ver, la
capilla debió levantarse a finales del s. XV –época en la que vive su
fundador, don Pedro de Vinuesa-, resultando difícil precisar en la
actualidad el grado en que la obra de reparación de F. de la Gándara
afectó a la estructura originaria (MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 202).
El arco de ingreso a
la capilla mayor es uno de los fajones analizados al hablar de la nave.
Es posible que haya sido algo retocado con posterioridad, afectando la
reforma a los arranques de algunos nervios de la bóveda del tramo
contiguo a la cabecera, pues, quedan bruscamente embebidos en el muro. A
partir de este arco fajón, el templo sufrió una nueva readaptación y,
hacia mediados del s. XVI, se sustituyo la primitiva capilla mayor por
otra mucho más esbelta, obra asimismo debida a la munificencia de los
Vinuesa (MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 202).
El tramo presbiterial, de planta
cuadrada, se cierra con bóvedas de crucería, en la que ya advertimos
presencia de combados, que dibujan una circunferencia tomando como
centro la clave polar y arcos de doble curvatura cóncava, cuyas
intersecciones se enriquecen con la presencias de múltiples claves
planas. Los nervios, recorridos por sutiles molduras, estriban en
pilastras y semicolumnas, con capiteles unidos a través de la línea de
impostas que, a modo de entablamiento, recorre los muros de la capilla(MARTÍNEZ
FRÍAS, 1980: 202).
El ábside es
pentagonal. Su bóveda, cuya traza dibuja la mitad de una estrella de
ocho puntas, se funde con la del presbiterio a través de la clave,
exornada con un esquema gallonado, se ha colocado en el fajón que
delimita ambos tramos. Los nervios, en esta ocasión, se detienen en la
línea de impostas anteriormente mencionada. La sacristía adosada a la
cabecera, en el lado de la Epístola, constituye una dependencia de
planta rectangular, alargada en el sentido del eje de la misma iglesia.
Luce bóveda de terceletes y con claves lisas, sobre ménsulas angulares
de renaciente perfil. Los nervios no difieren en su perfil de los de la
capilla mayor (MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 203).
La torre adosada al
presbiterio y a la primera capilla del lado del Evangelio, apenas
posee entidad artística (MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 203). Su cuerpo alto
es ya obra del s-XVII.
En un interesante
estudio sobre arquitectura renacentista, nos dice Losada Varea:
el 6 de abril de 1611 Juan de Navega entregaba la
traza y condiciones para la obra del cuerpo de campanas de la torre de
la iglesia del Rosario de Gallinero (Soria).
Según consta en el documento,
AHPS, (secc- prot) Juan de Navega hizo, además de las condiciones, dos
trazas para la obra: La planta y alzado de la torre. Los cuatro lienzos
del cuerpo de campanas se abrían al exterior mediante una ventana en
cada uno de ellos, de medio punto, de 5 pies de ancho y diez de alto
(proporción dupla). Por la parte inferior de este cuerpo corría una faja
de sillería “que sirve de basa de las pilastras”. Sobre estas pilastras
se había de asentar una cornisa. La obra fue rematada por Juan de Solano
Palacio en 7200 reales.
Para una mayor información sobre el cobro
final de esta obra, podemos ver la escritura de poder a Cristóbal de
Santa Ana, otorgada en Gallinero, por el maestro de cantería montañés
Juan de Solano Palacio, el 12 de septiembre de 1623, para cobrar lo que
se adeudaba por la torre de la iglesia de dicho lugar (LASSO DE LA VEGA,
1948: 418-422).
En la actualidad
podemos contemplar un cuerpo de campanas sumamente sencillo, con
pilastras en las esquinas y vano de medio punto con troneras. Las cuatro
esquinas del tejado fueron decoradas con bolas clasicistas. Fue
construido en mampostería, a excepción de las pilastras, arcos, faja y
cornisa que se labraron en sillería (LOSADA
VAREA, 200: 158-159).
En definitiva, y siguiendo a
Martínez Frías, buen conocedor del templo, podemos decir que la nave
dataría de fines del XV, principios del XVI, aprovechando la obra de una
posible construcción del XIV. Las capillas laterales pertenecerían al
mismo momento que la nave. La cabecera sería demolida a mitad del XVI,
para realizar la actual, de proporciones más esbeltas.
(Pulsar
para ampliar la foto)
Estelas
Entre los años 1963 y 1968, don Marcelino
Núñez,
al intentar resolver el problema de las goteras detectadas en la
cubierta del templo, optó por proceder a retirar el encalado que cubría
la plementería interior. El resultado fue la localización de decenas de
estelas funerarias formando parte, junto a otras piezas de sillería, de
la bóveda central del crucero o transepto.
En Gallinero ya teníamos
constancia de la presencia de una estela instalada en la parte superior
del transformador de la luz (DE LA CASA y DOMÈNECH, 1994: 228-229),
pero desconocíamos el resto de los aspectos funerarios.
Al tener conocimiento de este
curioso hallazgo, no nos consta la existencia de caso similar, hemos
procedido a realizar su estudio. Antes de dar a conocer el mismo debemos
realizar algunas precisiones.
Dada la altura de la bóveda
nos ha sido imposible acceder a la misma y el trabajo ha partido de la
visualización de las piezas con prismáticos y del material fotográfico
realizado.
Estamos seguros que existen
más piezas además de las sesenta y cuatro que vamos a catalogar, unas
estarán vueltas, otras de perfil, bastantes fragmentadas, e incluso
algunas ocultas bajo los nervios.
Nosotros hemos incluido únicamente las que no ofrecen duda de que son
estelas o fragmentos de las mismas. Su estado de conservación es
regular, en algunos casos malo, no olvidemos que muchas debieron ser
manipuladas para esta nueva función.
A la hora de presentar el
catálogo, hemos decidido dividir la bóveda en treinta y cinco tramos,
de ahí que estas cabeceras de sepulturas lleven las siguientes siglas:
G. So (Gallinero, Soria) y a continuación el número de tramos dentro de
la bóveda y el número de pieza correspondiente.
Todas ellas, salvo rara
excepción, que indicaremos, son estelas discoideas de tipo antropomorfo.
A la hora de su descripción decorativa optaremos por seguir la
clasificación establecida por el Dr. Ucla (UCLA, 1991), complementado si
fuese necesario por algún comentario.
Por último, debemos indicar
que no hemos optado por no establecido paralelos individuales de los
motivos decorativos, pues estos nos llevarían a una interminable lista
de lugares y relación bibliografía y, ello queda fuera de nuestra
intención.
Catálogo
1.- G.So. 5-1
Estela antropomorfa discoidal, se
insinúan los hombros.
Decoración: inscrita en un círculo una
rosácea de seis pétalos, con un punto en el centro de unión. Bajo
relieve.
2.- G.So. 8-2
Estela antropomorfa discoidal, se
insinúan los hombros.
Decoración: inscrita en un círculo una
rosácea de seis pétalos, con doble punto en el centro de unión. Bajo
relieve.
3.- G.So. 9-3
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: el desgaste y los restos de
cal impiden ver si llevaba alguna representación.
4.- G.So. 9-4
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: sólo se aprecia en el centro
un pequeño círculo.
5.- G.So. 9-5
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: doble círculo, rompiendo
ambos una cruz latina incisa.
6.- G.So. 10-6
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: el desgaste y los restos de
cal impiden ver si llevaba decoración.
7.- G.So. 10-6 bis
Estela tabular, vertical con cabecera
curvilínea.
Decoración: muy desgastada, a penas se
aprecia, rosácea, sin determinar número de pétalos.
8.- G.So. 11-7
Estelas antropomorfa discoidal.
Decoración: en el interior de un círculo
cruz patada de brazos curvilíneos y extremos cóncavos, en bajo relieve,
en el centro un punto.
9.- G.So. 11-8
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: el desgaste y los restos de
cal impiden ver si llevaba temática alguna.
10.- G.So. 11-9
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: en el interior de un círculo
cruz patada de brazos curvilíneos, no se aprecia el acabado de los
extremos, en bajo relieve, en el centro un punto.
11.- G.So. 11-10
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: en el interior de un círculo
estrella de cinco puntas, en bajo relieve.
12.- G.S0. 11-11
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: en el interior de un doble
círculo una rosácea de ocho pétalos, en bajo relieve y en el círculo
exterior con la misma técnica un sogueado a base de pequeñas bolas.
13.- G.So.12-12
Estela antropomorfa con orejeras.
Decoración: no se aprecia.
14.- G.So. 12-13
Estela antropomorfa discoidea, la parte
de la cabecera muy desgastada.
Decoración: apenas se distingue, podría
ser una estrella de cinco puntas en bajo relieve.
15.- G.So. 13-14
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: inscrita en un círculo una
rosácea de seis pétalos, en bajo relieve.
16.- G.So. 13-15
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: tres círculos concéntricos,
en el interior un motivo irreconocible en bajo relieve ¿rosácea o cruz?;
en el círculo intermedio un sogueado formado por pequeños cuadrados con
la misma técnica que la decoración central y en el exterior el desgaste
nos impide observar lo realizado por el cantero.
17.- G.So. 13-16
Estela de la que sólo se conserva el
disco.
Decoración: rosácea de seis pétalos y en
la parte central de la misma dos pequeños círculos concéntricos, todo
ello en bajo relieve.
18.- G.So. 13-17
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: lisa.
19.- G.So. 14-18
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: tres círculos concéntricos.
En el interior y en bajo relieve una rosácea de seis pétalos y en el
exterior un sogueado a base de pequeños cuadrados.
20.- G.So. 18-19
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: inscrita en un círculo una
rosácea de seis pétalos, en bajo relieve, en la parte superior se ve un
pequeño elemento cuadrado entre las hojas de la flor.
21.- G.So. 18-20
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: tres círculos concéntricos,
en el interior, en bajo relieve, una rosácea de seis pétalos y en el
exterior un sogueado a base de pequeños cuadrados.
22.- G.So. 18-21
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: no se aprecia bien, en el
interior de un círculo ¿una rosácea de seis pétalos o cruz?
23.- G.So. 18-22.
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: en el interior de un círculo
una cruz patada de brazos curvilíneos y extremos convexos, en bajo
relieve; en el centro un punto.
24.- G.So. 18-23
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: inscrita en un círculo
estrella de cinco puntas, en el punto central de unión doble círculo, en
bajo relieve. Entre el disco y el vástago una cruz incisa.
25.- G.So. 20-24.
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: en el interior de un círculo
cruz patada de brazos curvilíneos y extremos convexos y entre ellos un
pequeño cuadrado; todo ello en bajo relieve.
26.- G.So. 20-25.
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: en el interior de un círculo
cruz patada de brazos rectos, extremos convexos y en el punto central un
pequeño círculo, en bajo relieve.
27.- G.So. 21- 26
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: cruz de Malta en cuya parte
central tiene dos pequeños círculos, en bajo relieve. Todo ello inscrito
en un círculo.
28.- G.So. 21-27
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: doble círculo, en el exterior
una línea incisa formando pequeños triángulos y en el interior una
rosácea de ocho pétalos, en bajo relieve, con un punto en el centro.
29.- G.So. 21-28
Fragmento de estela ¿tabular?
Decoración: doble circulo inciso y bajo
este tres líneas verticales incisas.
30.- G.So. 26-29
Fragmento de disco.
Decoración: se aprecia, en bajo relieve,
parte de una rosácea o cruz y en los brazos unas pequeñas bolas
decorativas.
31.- G.So. 21-30
Fragmento de disco.
Decoración: cruz patada de brazos
curvilíneos y extremos convexos, inscrita en un círculo, en bajo
relieve.
32.- G.So. 21-31
Fragmento de disco.
Decoración: cruz patada de brazos rectos
inscrita en un círculo, en bajo relieve.
33.- G.So 21-32
Fragmento de estela, parte del disco y
arranque del vástago.
Decoración: cruz patada de brazos rectos,
inscrita en un doble círculo, en bajo relieve. En el exterior un
sogueado en zig-zag formando pequeños triángulos.
34.- G.So. 21-33.
Fragmento de estela.
35.- G.So. 22-34
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: de un punto central sale una
cruz patada de brazos rectos inscrita en un triple circulo; en el del
medio un sogueado formando pequeños cuadrados y en el exterior línea en
zig-zag a modo de triángulos.
36.- G.So. 22-35.
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: en el interior de un círculo
y partiendo de un punto central se muestra un motivo, en bajo relieve,
que es difícil de interpretar ¿estrella, o cruz? Bajo el disco y en el
arranque del vástago una cruz patada incisa.
37.- G.So. 23-36
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: doble círculo, en el interior
y en bajo relieve una cruz de Malta, en el exterior un sogueado formado
por pequeños cuadrados.
38.- G.So. 23-37
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: inscrita en un círculo cruz
patada de brazos curvilíneos y extremos cóncavos, en bajo relieve.
39.- G.So. 23-38
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: triple círculo, en el
interior una rosácea de ocho pétalos y en el exterior un sogueado a base
de pequeños círculos con punto central, todo ello en bajo relieve.
40.- G.So. 23-39
Fragmento de estela, sólo se conserva el
disco.
Decoración: triple círculo, en el
interior una rosácea de seis pétalos y en el exterior un sogueado a base
de pequeños cuadrados, todo ello en un bajo relieve.
41.- G.So. 24-40
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: en el interior de un doble
círculo inciso rosácea de seis pétalos, en el tercero sogueado, en bajo
relieve, a base de zig-zag formando pequeños triángulos.
42.- G.So. 24-41
Estela antropomorfa discoidal.
Carece de decoración.
43.- G.So. 24-42
Estela antropomorfa discoidal.
Decoración: En el interior de un doble
círculo una cruz patada de brazos curvilíneos y extremos convexos, en
los cuadrantes pequeños motivo decorativo en forma geométrica.
44.- G.So. 25-43
Fragmento de estela, falta la cabecera.
45.- G.So. 25-44
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: doble círculo, en el interior
se aprecia un elemento decorativo, en bajo relieve, ¿rosácea o cruz?
Entre el disco y el vástago una cruz patada incisa.
46.- G.So. 25-45
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: en el interior de un círculo,
en bajo relieve, estrella de cinco puntas; en el inicio de la parte
superior del vástago una cruz patada incisa.
47.- G.So. 25-46
Estela antropomorfa discoidea, en el
vástago se insinúa uno de los hombros.
Decoración: arrancando de un pequeño
círculo, rosácea de seis pétalos, en bajo relieve.
48.- G.So. 25-47
Fragmento de estela, en muy mal estado.
49- G.So. 25-48
Fragmento de disco, en mal estado.
Decoración: se aprecian algunos pétalos,
en bajo relieve.
50.- G.So. 26-49
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: inscrita en un círculo una
cruz flordelisada, en los cuarteles pequeños cuadrados, todo ello en
bajo relieve. En la unión con el vástago se aprecian dos líneas curvas
incisas y bajo estas otra con un motivo que no se aprecia por el mal
estado de conservación, todo ello a modo de collar.
51.- G.So. 26-50
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: inscrita en un círculo una
cruz patada con los brazos y extremos rectos, en bajo relieve.
52.-G.So. 26-51
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: inscrita en un círculo una
estrella de cinco puntas, en bajo relieve.
53.- G.So. 26-52
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: en el disco un doble círculo
inciso.
54.- G.So. 26-53
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: partiendo de un pequeño
círculo central e inscrita en otro una estrella de cinco puntas, en bajo
relieve.
55.- G.So. 27-54
Estela antropomorfa discoidea.
Sin decoración.
56.-G.So. 28-55
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: arrancando de un punto
central e inscrita en un círculo una rosácea de seis pétalos, en bajo
relieve. En la unión con el vástago dos semicírculos paralelos, en el
superior una línea continúa zigzagueante, incisos a modo de collar.
57.- G.So. 30-56
Estela tabular vertical con cabecera en
círculo.
Sin decoración.
58.- G.So. 31-57
Estela antropomorfa discoidal.
Sin decoración.
59.- G.So. 32-58
Estela tabular vertical con cabecera en
círculo.
Decoración: inscrita en un círculo cruz
patada de brazos rectos y extremos convexos, en el centro un pequeño
punto; todo ello inciso.
60.- G.So. 32-59
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: de un círculo central surgen
ocho pétalos a modo de rosácea, en bajo relieve.
61.- G.So.32-59 bis
Estela tabular vertical con cabecera en
círculo.
Decoración: doble círculo y en el
interior cruz patada incisa.
62.- G.So. 35-60
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: el tema central no se aprecia
al estar cubierto por uno de los nervios. Si observamos en un círculo
exterior, de forma incisa, una línea en zig-zag formando triángulos.
Bajo el mismo en el inicio del vástago, un semicírculo marcando
claramente la forma de un cuello.
63.- G.So. 35-61
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: en el interior de un triple
círculo una rosácea de seis pétalos, en el intermedio y a forma de
sogueado pequeños cuadrados y en el tercero no se aprecía decoración.
Todo en bajo relieve.
64.- G.So. 35-62
Estela antropomorfa discoidea.
Decoración: un triple círculo.
69.- G.So. 2012-2.
Procedencia: Gallinero
Lugar de depósito: utilizada como
elemento de la plementería de la bóveda de la capilla de los Vadillo, en
la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario.
Material: piedra caliza
Tipo: antropomorfo discoidea.
Decoración anverso: en el interior de un
círculo un punto.
Observaciones: se observa un intento de
marcar los hombros.
65.- G.So. 2012-1
Fragmento de disco
de una estela
Ubicación: embutida en la cerca que rodea
la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario en Gallinero.
Diámetro: 36/32/28 y 14 cms.
respectivamente
Decoración: inscrito en un doble círculo,
uno de menor tamaño del que irradian una serie de líneas en curvas, en
bajo relieve, en forma de rayos de sol que finalizan en pequeñas bolas.
Observaciones: como puede comprobarse es
la única pieza que no coincide en temática con el resto, de ahí que no
la incluyamos en el comentario que realizaremos a continuación; sobre
esta temática decorativa nos remitimos a lo que escribíamos en 1983 (DE
LA CASA y DOMÈNECH, 1983: 158-163) y a lo expuesto posteriormente por el
Dr. Ukar Muruzabal en su tesis doctoral (UKAR, 1994: 516-518).
66.- G.So. 1995-1 (DE LA CASA ET ALII,
1995: 475-476).
Fragmento de disco
de una estela.
Ubicación: embutida en la cerca que rodea
la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario en Gallinero.
Diámetro.- 28 y 26 cms.
Decoración: inscrita en un círculo cruz
patada de brazos curvilíneos y extremos convexos.
67.- G.So.1994 -1 (DE LA CASA y DOMÈNECH,
1994: 228-229).
Estela discoidea
Lugar de depósito: sobre el transformador
de luz de Gallinero.
Material: piedra caliza.
Decoración anverso: cruz patada de brazos
rectos.
Decoración reverso: cruz patada de brazos
rectos.
Técnica: bajo relieve.
Estado conservación: Malo.
68.- G.So. 2012-1.
Procedencia: Gallinero
Lugar de depósito: nave del pueblo.
Material: piedra caliza
Tipo: discoidea.
Decoración anverso: inscrita en un
círculo una estrella de seis puntas, en su parte central un círculo con
punto. Todo ello en bajo relieve.
Decoración reverso: inscrita en un
círculo una estrella de siete puntas, en su parte central un círculo con
punto. En el exterior un sogueado. Todo ello en bajo relieve.
Estado de conservación: Muy malo.
Altura total: 30 cms.
Diámetro disco: 35 cms.
Grosor disco: 10 cms.
Observaciones: se desconoce donde
apareció, fue recogida por el anterior alcalde don Raúl García Gómez y
custodiada por el nuevo don David Arevalo Aragones.
(Pulsar
para ampliar la foto)
Consideraciones
De las sesenta y cinco estelas localizadas en la bóvedas,
todas ellas de caliza, podemos considerar cincuenta y dos antropomorfas
con la cabecera discoidal y cinco tabulares con la parte superior
igualmente circular; el resto son fragmentos fundamentalmente de discos.
Debemos reseñar que en un caso se
aprecia una pieza con orejeras, el segundo que se conoce en nuestra
provincia. El primero se detectó en Vilviestre de los Nabos (de la casa,
1992: 345-351), y no es una característica común en la Península
Ibérica, sí en Alemania (MÜLLER y BAUMANN, 1988: 50, 58 y 59. AZZOLA,
1977: 55-56) o en Francia (BARBÉ, 1980: 172 BARBÉ, 1984: 22 BARBÉ y
DUPOUEY, 1987: 403-405.. En este último país hay una zona, el Valle de
Soule, en donde existe un número importante de estelas con orejeras y a
este tipo de piezas se las considera un fossile indicateur (
DUVERT, 1987: 141-144).
En cuanto a la técnica decorativa, podemos
indicar que la mayoría están ejecutadas en bajorrelieve, muy pocos son
los casos en que se da la incisión. Esta última aparece en algunas
piezas con círculos concéntricos, a la hora de realizar algún sogueado y
en la decoración que se da entre el disco y el vástago.
La mayor profusión decorativa corresponde a
las cruciformes y no sólo en el disco como veremos, sino también en el
vástago en donde, mediante incisión, se ha detectado una cruz patada en
tres casos.
En el disco, la cruz siempre aparece
inscrita en un círculo y a veces en varios. La más común es la patada,
trece piezas, con las variantes de sus brazos, rectos y curvilíneos, los
extremos se nos presentan rectos, cóncavos y convexos. La cruz de Malta
hemos detectado en dos piezas, la flordelisada en una y la latina en
otra.
El segundo bloque temático está compuesto
por las rosáceas, se da en quince ocasiones, once con seis pétalos y
cuatro con cuatro. Por último, las estrellas, en siete piezas con cinco
brazos y en una con seis.
Como puede observarse no existe una
variedad decorativa amplia, si no más bien todo lo contrario, lo que nos
hace pensar en que estas corresponden a un mismo complejo funerario o
como mucho a dos. No vamos a entrar en el significado y simbología del
tipo decorativo, para ello nos remitimos a nuestro estudio de la
provincia de Soria (DE LA CASA y DOMÈNECH, 1983: 138-143) o al de Carmen
Martín para Cantabria (MARTÍN, 2000: 217-240).
Con respecto a este ámbito, sí nos gustaría
reseñar la existencia de varios sogueados: cuadrados, círculos, curvas y
triángulos. E igualmente mencionar que en algunos casos aparecen unas
líneas curvas a modo de collar, pensamos que para remarcar el cuello y
hacer más patente el tipo antropomorfo.
La tipometría, por razones obvias, la
desconocemos; en cuanto a su funcionalidad ya hemos indicado de forma
reiterativa que es de carácter funerario y como tal directamente
relacionada con la muerte. Así se ha podido demostrar en los casos que
han aparecido “in situ”, bien señalizando las cabeceras bien delimitando
recintos sagrados (DE LA CASA y DOMÈNECH, 1983: 174. DE LA CASA, 1990:
125-131).
Su cronología, aunque todas se encuentran
fuera de su contexto arqueológico, puede quedar establecido entre los
siglos XII-XIII (DE LA CASA y DOMÈNECH, 1983: 174).
Lamentablemente no disponemos de muchos más
datos, por no decir de ninguno, y estimamos de sumo interés conocer, por
una parte, la procedencia de este importante grupo de piezas, sin duda
el más numeroso de los localizados en la provincia, y, por otra, el
momento de su instalación como sillares de la plementería de la bóveda.
Las piezas dada su tipología, uniforme, y
su decoración, relativamente homogénea, deben proceder de una misma
necrópolis o de varias muy cercanas entre sí. Por ello, y con el fin de
intentar localizar el origen hemos realizado una prospección
bibliográfica sobre los despoblados del entorno (CABRILLANA, 1971:
487-490),
especialmente enfocado a los dos núcleos que fueron en su día barrios de
Gallinero: Cerveriza o Cervariza y Lumbrerillas o Lumbreras ÁLVAREZ,
1993: 141-166. ASENJO, 1999. CABRILLANA, 1971: 485-550, CABRILLANA,
1971b: 5-60. DIAGO, 1991: 467-515. DÍEZ y GALÁN, 2012. JIMENO, 1983.
PORTILLO, 1979: 173-202. REPRESA, 1979: 7-18. rubio sempre, 1983: 37-44.
Y los resultados no han sido todo lo positivo que hubiésemos deseado.
Todos los investigadores que hemos citado y
que han trabajado sobre los despoblados en nuestra provincia han
manejado las mismas fuentes documentales, de ahí que los datos sean más
o menos similares e incluso varios ni citan estos despoblados, que aún
hoy se visualizan. Ambas localidades tuvieron sus respectivos templos, y
por ende sus correspondientes cementerios, la primera dedicado a Nuestra
Señora de la Peña, hoy desaparecida, y la segunda a San Miguel (MADOZ,
1845-1850: 117 y 139), en un estado ruinoso.
Pero ninguno establece el momento en que
quedaron despoblados; Díez y Galán son los únicos en hablar de una data,
pero muy amplia, se limitan a citar el Antiguo Régimen (DÍEZ y GALÁN,
2012: 408). De hecho llegan a decir que sino aparecen en el censo de
1527 es debido a que sus habitantes serían incluidos de forma global con
los de Gallinero (DÍEZ y GALÁN, 2012: 408); lo mismo se intuye de los
datos de Asenjo (ASENJO, 1999: 190). Es más, Blasco en su Nomenclator
publicado en 1909 habla, suponemos que en esa fecha, de 40 y 120 almas
para Cerveriza y Lumberillas respectivamente BLASCO JIMENO, 1909: 169 y
292).
Hoy día, en Lumbreras se ha empezado a
rehabilitar alguna casa, mientras que Cerveriza es un despoblado del que
apenas quedan un par de viviendas derruidas y utilizadas para ganado
lanar.
En definitiva estos datos, de sumo interés,
no nos aclaran nuestro problema, aunque nos permiten plantear la
hipótesis de que perteneciesen a uno o varios despoblados que de ser los
citados estarían en un abanico cronológico entre los dos grandes hitos
de despoblación, desde finales del siglo XI hasta 1359 y 1570 a 1700
(CABRILLANA, 1971b:5-60).
Por otra parte, Martínez Frías en su tesis
doctoral no cita estas piezas, pero si nos habla de que el templo
sufrió una nueva readaptación y, hacia mediados del siglo XVI, se
sustituyó la primitiva capilla mayor por otra mucho más esbelta
(MARTÍNEZ FRÍAS, 1980: 202). Es muy probable que fuese en esa
intervención, cuando al modificase la bóveda, se instalasen las estelas
que hemos estudiado y otras que están ahí, aunque no se puedan
apreciar.
Por todo ello, y concluyendo, podemos
estimar que este amplio y magnífico conjunto de estelas medievales
proceden de Gallinero o su entorno más cercano y que se instalarían en
su lugar actual a mediados del siglo XVI.
Soria, 26 de Febero de 2013
San Alejandro
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