Algunas noticias de Soria en la
prensa histórica
Consultando la prensa histórica soriana
para un trabajo concreto, han aparecido noticias que nos parecen
curiosas, sobre nuestros pueblos. Este invierno de 2009-2010 ha sido
especialmente duro, así y todo, escuchamos decir a nuestros mayores
aquello de que “nevar, antes, ahora caen cuatro copos”. Pero si
consultamos las estadísticas, podemos comprobar que los inviernos
sorianos siguen siendo muy duros, tanto como antes, con los altibajos
propios del clima, y si ahora parece que están suavizados, puede deberse
al hecho de que los ayuntamientos y Diputación están prestos –más o
menos- a sacar las máquinas quitanieves de los almacenes. Hace años,
estas máquinas ni existían, como tampoco existía la calefacción en los
hogares, que consiguen suavizar el efecto invernal, es decir, sentirlo
menos duro.
En el Noticiero de Soria, del día 10 de
enero de 1891, leemos que en la noche del 7 del mismo mes
“estuvieron expuestos a perecer helados
los viajeros que conducía el coche-correo de Calahorra a Soria; al
llegar al puerto de Oncala, cayó al suelo el zagal que conducía el
coche-correo, que aquel día no llevaba mayoral”.
El carruaje acabó volcando entre los
gritos de auxilio de los viajeros, quienes fueron recogidos por unos
camineros y una pareja de la Guardia Civil. Los redactores del Noticiero
se quejaban de la ausencia del mayoral del coche y anunciaba que ya no
se podía pasar por el puerto de Oncala.
Cabe señalar que por las fechas de la
noticia, la ermita de la Virgen del Puerto, con su campanil, servía para
anunciar a los cuatro vientos las peripecias de los valientes que se
atrevían, en pleno invierno, a pasar el puerto de Oncala.
Cuatro días después, el 14, incidían
sobre el tema de los coches-correo:
“Son innumerables las quejas que
sobre nosotros llueven acerca de la malas condiciones en que hacen
sus viajes los coches-correo. Que el de Tarazona no lleva mayoral,
que al de Calahorra le pasa lo mismo, que el del Burgo de Osma se
detiene en una venta dos o tres horas dejando abandonados en medio
del camino a viajeros y correspondencia…”.
El día 24 de enero el termómetro
descendió hasta los 22º negativos, y cayó una nevada en La Póveda que
“llegó a 4 y 5 varas de espesor, debiendo abrir túneles”.
El día 31de enero del mismo año, el
Noticiero daba la noticia de la muerte del zagal que iba al cargo del
correo cuando tuvo el accidente en el puerto de Oncala, a causa del
enfriamiento y lesiones sufridas, y concluye: “A esto conducen las
condescendencias con las empresas de carruajes, que en este caso ya ha
costado la vida de un hombre”.
El frío intenso de ese invierno de 1891
hizo que la venta de pastillas contra la tos del Doctor Andreu se
disparara “a causa del frío de febrero”, según puede leerse en el
Noticiero de Soria, del día 14 de marzo.
La nieve se negaba a marchar, y de ello
informa la noticia dada el día 18 de marzo. El día 15 chocó con un
malecón en el alto de Cabreras el coche correo de Tarazona a Soria y
quedó destrozado. Los cinco viajeros fueron transportados en una
carreta. Otro coche correo tuvo que volver a Soria a causa de la nieve
amontonada en el camino. Por otro lado, las lavanderas aprovecharon la
situación para parar su actividad y reclamar lavaderos cubiertos.
El periódico La Voz de Soria, número 7,
de 23-6-22, página 2, aparecen tres noticias relacionadas con Quintana
Redonda. El día 17 habían contraído matrimonio en Quintana Vicente Plaza
Sanz y Eugenia Aragonés Aragonés.
Anunciaban las fiestas para los días 24,
25 y 26 del corriente dedicadas al patrón San Juan Bautista, las
amenizaron los músicos de Langa de Duero, “Los Sacristanes”.
Muy interesante es la noticia que en el
mismo periódico anuncia que “en breve dará principio los trabajos para
la instalación del alumbrado eléctrico, tanto público como particular y
cuyo fluido facilitará la fábrica “Los Ainos”, propiedad de don Leoncio
González de Gregorio, montada con todos los adelantos modernos”.
También relacionada con Quintana Redonda,
puede leerse en La Voz de Soria, nº 249, página 2, del 21 de octubre de
1924, la inauguración de la Iglesia, con asistencia de autoridades,
entre ellos el abad Gómez Santacruz y los González de Gregorio. Amenizó
la velada la “Lira Numantina” y hubo quema de fuegos artificiales.
Ya en 1979, Carmelo Pérez Fernández de
Velasco recoge, en su Crónica del Siglo XX, la noticia de que el día 10
de abril de 1979, se plantaron en Acrijos mil nogales. Simón Jiménez,
promotor de la idea, plantó uno. Acrijos estaba a punto de perder a sus
últimos vecinos.
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