“La Verdad por la Ciencia”
Sociedad espírita de Santa María de Huerta
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Con
motivo de un trabajo de investigación llevado a cabo en documentos
custodiados en el Archivo Histórico Provincial (1), supimos
de la existencia de un grupo, o sociedad, dedicada a la práctica del
espiritismo. Se trata, hasta ahora, del primero localizado en la
provincia de Soria. Sospechamos que la simiente podría haber estado en
Arcos de Jalón, como veremos, aunque no hemos encontrado documento de
constitución, como en el de Santa María de Huerta.
Nos
pusimos en contacto con el web de la Federación Espírita Española,
por si podían informarnos sobre esta sociedad. La respuesta, casi
inmediata, fue que en el Congreso Espiritista Mundial, celebrado en
Barcelona, en el año 1934, había representado un grupo de Soria,
concretamente de Arcos de Jalón, por Bernabé Alonso. En cuanto a
publicaciones sobre el tema, referentes a nuestra provincia, nos
respondieron textualmente que llegaron a ver la luz:
«Leila» o «Pruebas de un Espíritu» y «Lazos invisibles», dos preciosas
novelas de doña
Matilde Alonso Gainza, digna esposa de don Manuel
Navarro
Murillo, ilustre autor de «Armonía universal», dictados de
ultratumba por
los Espíritus protectores del Círculo Espiritista de Soria” (2).
Hemos
acudido al Dr. Navas para dar idea de qué es el Espiritismo, ante
nuestra ignorancia total sobre el tema, y esto es lo que hemos
encontrado:
Artículo de Dr. Fabio Alberto Navas
El Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y
destino de los espíritus y de sus relaciones con el mundo corporal.
Es a la vez, una ciencia de observación y una doctrina filosófica.
Como ciencia práctica consiste en las relaciones que se pueden
establecer con los espíritus, como doctrina filosófica, comprende
todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes
relaciones.
El Espiritismo, haciéndonos conocer el mundo invisible que nos rodea
y en medio del cual vivimos, las leyes que lo gobiernan, sus
relaciones con el mundo visible, la naturaleza y el estado de los
seres que lo habitan y, en consecuencia, el destino del hombre
después de la muerte, es una autentica revelación en el sentido
científico de la palabra.
Origenes
El Espiritismo tuvo numerosos antecedentes. El más celebre de éstos
lo constituyen denominados hechos de Haydesville sucedidos el 31 de
marzo de 1848 en la aldea de Haydesville, en el Condado de Wayne,
cerca de Nueva York.
A través de las facultades mediúmnicas de las hermanas Fox,
residentes en esa localidad se obtuvieron las primeras
comunicaciones comprobadas mediante el sistema del código de golpes
que permitía el diálogo con las inteligencias desencarnadas o
espíritus. (…)
Allan Kardec, pedagogo francés de formación pestalozziana (1) y de
gran estructura científica y cultural, (1804-1869) , fue el
codificador del Espiritismo. Durante 15 años de rigurosa labor
investigativa y experimental, se dedicó a recopilar, analizar,
seleccionar y sintetizar las enseñanzas transmitidas por muchos
espíritus de reconocida superioridad moral e intelectual, a través
de numerosos mediums de Francia y otros países de Europa. De la
organización temática de las extensas informaciones transmitidas por
los espíritus, fueron surgiendo los libros de la codificación
Kardeciana, en los que se desarrollan temas de ciencia, filosofía,
ética, religión, derecho, antropología, psicología, sociología,
astronomía, medicina, arte, etc (…)
Fundamentos y aspectos
El Espiritismo se basa en ocho principios fundamentales, a saber:
1. La existencia de Dios como creador universal.
2. La existencia e inmortalidad de los espíritus.
3. La ley de la evolución.
4. La ley de la reencarnación.
5. La comunicabilidad de los espíritus a través de la mediumnidad.
6. La ley de causa y efecto o de acción y reacción.
7. La pluralidad de mundos habitados.
8. La fraternidad universal. (Ley de justicia, amor y caridad). (…)
El Espiritismo, doctrina revelada por los espíritus superiores,
tiene un objetivo primordial en nuestro planeta:
Revivir e implantar el cristianismo puro con todas sus consecuencias
morales, sociales, por tanto, está llamado a unificar todas las
conciencias y corazones alrededor del Evangelio de Jesús.
-No es espiritismo el uso de amuletos, higas, señales cabalísticas,
rituales como ceremonias de casamiento, bautizos, etc; vestidos
especiales para el trabajo espiritual, velas, saumerios y otros
objetos de culto, comunes a una serie de religiones.
-No es Espiritismo, el trabajo de asistencia espiritual pago bajo
cualquier forma. Los trabajadores de la doctrina no son
profesionales religiosos: Todos tienen sus tareas utilitarias para
ganar el pan del sustento diario.
-En ninguna hipótesis, el espiritista saca provecho material de su
posición religiosa, sea el medium, el expositor o dirigente.
-La parasicología tampoco tiene nada que ver con el Espiritismo,
como ciencia, podrá un día comprobar los hechos espíritas.
-No es Espiritismo la lectura de la mano, el acto de tirar la suerte
o adivinación del futuro, la astrología, la superstición, el
fanatismo religioso, el "mal hecho a personas". Aunque disparatadas
estas cosas, ya hemos visto a mucha gente relacionarlas con
Espiritismo, por eso las estamos citando.
En las cajas del Archivo
del Gobierno Civil, que se custodian en el Histórico Provincial, se
encuentra el acta de constitución de la Sociedad “La Verdad por la
Ciencia”.
En Santa María de
Huerta, a 9 de abril de 1935, se firma el acta de constitución y se
procedió a la formación de la junta directiva. Presidente, Federico
Miguel; vicepresidente, Estanislao García; tesorero, Juan Penacho;
contador, Clemente Penacho; vocales, Manuel Mateo y Evaristo Lorrio.
Se estipularon las fechas en que se habían de distribuir los días
semanales recayendo en los siguientes: sesiones generales los días
martes y sábados, y sesiones para el desarrollo de Mediuns los días
jueves. Firmaron el acta Federico Miguel, Eusebio Penacho, Marino
Sanz, Estanislao García, Juan Penacho, Clemente Penacho, Manuel
Mateo y Evaristo Lorrio.
Los
estatutos, firmados por Federico Miguel, el 16 de marzo de 1935, nos
informan de todo lo concerniente a este grupo espiritista:
Objeto de la
Sociedad, que tenía su domicilio en la calle Emilio Castelar, 1,
segundo. 1) Estudio de las ciencias Psiquicas y el Espiritismo, en
todos sus aspectos y relaciones morales, científicas, religiosas y
sociales, y su divulgación, organizando con ambos propósitos a)
conferencias, concursos, publicaciones, festivales y cursos
públicos, tratando del Espiritismo y de todas aquellas ramas del
saber que le conciernen directa e indirectamente. b) Escuelas
elementales gratuitas o de pago diurnas o nocturnas, según sean los
medios de que disponga la Sociedad. c) Mutualidades de diversos
caracteres y cuantos otros medios sean adecuados al propio fin. 2)
Velar por los intereses espiritistas en general, ya aisladamente ya
en unión de otras asociaciones de su índole, manteniendo al efecto
con ellas relaciones lo más estrechas posibles. 3) Proporcionar a
sus socios cuantos medios sean apropiados para el estudio. 4) Para
el desarrollo de los varios fines que la Sociedad se propone, se
crearán las secciones que fueran necesarias, las cuales se regirán
por disposiciones o reglamentos especiales aprobados en Asanblea
General de socios.
Para ser socio
había que contar con más de diecisiete años, ser propuesto por dos
socios y “tener nociones y simpatizar con los principios de la
Sociedad y con el objeto de sus trabajos”. La cuota establecida
mínima era de 12 pesetas al año, que podía variarse cada anualidad.
La calidad de socio se perdía por iniciativa propia, por impago
durante tres meses, “por realizar actos que causen público
menosprecio, o provocar cualquier accidente grave en el local social
que redunde en menoscabo del decoro de la Sociedad. Por llevar
elementos de turbación al seno de las reuniones, sea por espíritu de
hostilidad, sea por cualquier otra causa, haciendo de este modo
perder el tiempo en inútiles discusiones. Todos los miembros se
deben benevolencia y buenos procederes recíprocamente, en todas las
circunstancias deben anteponer el bien general a las cuestiones
personales y de amor propio”.
Las sesiones serán
lo más frecuentes posible, mínimo un día a la semana. “Las sesiones
públicas estarán dedicadas a vulgarizar el Espiritismo, ya por medio
de conferencias, lecturas comentadas, diálogos, controversias, etc.
Las sesiones privadas estarán reservadas exclusivamente a los socios
y a las personas provistas de la autorización a que hacen referencia
los art. 28 y 29. En estas sesiones se estudiarán los diferentes
puntos del doctrinario, y únicamente en ellas se dará cabida a las
prácticas o comunicaciones medianímicas. En las sesiones privadas la
Sociedad autorizará la admisión de oyentes que no formn parte de la
misma mediante el correspondiente permiso. Para obtenerlo el
solicitante deberá ser presentado al presidente por un miembro de la
Entidad, el cual garantizará su atención y actitud conveniente. Art.
28) La sociedad no admitirá como oyentes sino a las personas que
aspiren a ser socios o que son simpáticos a sus trabajos y están
bien iniciados para comprenderlos. Debe negarse la admisión de una
manera absoluta a cualquier atraído solamente por curiosidad o cuyas
opiniones fuesen hostiles. El que turbase el orden de cualquier modo
o manifestase malevolencia hacia los trabajos de la Sociedad, podrá
ser invitado a retirarse y en todo caso se le negará la entrada en
lo sucesivo. Art. 29) Además de estas sesiones de estudio podrán
formarse con el mismo carácter privado todos aquellos grupos de
estudio que quisieran especializarse en algún punto o tema de
preferencia. Para la formación de estos grupos deberá pedirse
permiso a la Junta Directiva, que podrá negarlo si lo estima
conveniente. Para formar parte de estos grupos los socios dceberán
llevar dos años en la Sociedad.
Con el golpe de Estado contra la República, el 18 de julio de 1936, el
grupo quedó desfenestrado y algunos de sus miembros expedientados y
multados por el Tribunal de Responsabilidades Políticas, aunque, según
los resultandos de las sentencias, las sanciones lo fueron por motivos
políticos.
Las
informaciones para llevar a cabo el expediente se solicitaban, por parte
de la Guardia Civil, a dos “personas honradas y de reconocida solvencia
moral”, o sea, adictas al Movimiento, además de al sacerdote, al alcalde
nombrado después de la destitución del anterior, en 1936, y al jefe
local de Falange. Solicitados los datos de los miembros de la sociedad,
ésta fue ofrecida por el sacerdote y el jefe de Falange.
Relación de socios
de “La Verdad por la Ciencia
- Presidente,
Federico Miguel Penacho
- Vicepresidente,
Eusebio Penacho Monge
- Secretario,
Marino Sanz Garijo
- Componentes
sin cargo: Inés Torrejón, Toribio Pascual, Luis Mateo, Mauricio
Valtueña, Manuel Mateo, Clemente Penacho, Domingo Lázaro, Pascual
Monge (fallecido), Juan Penacho, Pascuala Penacho, Macario Pascual,
Joaquín Mateo, Emilia Molina (viuda), Enrique Penacho Monge, Víctor
Blasco, Francisca Trigo (viuda), Sebastián Mateo Penacho, Marcelino
Morales Monge, Íñigo-Raimundo García Lacámara, Elvira Alonso, Félix
Mateo, Vicente Vela, María Torrejón, Antonia Lacámara, Raimundo
Mateo Bonasa y Evaristo Lorrio Bartolomé.
Según
los estatutos, Manuel Mateo y Evaristo Lorrio eran vocales; Juan
Penacho, tesorero; y Clemente Penacho, contador.
En
esta relación no aparece Jesús Alonso Bernardino, quien debía ser, al
menos, simpatizante de “La Verdad por la Ciencia”, tal y como se
desprende de las declaraciones de sus convecinos, al iniciarse el
expediente, en el año 1937.
El
alcalde franquista de la época manifiesta que Jesús Alonso era “de ideas
espiritistas las que practicaba con frecuencia, y tenía reuniones de los
practicantes de esta idea, no sólo en su centro sino en su misma casa,
(…) cabecilla de las manifestaciones pro República, desde el mismo
balcón de su casa daban lectura a conclusiones (…) cedió su local para
mítines y propaganda (…) quería obligarle a hablar con el gobernador
para que les mandasen armas”. Otro de los que declararon en contra de
él, dijo que enviaba a su hijo Eliecer para conseguir que las fábricas
de cerámica hicieran huelga. Todos los que fueron llamados para que
declarasen en su contra, advierten que era espiritista, enemigo de la
religión y del orden moral, que amenazó “al señor alcalde” y que pedía
armas para “defenderse de los fascistas”.
Con
estas declaraciones, que hemos resumido, consiguieron que fuera
condenado, primero a la pena de treinta años de reclusión mayor como
autor de un delito de adhesión a la rebelión, por sentencia de 3 de
febrero de 1938, dictada en Soria por Consejo de Guerra de plaza, y
después a 5.000 pesetas de sanción económica. Era el propietario de la
fonda y el café-bar de Santa María de Huerta. Este “peligroso” vecino,
pedía, junto con otros, solamente que mejorara la vida para todos en
Santa María. En el expediente se encuentran unos folios, escritos a
manos, que muestran las peticiones:
- Que
las fábricas sean abiertas, si quieren los dueños, por cuenta del
Estado.
- Que
las fincas “Morrón” y “Santa Cristina”, que están en arriendo fuera
de la Ley de Reforma Agraria hace más de cien años, se les de a sus
colones el derecho que les pertenezca.
- Incautación
de las escuelas de la marquesa de Villa-Huerta hasta que por el
Estado o municipio se construyan otras.
- Que
el edificio del convento (el de la marquesa, regido por religiosas
del Sagrado Corazón de Jesús) sea para que el Estado haga escuelas y
casas para dar albergue a muchos que no tienen donde refugiarse y
mitigar el paso.
- Que
no se pague casa-cuartel por cuenta de este municipio. No hace falta
Guardia Civil al ser este pueblo muy civilizado.
- Expropiación
forzosa de la finca de los frailes, tirar paredes de la huerta que
están desniveladas por peligro al estar rodeadas de calles.
- Pedimos
a los frailes la rebaja de rentas vencidas y por vencer, sólo
queremos pagar con arreglo a la Ley de Reforma Agraria.
- Pedimos
que cesen de tocar la campana o cencerro que no deja descansar a los
vecinos.
- Que
en el monasterio nacional se de trabajo a los obreros republicanos,
pues se lo trabajan los de Acción Católica, y lo mismo en el otro
convento del Sagrado Corazón de Jesús.
- Que
los frailes dejen de vender leche para que puedan vender las
vaquerías del pueblo.
- También
al señor médico se le prohíba el reparto de la leche de las vacas de
los frailes.
- Que
sea reparada la fuente del Mesón.
- Arreglar
la calle Nicolás Salmerón.
- Destitución
del maestro nacional por sus manejos caciquiles…
Eusebio Penacho Monge era el vicepresidente de “La Verdad por la
Ciencia”. La Falange local dio los siguientes informes: “Practicaba
arraigadamente el espiritismo, era o estaba considerado como uno de los
“Mediuns” de la organización. En la misma se practicaba el espiritismo,
cuyos adictos no creen ni en Jesucristo ni el la Iglesia Católica, sino
en la trasmigración de las almas. Sus sacerdotes se llaman “Mediuns”,
que auto-hipnotizados, dice que revelan los secretos de los Espíritus”.
Cuando, a Eusebio Penacho, le notificaron la sanción de 500 pesetas ya
había fallecido (11-2-40). Los habitantes de Santa María decían de él
que era buen vecino “pero de ideas “espiritistas” y contrarias al
Glorioso Movimiento Nacional”. “Murió sin querer confesar y fue
enterrado civilmente. Casó civilmente a una de sus hijas e hizo que
fuera apadrinada por el gobernador civil. Fue gran santón del
espiritismo y quizá director y consejero oculto de las masas
levantiscas”.
El
esposo de esta hija casada civilmente y apadrinada por la más alta
autoridad de la provincia, fue Íñigo-Raimundo García Lacámara, quien, en
1937, se hallaba preso en San Juan de Mozárrifar (Zaragoza), y
posteriormente sancionado con 500 pesetas en el expediente de
responsabilidades políticas. Estaba afiliado a la UGT.
De él
decían sus convecinos que era “buena persona hasta que contrajo
matrimonio civil con la hija de Eusebio Penacho, considerado en el
pueblo como el santón del espiritismo. Siempre militó en las izquierdas
en unión de su cuñado Toribio y asesorado por Eusebio. Daba mítines.
Formó parte del grupo que quiso obligar a la autoridad local a que les
abrieran las puertas y les dieran armas pensando que dentro habría…”.
Junto a estas declaraciones están las del sacerdote, que decía:
“Influenciado por las ideas del suegro desde que entró a servir a su
casa y luego se casó con su hija por lo civil, la hija está sin
bautizar, mereciendo el honor de que les apadrinaran el gobernador civil
de la provincia, por estar unido a una familia de ideas y prácticas
espiritistas…”.
(1) El
trabajo realizado no tenía relación con este tema, en concreto
investigábamos responsabilidades políticas durante los años
1936-1940.
(2) En
el catálogo de la Biblioteca Nacional no aparece ninguno de los dos
títulos, sí, en cambio, uno de poemas de la autora.
Jaime del
Huerto nos hizo las fotos para ilustrar el artículo.
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©
del texto Isabel Goig
© de las fotos Jaime del Huerto
Web de
Jaime del Huerto
http://www.espiritismo.cc
www.ieja.org/espanhol/s_artigosporautor.htm |