En Agosto de 2014, di por cerrada la HistSoria Archivada que iba divulgando con la intención de que, con el conocimiento de ciertos documentos olvidados o desconocidos, se ampliara, e incluso se corrigiera en algunos casos, la historia de la capital soriana.
Decía cuando cerré aquella colaboración que a mí no me gustaba escribir, y sigue sin gustarme.
También decía que no tenía por qué llevarme ningún cabreo ni conmigo mismo ni con nadie, y en este aspecto, la situación ya llegó entonces a su punto culminante; así que ahora, cuando leo ciertas cosas, me sonrío y pienso ¡Ya les vale!.
Asimismo alegaba que no tenía por qué aguantar el ninguneo de nadie, ni ver cómo información aportada gratuitamente se utilizaba para lucrarse con ella; y ambas cuestiones he podido ver que se realizan sin ningún rubor. Y no me refiero a quien utiliza la información publicada en Internet, que se publicó para aprovecharla, desde luego, pero no citar la procedencia... ¿pretenden evitar que se lean los artículos originales?
Y si decía que no tenía por qué corregir nada, ni compartir lo poco o mucho que podía o pueda saber, ¿a qué viene esta segunda época?
En realidad el principal motivo para reanudar la HistSoria Archivada es que sigo, como entonces, viviendo de cierta subvención estatal, esa que nos dan a quienes algunos, desde sus despachos y/o poltronas, nos califican como vagos; ya que entonces me tomaba ese subsidio como si fuera una beca por vaguear entre documentos archivados, transcribirlos y divulgarlos, pero actualmente no tengo ninguna excusa moral (si bien es cierto que los vagos no tendríamos por qué justificarnos).
Así pues, ahora, tres años después, con el fin de poderme justificar a mí mismo la percepción que recibo como si fuera esa supuesta beca, me he decidido a retomar la labor.
Hay varias temáticas que se podrían abordar con la información de HistSoria Archivada:
- Los despoblados históricos que siendo citados en 1270 hoy día se tienen por no localizados; así como algunos términos derraigados del siglo XVI que se encuentran en la misma situación de desconocimiento, pero de los que sí hay noticias para ubicarlos en un entorno definido.
- Los Doce Linajes de Soria, tan teóricamente conocidos.
- La capital soriana en tiempos pasados: noticias sobre edificios o construcciones, actividad social...
- Y por supuesto, la Dehesa y Monte de Valonsadero.
Así pues hay mucho, y variado, sobre lo que se podría escribir.
La información sobre esos temas que insinúo, especialmente los despoblados y derraigados, posiblemente sea novedosa pues no la he encontrado en las últimas publicaciones sobre ese tema.
Ahora bien, que los restos de San Saturio ya estaban localizados en 1542 ya lo tenía publicado Aldea Chacobo, y que la escalera de San Saturio no tenía nada que ver con un portugués ya lo publicó Víctor Higes en 1969, como he podido comprobar a posteriori; y por tanto mis artículos no fueron tan novedosos como pensaba entonces.
Mi intención en esta segunda época, al contrario que en la primera, no es que se corrija nada de lo que ya está divulgado (por muy erróneo que sea); ahora lo que se publique tan sólo serán unas Advertencias, y, como tales, doy por descontado que puedan caer en saco roto; pero tal vez alguien las tome en consideración y podrá adecuar su conocimiento a lo que crea conveniente; pero, desde luego, no podrán decir que no fueron advertidos.
No sé cuánto durará esta segunda etapa, puesto que tampoco me comprometo a nada. El nivel de mi productividad, si lo ajustamos al importe de la beca que percibo, tampoco tiene por qué ser muy alto; yo también puedo decir, como se dice en los trabajos de salarios bajos, y tantas veces he oído, ¡bastante hago para lo que me pagan!
Así pues, mientras en soria-goig.com me sigan admitiendo artículos, podrán aparecer algunos de esos que en ciertos ambientes puedan calificarse como simples dimes y diretes a una historia de sobra conocida.
José Ignacio Esteban Jauregui
Septiembre 2017