Ermita de San Saturio
La escalera exterior

José Ignacio Esteban Jauregui
Septiembre 2013

Publicado en soria-goig.com

 

Ermita de San Saturio
La escalera exterior

Si nos acercamos a visitar la ermita de San Saturio, patrón de Soria, lo más probable es que iniciemos el recorrido por la cueva donde vivió para finalizarlo en la propia ermita, y descender hasta el punto de inicio por una escalera de piedra que algunos llaman la escalera o escalinata del portugués.

Para esta denominación, utilizada en algunos artículos, reportajes televisivos locales, e incluso en el folleto divulgativo de esta popular edificación, aun estando basada en publicaciones de la primera mitad del siglo XX, no encontramos base documental que la fundamente. (Nótese que decimos 'base documental' y no 'base literaria')
Pensamos que esa denominación, tal vez, ni siquiera se remonte mucho más atrás del pasado siglo, en el que una confusión de fechas y obras conseguiría perpetuar semejante leyenda. De hecho encontraremos publicaciones del primer cuarto del siglo XX, que aun haciendo referencias a que un mercader portugués costeara parte de ciertas obras en la ermita, no lo relacionan con ninguna escalera.

Loperráez dice que en 1586 un mercader portugués costeó la reparación de la ermita, que entonces estaba dedicada a San Miguel de la Peña, y que junto con las limosnas de otros vecinos se allanó el camino; noticia que, sin duda, toma de Mosquera, quien citaba al mercader portugués como bienhechor de la capilla mayor y decía que el dicho camino se allanó hasta el pie de la cuesta y de allí hasta ella [la ermita] se hacen gradas de piedra.
Sin embargo Ambrosio de Morales en 1577 decía que desde la cueva se subía a la ermita quasi por escalones; y en 1590 Miguel Martel decía que la cueva y ermita estaban en parte muy agria y enriscada, por tanto habría que desechar, como mínimo, las fechas anteriores a 1588 (1), e incluso las anteriores a 1577, para la construcción de la escalinata.
Mosquera imprime su libro 'La Numantina' en el año 1612, y conocemos que en 1610 se construyó una escalera de piedra para acceder a la ermita de San Miguel y San Saturio; por tanto debería haber sido ésta la escalera del portugués.
De hecho, Pérez Rioja dice que el nombre se debe a que el cantero que la construyó, Bentimilla, era portugués, pero no nos proporciona información documental que sostenga dicha afirmación; además de no haber sido este cantero el único que realizó esa obra.
Al ser aquella escalinata de 1610 en forma de zigzag, con cuatro tramos de longitud similar desde la plazuela de la cueva hasta la entrada de la ermita, no cabe la menor duda de que no es la que actualmente existe.

En 1703 se construyó, por el cantero Pedro de Arce, otra escalera nueva para el acceso exterior a la ermita de San Saturio, que es la que, con su trazado, pero con diferentes reparos efectuados a través de los años, ha llegado hasta nuestros días. De esta escalera no hay datos que permitan relacionarla con ningún portugués que la costeara, a pesar de que haya autores del siglo XX que así lo mantengan.

De haber habido alguna escalera que hubiera podido merecer ser recordada como la del portugués hubiera sido la de 1610 y no la que existe en la actualidad.
En resumen: no hay ningún motivo para llamar a la escalera exterior que sube a la ermita de San Saturio la escalera del portugués.
Sólo la confusión de unas noticias distintas, separadas entre sí casi un siglo, permite mantener esa denominación para la escalera actual si nos atenemos a la documentación sobre ella; y aunque es difícil desterrar las leyendas no conviene olvidar que sólo son eso ¡leyendas!, por mucho que se repitan y/o publiquen.

 

Información publicada sobre la escalera de la ermita de San Saturio

Ambrosio de Morales, en la Coronica General de España (1577), hace una relación de la vida de San Prudencio en la que describe el encuentro de este santo con San Saturio, y narra: Allí en medio del gran recuesto de la peña se ve agora la cueva del Santo Ermitaño Saturio harto grande. Está cerrada con puerta, y es tenida en mucha veneración, por haber sido morada de los dos Santos. En la cumbre está la Ermita de San Miguel, llamada de la peña, y súbese allá desde la cueva quasi por escalones. Allí está el cuerpo de San Saturio en capilla particular, cavada en la peña, y cerrada con reja de hierro, y los benditos huesos estan en luzillo de piedra. Fueron subidos allí de la cueva, y son muy venerados en toda la tierra.

(Cita del Tomo V, pag.575, de la edición de 1791, y le asignamos la fecha de 1577 que da Sanz Serrano; autor que toma esta misma cita de Adiciones al tomo II, f.87)

Miguel Martel en su manuscrito 'De la fundación de Soria ...' (1590?), después de hablar del templo de San Polo, dice: Por este mismo lado Duero abajo declinando al mediodía se encuentran las montañas de San Cristóbal y de Santa Ana, en una falda de ellas está la cueva y ermita de San Saturio glorioso ermitaño, donde está su bendito cuerpo, y donde él hizo santa vida, es lugar de gran devoción mas por estar en parte muy agria y enriscada no da lugar al concurso ordinario de los fieles.

Decía Mosquera de Barnuevo en su obra 'La Numantina' (1612) cuando hablaba de la ermita de San Saturio patrón de Soria:
Es el lugar de grandísima devoción, al modo de las sagradas cuevas del sacro monte de Granada, y la aspereza del lugar le hacía casi inaccesible, pero ha proveído Dios de allanar este inconveniente, porque ha permitido que de pocos años a esta parte haya hecho algunos milagros este santo cuerpo, a cuya causa un mercader portugués rico, de los que enfrente de la ermita tenía lavadero de lana, y enviaba muy gran cantidad de ella a Flandes y a Francia, y confiesa que por haberse encomendado a este Santo siempre se ha escapado de grandísimos peligros. Este pues ha reedificado la capilla mayor de la ermita, y de sus limosnas y de otras muchas personas de la dicha Ciudad, se ha labrado y allanado el camino de suerte que puede ir un coche hasta el pie de la cuesta, y de allí hasta ella se hacen gradas de piedra.

Por su parte Loperráez (1788) escribía :
Uno de los principales bienhechores de este Santuario fue un mercader portugués muy rico, que residía en la ciudad por el año de mil quinientos ochenta y seis, con motivo del comercio de lanas y lavaderos que tenía en frente: este devoto reparó la ermita, y coadyuvó con otros a la composición del camino que hay para subir a ella, habiendo quedado en tal disposición, que pueden subir coches, sin embargo de la aspereza de la sierra.

Nicolás Rabal (1889) nos da la noticia :
... un rico portugués, arrendatario o dueño de los lavaderos de enfrente, atribuyendo a protección del Santo el buen éxito de sus negocios en el comercio de lanas, que mandaba a Flandes y a Francia, arregló a su costa el camino que conducía a la ermita con una larga barbacana, y construyó, para la subida a una de las diferentes entradas de la cueva, una escalinata de piedra (1600), con lo cual los fieles dieron en hacer frecuentes visitas al Santo, convidando como convidaba a ello lo ameno del sitio y fácil acceso.

Blas Taracena y José Tudela (1928) en su 'Guía Turística de Soria ...', una vez descrito el recorrido por el interior de la gruta y ermita dicen:
Se desciende hasta la plazoleta por la escalinata exterior de piedra que costeó en el siglo XVIII un mercader de lanas portugués, devoto del santo.

El Marqués del Saltillo (1951) transcribió las condiciones con las que debía construirse la escalera de 1703, y decía:
La ermita de San Saturio en su estado actual se reconstruyó en el siglo XVIII. //...// Lo primero fue la escalera, cuyos escalones han subido llenos de fe tantos devotos del Santo anacoreta. Francisco de Hermosa hizo la traza y la ejecutó Pedro de Arce, ambos montañeses ... etc

Y José Antonio Pérez Rioja en 'Apuntes para un Diccionario ...' (1998) identifica a ese portugués:
Bentimilla. S. XVI-XVII. Cantero portugués que construyó (1610) la escalinata exterior de la ermita de San Saturio, de Soria, por cuanto se la llamó "la escalinata del portugués".

 

Comentarios sobre las informaciones publicadas

Hemos presentado aquellas informaciones en las que, pensamos, se basan la mayor parte de las citas que se hacen sobre la escalera o escalinata exterior por la que se accede a la ermita de San Saturio.
Sirva como ejemplo el comentario que hacía Javier Herrero Gómez en su artículo publicado en Paisaje Interior, obra editada con motivo de la exposición 'Las edades del hombre' celebrada en Soria el año 2009, y que es fiel exponente de cómo lo que se dice, comenta o publica hoy día se basa en esas otras citas que acabamos de hacer:
Varios autores informan del arreglo del camino y de la construcción de una escalera para acceder a la ermita por parte de "un rico portugués" en torno al año 1600. Y en la nota a pie de página hace referencia a las mismas citas que hemos presentado de Rabal, Loperráez y Pérez Rioja.

Ya hemos comentado que, a nuestro entender, por las descripciones que hacen Morales y Martel, antes de 1577 no había escaleras de acceso a dicha ermita.
Sin embargo, como se puede apreciar por el texto de Mosquera, en 1612 se habla de un mercader portugués como uno de los benefactores, que no el único, que contribuyeron a allanar el camino hasta el pie de la cuesta desde donde se hicieron gradas de piedra.
Loperráez, que como en tantas otras ocasiones de su obra, cuando habla de temas concernientes a la capital soriana, se basa en el citado Mosquera, nos cuenta básicamente lo mismo pero nos sitúa al portugués en el año 1586, que, como decimos, nos parece una fecha equivocada para la escalinata.
Nicolás Rabal también nos habla de un mercader portugués arrendatario o dueño de los lavaderos de enfrente dando la fecha de 1600, la cual consideramos un error y pensamos que se pudo referir a la obra de 1610, ya que de haber existido otra escalera construida sólo 10 años antes hubiera sido más lógico repararla en lugar de hacer una nueva.
Y Pérez Rioja nos habla de un cantero portugués que la construyó en el año 1610, fecha que se corresponde con la documentación que conocemos.

Las referencias que se hacen de la escalera en el siglo XVIII debemos desecharlas porque, como se ve y veremos, no se ajustan a la datación de la primera escalera que se construyó sino a la que se hizo en el año 1703 al finalizar la reedificación de la ermita (no al comienzo como apuntaba el Marqués del Saltillo).

Es de suponer que la fecha facilitada por Loperráez, 1586, pudiera corresponderse con la reedificación de la capilla mayor que dice Mosquera; no hemos encontrado datos entre los protocolos notariales de esa época para confirmarlo ni para contradecirlo.

Sobre el portugués, al que Pérez Rioja identifica como Bentimilla, debemos decir que, si bien es cierto que uno de los dos canteros que hicieron la obra de la escalera exterior de acceso a la ermita en 1610 fue Juan de Bentemilla [con este apellido firma la traza, el contrato y la postura], nos extraña mucho que a dicha escalera se le pusiera un apodo que pudiera haber tenido una de las dos personas que la hizo, ya que dicha obra la ejecutó conjuntamente con Pedro Pérez del Nobal.
La escritura del concierto que se hizo para esta obra elimina cualquier género de dudas sobre si la reiterada escalera la hizo sólo uno de los maestros canteros o los dos, ya que se indica claramente que el pago se hará a ambos, o a quien tuviere su poder para ello.

Lo que sí se puede atribuir a Juan de Bentemilla y a su compañero Pedro Pérez es el aderezo del tramo de camino que iba desde la presa hasta, más o menos, la plazoleta de la cueva (entendiendo que la presa sería la del molino y lavadero de abajo, aproximadamente en la mitad de la actual pradera de las Bailas); ya que este trabajo sí se dice en el contrato de la obra que se haría a costa de dichos Bentemilla y Pérez.

No hemos encontrado información que permita identificar a dicho Bentemilla como portugués; y sí nos consta que ese apellido estaba avecindado en Soria y su Tierra desde hacía algunos años (2).
Por otra parte, sí hay informaciones de mercaderes portugueses que en las fechas que se proponen tenían sus lavaderos en las márgenes del río Duero enfrente, o próximos, a la ermita de San Miguel de la Peña o de San Saturio (ya que en esta época se utiliza esa doble denominación). Y así nos consta que en las fechas cercanas a 1585 los hermanos Méndez, portugueses, arrendaban a los Solier su lavadero de lanas (el que estaba más enfrente de la ermita), y en los años cercanos a 1610 son los mercaderes portugueses de apellido Oporto los que se establecen en los lavaderos ubicados inmediatamente aguas arriba a esos otros citados. Apellidos que encontramos unidos en el matrimonio entre Simón Fernández de Oporto, portugués, y María Méndez en el año 1603; siendo habitual que se cite esa nacionalidad, para estos mercaderes, en la documentación revisada.
No pretendemos identificar a uno de estos mercaderes como el renombrado portugués, ya que carecemos de información suficiente como para hacerlo, pero sí dejamos constancia de que esa documentación consultada hasta ahora avala más la teoría de que aquel portugués fuera un mercader y no uno de los canteros que hizo la obra.

A pesar de que haya llegado hasta nuestros días la denominación de escalera del portugués, tampoco podemos dar entero crédito a que un personaje de esa nacionalidad fuera quien la costeara, ya que en el contrato para hacer la escalera de 1610 se dice explícitamente que los nueve vecinos que representan a una de las partes lo hacen por sí mismos y en nombre de los demás del cabildo de los Heros y particulares vecinos de la dicha ciudad y labradores que entraron en el ofrecimiento que se hizo este presente año en el glorioso San Saturio, y han de entrar siendo Dios servido.
El mismo Mosquera decía que el mercader portugués había reedificado a su costa la capilla mayor de la ermita, pero que el camino se había arreglado con sus limosnas y de otras muchas personas de la dicha Ciudad; si bien, como ya hemos comentado, hubo una parte de dicho camino que se hizo a costa de los canteros que ejecutaron la obra de la escalera.

Debemos aclarar que damos por cierto que la obra a la que nos referimos se ejecutó por los dos canteros que se comprometieron a realizarla, no sabiendo si quienes afirman otra cosa conocieron algún documento que afirme lo contrario y que no hallamos localizado.

A nuestro entender no hubo una justificación real para llamar a la escalera de la ermita la escalera del portugués, y menos aún para mantener en la actualidad esa denominación ya que la que hoy existe es, básicamente, la que se trazó en el siglo XVIII.

Traza de la escalera de 1610
(Junta Castilla y León - AHPSo-Protocolos Notariales-220-450-65)

 
 
Si observamos la traza que acompaña a las condiciones para la ejecución de la obra de 1610, lo primero que nos llama la atención es el hecho de que tuviera cuatro tramos (cintas), y que la puerta de acceso a la ermita era con arco de medio punto.

Por esas condiciones podemos apreciar que, en aquella época, no parece que se considerara importante conservar el entorno próximo a la cueva, ya que se dice que la escalera debía empezar en el lugar donde se había hecho una calera.
También se aprecia que el acceso original a la ermita era más natural y, posiblemente, con más vegetación y arbolado de como quedaría posteriormente; así parece sugerirlo el que digan que en la entrada de la iglesia había un olmo, o que uno de los tramos de la escalera se haría hasta do están unas ortigas.

De la información contenida tanto en el contrato como en las condiciones de ejecución, parece deducirse que delante de la cueva había una plazuela, junto a una cruz ubicada en una peña, en la que se ubicaba una casa:
- aderezarán el camino desde a par de la presa hasta llegar a una peña que está antes de llegar a la cruz
- se ha de hacer una pared hacia la parte de Duero para engrandecer la placeta que está delante la casa, que se ha de comenzar desde la peña do está la cruz hasta llegar con la peña de la cueva de la casa.
Casa que no sabemos si estaría destinada al santero o algún capellán de la ermita; pues de hecho nos consta que el santero de finales del XVI vivía en el barrio de Santa Cruz (si bien este personaje del que tenemos noticias ya había dejado de serlo en 1605) (3).

Sobre la escalera construida en 1703 podemos decir que el comentario del Marqués del Saltillo de que fue lo primero que se construyó es erróneo, ya que, como sabemos, la reedificación de la ermita se acabó en ese año citado y se inició a finales de 1694 o principios de 1695; y, además, existiendo ya unas escaleras hubiera sido absurdo hacer otras nuevas, que se estropearían con el transporte de los materiales, hasta no terminar la obra.

Para concluir con las obras más importantes de esa escalera, anteriores al siglo XX, comentaremos que en 1863 se tuvo que acometer la restauración de la misma por orden del gobernador, que instaba a la Corporación municipal a hacer las obras como compatrono de la ermita. El deterioro de dicha escalera ya se había dejado notar dos años antes cuando el administrador de la ermita pedía al Ayuntamiento que se hiciera cargo de su reparación, así como de los desperfectos que, posiblemente, habían ocasionado algunas goteras en los frescos de la bóveda.

 

La cueva del agua

A la cueva que hay en el rellano entre los tramos segundo y tercero de la actual escalera, cerrada con una verja de hierro, en el documento de las condiciones de la obra de 1703 se la llama Cueva del agua.
Seguramente todos los que hemos subido o bajado por esa escalera nos habremos detenido en su entrada tratando de leer el texto inscrito en la piedra de su dintel.
Javier Herrero Gómez, en su obra Ermita de San Saturio 1703-2003 indica que la inscripción "SATº. MTZ. ME FECIT" haría mención a un cantero.

Por su parte, en 1960, Clemente Sáenz García comentaba sobre esta cavidad a la que denominaba Cueva de la bodega del santo:
Subiendo a la ermita por la escalinata exterior, al llegar a su penúltimo descanso, se ve un portal bajo de sillería coronado de un pequeño tejadillo y cegado por fábrica de mampuesto. Oculta una cueva horizontal, a la que recordamos haber encontrado (sic) hace muchísimos años y que tendrá una veintena de metros de profundidad. La imaginación popular le atribuye el papel de bodega, guardadora no sabemos de qué sabrosos néctares de los probos ermitaños.
Una inscripción que existe en el dintel condensa en difíciles y deterioradas abreviaturas un párrafo corto y una referencia al cantero artífice. Solo está clara la fecha 1703 de la construcción.
Y en una nota al pie de la página, nos daba una interpretación de esa inscripción publicada en "El Oxomense" en 1893.

En la transcripción que publicaba el señor Pastrana el 6 de Mayo de 1893 en dicho períodico "El Oxomense"

"El anno de 1703 == el arcippes == te de S. ATº == MNZ me fecit"

a primera vista se ve que 'pp' debería corresponderse con 'pr', ya que en la piedra la inscripción se realiza con mayúsculas, y 'PR' puede convertirse en 'PP' por el deterioro del rabillo inferior de la 'R' (o bien pudo deberse, simplemente, a una errata de publicación); y la 'S' la representa separada de 'ATº' con un 'punto'; de tal manera que inicialmente esa inscripción la podríamos interpretar como:

"EL ANNO DE 1703 == EL ARCIPRES == TE DE Soria. AnToniO == MartíNeZ ME FECIT"

En 1915 Anselmo Sanz Serrano escribía Antes de concluir la penosa ascensión, se encuentra una pequeña cueva o bodega tapiada, en cuyo dintel de sobrecarga todavía puede leerse una inscripción hecha por encargo del arcipreste del santuario, con la fecha de 1703, año en que terminaba la edificación y ornato de la ermita. Haciendo alusión, al igual que el señor Pastrana a un arcipreste; pero, puesto que en la inscripción del dintel no existe la separación que apuntara dicho Pastrana, parece que interpretaba 'SATº' como 'santuario'

Sin embargo, como ya apuntara Diago Hernando en 'Soria y su Tierra en el obispado de Osma', al no existir en esta época el arcipreste de Soria (o al menos no tener constancia documental de ello), y que los tres arciprestes dependientes de esta ciudad eran los de Gómara, Rabanera y Campo, esa inscripción no podría hacer alusión ni a 'Soria' ni a 'santuario'. Por tanto, sabiendo que en 1697 el arcipreste de Campo se llamaba Saturio Martínez sólo faltaba reconocer la inscripción in situ; y, con los medios técnicos actuales, una vez fotografiada y revisada, se puede comprobar que en la tercera línea no se inscribe 'DE' sino 'DN', con lo cual la transcripción real debería ser:

EL ANNO Ð I703 == EL ARCIPRES == TE DN SATO == MNZ ME FECIT
O lo que es lo mismo: (4)
EL AÑO DE 1703 EL ARCIPRESTE DON SATURIO MARTINEZ ME HIZO

A continuación presentamos las transcripciones de los documentos relativos a la construcción de las escaleras de 1610 y 1703 con el fin de que se pueda comprobar cómo eran distintas, y que si alguna vez hubiera habido algún motivo para llamar a una de ellas la escalera del portugués no es a la que existe en la actualidad.

 

Concierto para la construcción de la escalera de 1610
 

En la noble ciudad de Soria a veinte días del mes de Abril de mil y seiscientos y diez años; en presencia de mí Bartolomé de Santa Cruz, escribano del rey nuestro señor y público del número de la dicha ciudad, y testigos, parecieron presentes
De la una parte Pedro de Mondragón y Joan del Pozo y Diego la Blanca y Francisco la Serna y Joan de Codes y Francisco de Martialay y Lázaro de Martialay y Joan Martínez de Valdehuerteles el mozo y Pascual Sanz, vecinos de la dicha ciudad, y por sí mismos y en nombre de los demás del cabildo de los Heros y particulares vecinos de la dicha ciudad y labradores que entraron en el ofrecimiento que se hizo este presente año en el glorioso San Saturio, y han de entrar siendo Dios servido
Y de la otra Joan de Bentemilla y Pedro Pérez del Nobal, maestros de cantería, vecinos de la dicha ciudad
Y dijeron que con buen celo de servir a Dios nuestro señor y al bendito santo San Saturio que está en la ermita de señor San Miguel, y reconocidos de las mercedes que nuestro señor les ha hecho y les hará, trataron y tienen tratado de hacer y que se haga cierta obra en el camino y subida de la dicha casa y ermita; y para este efecto se juntaron e hicieron cierto ofrecimiento de trigo, y así mismo tienen tratado de que para que se efectúe y haga la dicha obra se vuelva a hacer otro ofrecimiento; y para hacer la dicha obra pidieron a mí el dicho escribano se apregonase públicamente en esta dicha ciudad para que viniese a noticia de los maestros y oficiales del dicho arte de cantería, y así ha andado en pregones algunos días declarando las condiciones y traza como se ha de hacer y asignando el remate; y así tienen tratado y concertado con los dichos Joan de Bentemilla y Pedro Pérez de que harán y han de hacer la dicha obra conforme a la dicha traza y condiciones que están puestas y declaradas, las cuales pidieron a mí el dicho escribano las insiera y ponga por cabeza en esta dicha escritura para su fuerza y validación y firmeza, que las dichas condiciones están escritas de letra y mano del dicho Joan de Bentemilla en tres caras de papel, y al fin de ellas firmadas de su nombre; y la dicha traza así mismo está firmada de los dichos Joan de Bentemilla y Pedro Pérez y rubricada y firmada de mí el dicho escribano todo lo cual y pregones y diligencias que se han hecho, uno en pos de otro es del tenor y forma siguiente

Aquí

Toda la cual dicha obra, conforme a las dichas condiciones y traza de suso incorporadas, los dichos Joan de Bentemilla y Pedro Pérez, maestros de cantería, ambos juntos y juntamente y de mancomún, [... fórmula de renuncia de las leyes de la mancomunidad ...] dijeron que se obligaban y obligaron con sus personas y bienes muebles y raíces habidos y por haber, de hacer y que harán y acabarán y fenecerán toda la dicha obra conforme a la dicha traza y condiciones, sin poner en ello escusa ni dilación, y en toda perfección y sin que de ella falte de se hacer cosa alguna para el día de señor San Juan de Junio del año que viene de mil y seiscientos y once años, a vista y parecer de maestros peritos en el dicho arte; por razón de que por toda ella, así de manos como de materiales y todas las demás cosas que fueren necesarias para la dicha obra se les ha de dar y pagar doscientas y veinte fanegas de trigo en trigo, pagadas en esta manera: las cien fanegas de ellas luego de contado y de presente, y las ciento y veinte fanegas de trigo restantes se les ha de pagar en esta manera: que si para el día de San Miguel de Septiembre primero que viene de este dicho año hubieren menester, veinte o treinta fanegas de trigo, o para comprar algunos materiales se las han de dar y pagar, y lo demás, a cumplimiento de las dichas ciento y veinte fanegas, en acabando de hacer y fenecer la dicha obra en toda perfección como dicho es
Y de las cien fanegas de trigo que de presente reciben dijeron que se daban y dieron por contentos, pagados y entregados a toda su voluntad, por cuanto conocieron y confesaron haberlas recibido en casa del dicho Diego la Blanca donde estaban recogidas y allegadas; y porque la paga y entrega no parece de presente renunciaron las leyes del entregamiento y no numerata pecunia y prueba de paga y excepción de engaño y las demás leyes que sobre este caso hablan como en ellas se contiene.
Y de las dichas cien anegas de trigo dijeron que daban y dieron carta de pago bastante a los dichos Diego la Blanca y consortes.
Y que si para el dicho día de San Juan de Junio no diesen hecha y acabada y en toda perfección toda la dicha obra, sin que de ella falte cosa alguna como dicho es, y arriba se contiene, que a costa y misión de los dichos Joan de Bentemilla y Pedro Pérez, y cada uno insolidum, los dichos Diego la Blanca y Joan del Pozo y consortes arriba dichos y declarados, y cualquier de ellos y los demás a quien toca y atañe este negocio, puedan buscar y busquen otros oficiales y maestros del dicho arte donde los hallaren, y las demás personas que fueren menester para que acaben de hacer y fenecer toda la dicha obra, y por el demás precio y precios que les costare, así en trigo como en dineros, y por las dichas cien anegas de trigo que de presente reciben y por lo que llevaren de aquí adelante, y por los daños y costas y menoscabos que se les siguieren y recibieren, por todo ello se les pueda dar y dé a ejecutar, y sean creídos cualquiera de ellos por sus palabras llanas sin otro juramento ni prueba alguna, en lo cual lo dejaron y difirieron.
Y los dichos Juan del Pozo y Diego la Blanca y Francisco la Serna y Joan de Codes y Francisco de Martialay y los demás arriba dichos y declarados en esta dicha escritura, por ellos y en nombre de los demás del dicho cabildo de los Heros y demás personas a quien toca este negocio obligaron los bienes propios y rentas del dicho cabildo, y no los suyos, de dar y pagar y que darán y pagarán a los dichos Joan de Bentemilla y Pedro Pérez, o a quien su poder hubiere las dichas ciento y veinte fanegas de trigo en trigo a los dichos días y plazos arriba dichos por la dicha razón.

Y otrosi, se obligaron en forma, de ir y que irán por sus personas a aderezar y aderezarán el camino desde a par de la presa hasta llegar a una peña que está antes de llegar a la cruz; y esto lo aceptan los susodichos de su voluntad

Y cada una de las dichas partes por lo que les toca y atañe, y atañer puede, y para lo así tener y mantener y guardar y cumplir y pagar, por esta presente carta dijeron que daban y dieron todo su poder cumplido a todas y cualesquier justicias y jueces del rey nuestro señor, de cualquier jurisdicción que sean, y a las que conforme a derecho y leyes y pragmáticas de estos reinos se pueden someter y obligar, a las cuales se sometieron y obligaron renunciando como renunciaron su propio fuero, jurisdicción y domicilio ... etc
En testimonio de lo cual otorgaron esta dicha escritura cuan bastante de derecho se requiere y es necesario en la manera que dicha es ante mí el dicho escribano; y lo firmaron los que sabían firmar de sus nombres, y por los que no sabían rogaron a un testigo que por ellos lo firme y sea testigo. Testigos: Miguel de Santa Cruz y Gaspar Sanz y Mateo de Medrano vecinos de Soria. Y yo el dicho escribano doy fe y conozco a los dichos otorgantes.
[Lista de correcciones del escrito]
Juan del Pozo - Pascual Sanz - Juan de Bentemilla - Juan Martínez - Pedro Pérez del Nobal - Francisco la Serna - Pedro Mondragón - A ruego, Miguel de Santacruz - Ante mí, Bartolomé de Santa Cruz

 

Capitulación para la escalera y obra que se ha de hacer en señor San Miguel de la Peña


(Junta Castilla y León - AHPSo-Protocolos Notariales-220-450-65)

- Primeramente, el oficial que hiciere la dicha obra esté obligado a quitar todos los encuentros de peña que ofendieren para dicha escalera.
- Item, que la dicha escalera ha de ser conforme a la traza aquí señalada que es de seis pies de ancha.
Ha de comenzar dicha escalera junto a do se ha quemado una calera poco más o menos, a do convenga, haciendo una mesa de seis pies en cuadrado que hagan gradas por las dos partes, y hecha la mesa se ha de proseguir con la primera cinta hasta una peña que está de frente, y allí se hará otra mesa para revolver para la segunda cinta con sus gradas en la forma que está en la traza señalada, y así se proseguirá con la tercera cinta hasta a do están unas ortigas, y allí se hará otra mesa como dicho es, y de allí se seguirá la cuarta cinta hasta llegar en par del olmo que está delante la puerta de la iglesia, a do ha de haber una placeta de diez pies en cuadrado, poco más o menos; y para que salga más llana esta postrera cinta se ha de subir a la placeta con tres gradas en el fin de la escalera.
- Item, que en toda esta escalera ha de llevar su pretil y antepechos que sean de altos, de la cara de la tierra, del suelo pisadero de la escalera cinco cuartas de alto, y más su pasamano, lo cual ha de ser de piedra labrada en redondo, y de piedra de Valonsadero.
Y de grueso han de ser estos pretiles hasta la cara de la tierra de dos pies y medio y de allí arriba de dos pies.
- Item, se han de dejar y hacer en toda esta obra sus canalones de piedra a do más convenga, y los necesarios, de piedra de Valonsadero.
- Item, que en toda esta escalera se hagan sus gradas como en la traza está señalada, que es de seis en seis pies su grada, fuera de las que se han de hacer en las mesas principales, que han de ser tres en cada mesa.
- Item, que estas mesas, así en las principales como en las demás se han de empedrar de piedra menuda de piedra calear, y todas las demás gradas han de ser de la piedra calear y de dos piezas, excepto las gradas de la mesa primera que ha de ser de la de Valonsadero.
- Item, se ha de hacer una pared hacia la parte de Duero para engrandecer la placeta que está delante la casa, que se ha de comenzar desde la peña do está la cruz hasta llegar con la peña de la cueva de la casa, guardando el derecho por do más convenga, la cual pared ha de subir cinco cuartas de alto más que el suelo pisadero de la placeta, y ha de ser de grueso hasta el suelo pisadero tres pies, y de allí arriba de dos pies, con su pasamano de piedra labrada en redondo; y se entiende que toda la placeta se ha de replenar y quedar pareja a plomo.
- Item, es condición que toda esta obra ha de ser de mampostería excepto los pasamanos y canalones y esquinas, las cuales esquinas han de ser redondas porque no ocupen las vueltas de la escalera.
- Item, es condición que toda esta obra ha de ser el oficial obligado a poner todos los materiales, y terraplenar a do fuere menester, y picar los encuentros de las peñas do fuere necesario, y hacer dicha obra bien y acabada en perfección conforme a la traza y capitulación a contento y vista de oficiales para el día de señor San Juan de Junio de mil y seiscientos y diez años, y dar fianzas para lo cumplir; y así digo yo Juan de Bentemilla, cantero vecino de esta ciudad, que haré la dicha obra conforme esta traza y capitulación por dos mil y quinientos reales, y tomaré todo el trigo que se me diere por catorce reales cada anega hasta la cantidad de dicha obra, y esta postura hago en dicha obra, y daré fianzas de lo cumplir, y si no quedare yo con dicha obra y se rematare con esta traza y condiciones se me haya de dar por mis trabajos cien reales; y porque lo cumpliré lo firmé de mi nombre. Juan de Bentemilla.

 

Pregones

En la ciudad de Soria, quince días del mes de Marzo de mil y seiscientos y diez años; en presencia de mí Bartolomé de Santa Cruz, escribano del rey nuestro señor y público del número de la dicha ciudad, y testigos; en la calle del Collado por voz de Felipe Martínez pregonero público, se apregonó a altas voces, en voz de pregón, quien quería hacer postura en la obra que se ha de hacer en el camino de San Saturio y San Miguel, conforme a las condiciones y traza que queda en poder del presente escribano; y será el remate mediado el mes de Abril, y en fin dijo que mándase apregonar públicamente por que venga a noticia de todos. Testigos que fueron presentes Domingo Benito y Miguel de Santa Cruz vecinos de Soria. Ante mí Bartolomé de Santa Cruz.

En la ciudad de Soria, a veinte y cuatro días del mes de Marzo de mil y seiscientos y diez años; en presencia de mí el presente escribano y testigos; en la calle del Collado por voz de Felipe Martínez pregonero público de esta ciudad de Soria, se apregonó altas voces en voz de pregón diciendo así: Quién quiere hacer postura en la obra que se ha de hacer y edificar al presente en el camino de la ermita de San Miguel y San Saturio conforme a las condiciones y traza que están en poder del presente escribano; si hay alguna persona que quisiere hacer postura en la dicha obra parezca ante el presente escribano, y será el remate a mediado el mes de Abril primero que viene de este año de seiscientos y diez; y en fin dijo mándase pregonar públicamente por que venga a noticia de todos. Testigos que fueron presentes Domingo Benito y Miguel de Santa Cruz vecinos de Soria. Ante mí Bartolomé de Santa Cruz.

En la ciudad de Soria, a veinte y nueve días del mes de Marzo de mil y seiscientos y diez años; en presencia de mí el presente escribano público y testigos paresció presente Joan de Bentemilla, maestro de cantería vecino de la dicha ciudad, y dijo que ponía y puso la dicha obra que se ha de hacer en el camino de San Miguel de la Peña y San Saturio de suso apregonada, conforme a la dicha traza y condiciones que le fue leída y mostrada, todo ello de berbo ad berbum toda ella en dos mil y quinientos reales de manos y materiales pagados en tres tercios; el primero el día que se haga el remate y dé fianzas, y el segundo tercio para el día de San Juan de Junio primero que viene de este presente año, y los maravedís restantes y fin de pago para el día de San Miguel de Septiembre de este dicho año, que es el plazo cuando se ha de hacer y fenecer la dicha obra; y siendo en él rematada la hará, acabará y fenecerá conforme a la dicha traza y condiciones y a vista de oficiales peritos en el arte, y dará fianzas de lo cumplir; y lo otorgó ante mí el dicho escribano y testigos y lo firmó de su nombre. Testigos Domingo Benito y Miguel de Santa Cruz vecinos de Soria. Juan de Bentemilla - Ante mí, Bartolomé de Santa Cruz

En la ciudad de Soria, a siete días del mes de Abril de mil y seiscientos y diez años; en presencia de mí el presente escribano y testigos; en la calle del Collado por voz de Felipe Martínez pregonero público se apregonó altas voces en voz de pregón diciendo así: Cualquiera persona que quisiere pujar la obra y edificio que se ha de hacer y edificar al presente en el camino de la ermita de San Miguel y San Saturio conforme a las condiciones y traza que está en poder del presente escribano, que está puesta en dos mil y quinientos reales, si hay alguna persona que la quiera pujar parezca ante el presente escribano, y recibírsele ha la puja que hiciere, y será el remate a mediado este presente mes de Abril, y en fin dijo: este es el segundo pregón. Testigos que fueron presentes Domingo Benito y Miguel de Santa Cruz vecinos de Soria. Ante mí, Bartolomé de Santa Cruz

 (PN-220-450-65) 

 

Concierto para la construcción de la escalera de 1703

En la ciudad de Soria a seis días del mes de Marzo de mil setecientos y tres años, ante mí el escribano y testigos de yuso escritos, parecieron presentes: De la una parte Don Jacinto García Hidalgo tesorero de la Colegial de San Pedro de esta dicha ciudad y don Diego Ortiz de Garay y Forte canónigo de ella, comisarios nombrados para las obras y reedificación de la ermita de nuestro patrón San Saturio que está extramuros de esta ciudad.
Y de la otra Pedro de Arce, maestro de cantería y albañilería vecino asimismo de ella como principal, Joseph Ximénez y Esteban López maestro de obras vecinos de esta dicha ciudad como sus fiadores y llanos pagadores, haciendo como dijeron hacían de causa ajena suya propia conforme al capítulo de cortes.
Y dijeron que por cuanto por dichos comisarios y con intervención del señor corregidor de esta dicha ciudad, por la que también tiene en la dicha obra se ha ajustado con el dicho Pedro de Arce ha de hacer y ejecutar la escalera para subir a la dicha ermita en conformidad de la traza y condiciones que están hechas y firmadas por Francisco de Hermosa maestro de cantería, que para que conste y según su contenido se ejecute dicha obra se me ha pedido a mí el dicho escribano las ponga e insiera en esta escritura, y en esta consideración lo hice, puse e inserí; su tenor es el siguiente:

Aquí la traza y condiciones

Y estantes la dicha traza y condiciones de suso insertas, el dicho Pedro de Arce como principal, y los dichos Joseph Ximénez, Esteban López, y así mismo Julián de Izaguirre maestro de dichos oficios de cantería y albañilería vecino de esta dicha ciudad que también está presente, como sus fiadores, dijeron que se obligaban y obligaron juntos y de mancomún, a voz de uno y cada uno de ellos y por el todo insolidum, renunciando como renunciaron las leyes de la mancomunidad [... fórmula habitual de renuncia ... ] a que el susodicho hará y ejecutará la dicha escalera en la forma que de suso va declarado conforme al arte, y darla concluida, fenecida y acabada para el día y fiesta de San Juan de Junio que viene de este presente año a vista de maestros peritos que por las partes se nombraren, dandósele, así por la manifactura como por todos los materiales que quedan a su cargo y obligación el ponerlos y conducirlos a la dicha ermita por su cuenta y riesgo, tres mil reales de vellón; esto en caso de que se allane por los dichos comisarios con su Cabildo el que de la iglesia de Caltañazor (sic), que está arruinada, se le deje sacar y conducir la piedra de sillería necesaria para la división y adoquinado de dicha escalera, por habérsele ofrecido así por dichos comisarios; y no habiendo efecto se le han de dar trescientos reales de vellón más, en que se ha estimado la dicha piedra, para poderla traer y conducir de la cantera; por manera que si se le diere el dicho permiso se le han de dar y pagar los dichos tres mil reales, y no se lo dando han de ser tres y trescientos reales de vellón, en tres tercios y pagas, el uno para la disposición y compra de materiales, otro a mitad de la obra, y el otro al tiempo que se haya fenecido y declarado por bien hecha.

Y así mismo queda a cargo y obligación del dicho maestro el componer y recorrer el pretil que está antes de subir la dicha escalera y da vista al río, poniéndole las albardillas que faltan y repellándolo de cal todo lo que necesite, sin tener que pedir por ello cosa alguna, por considerarse incluso en la cantidad que se le da por ejecutar la dicha obra.

Y no cumpliéndolo ni hacerlo según y en la conformidad que va referido se puedan buscar maestros y personas que por cuanta y a costa del dicho principal y fiadores lo puedan hacer, y por el coste y el de los materiales que faltaren se les ha de poder ejecutar en sus personas y bienes habidos y por haber que pare ello obligan debajo de la dicha mancomunidad.

Y los dichos don Jacinto García Hidalgo y don Diego Ortiz de Garay como tales comisarios obligan las limosnas y efectos que están destinados para la paga del precio en que así está ajustado con el dicho Pedro de Arce ejecutar la dicha escalera y darle satisfacción de él en los plazos y en la conformidad pactada por esta escritura.

Y cada una de las dichas partes por lo que les toca, y para el dicho cumplimiento, dieron poder a las justicias y jueces que de sus causas deban conocer y lo recibieren por sentencia pasada en cosa juzgada, renunciaron las leyes de su favor y la general en forma; y así lo otorgaron ante mí el dicho escribano y testigos, y lo firmaron los que sabían, y por el que no, a su ruego, un testigo, siéndolo don Luis de Guzmán y las Heras, Pascual de la Biesca, y Marcelino García, vecinos de esta dicha ciudad. Yo el escribano doy fe conozco los otorgantes.
Pedro de Arce - D.Jacinto García Hidalgo - Joseph Jiménez - D.Diego Otiz de Garay - Esteban López y Forte - A ruego, Marcelino García - Ante mí, Saturio García Rosales

 

Condiciones con las cuales se ha de hacer y ejecutar la obra de la escalera de nuestro Patrón San Saturio

Primeramente, es condición que el maestro en quien se rematare ha de poner y conducir todos los materiales necesarios para dicha obra.

Es condición que la primera entrada ha de ser una caja de diez pies en cuadro con sus paredes a la parte de Occidente, y la otra hacia la parte de dicha peña y ermita; su entrada ha de ser frente al camino que vamos a dicha ermita subiendo con seis pasos hasta la primera mesa, sacando el grueso de dichas paredes de su planta hasta nivelar con dicha mesa, de tres pies, y de allí cortará dejando lo restante en dos pies de grueso.

Es condición que ha de hacer un paredón que mira hacia la parte del Norte que es el del primer tiro con el largo y alto que pide su disposición que es la que demuestra la traza, rompiendo primero su planta y cimiento hasta topar peña o tierra firme con el ancho y grueso de seis pies rematando contra la peña que mira a la parte del Occidente, por estar dicha peña escarpiada necesita de hacer sus gradas en ella para que dicho paredón asiente en dicho cimiento, iguale, y planamente; y hecho y limpio dicho cimiento le llenará con buena piedra mampostería y mezcla de cal hecha conforme [al] arte hasta el superfie de la tierra con dicho ancho y grueso.

Es condición que hecho y ejecutado lo dicho cortará dicho paredón medio pie a cada lado y quedará su grueso en cinco pies levantando con ellos hasta el piso de dicha subida, atizonándole con buenos tizones de a vara de largo para su mayor seguridad y firmeza.

Es condición que en el segundo tiro ha de hacer otro paredón moviéndole desde la segunda mesa corriendo con él hasta llegar cercano de la entrada de la Cueva del Agua, sacando su planta en la peña y haciendo sus rafas para su planta rozando la peña y dejando su planta en superficie plano, con sus gradas de tercio en tercio para que asiente dicho paredón a un nivel, y su grueso será de cuatro pies hasta dicho piso.

Es condición que el tercero y último tiro ha de hacer otro paredón en la misma conformidad y disposición que los demás, en disposición y planta, con el grueso de dichos cuatro pies, y en todo hará la disposición que demuestra la traza; haciendo sus antepechos que levanten cuatro pies y medio con su albardilla; su ancho y grueso será de dos pies, y dicha albardilla ha de tener una cuarta de grueso; su disposición será medio círculo, o lo que sacase dicho grueso, y dicha chapa ha de tener de ancho cuatro dedos más que dicha pared, para que tenga a cada lado dos dedos de vuelo para que las aguas no ofendan, antes bien las eche fuera; y también en la caja de la primera mesa ha de echar sus albardillas como en todos los demás antepechos.

Es condición que ha de hacer la subida echando primero la tierra y cascajo que fuese necesario para su terrapleno rozando la peña en la parte que fuese necesaria y que ocupare para su anchura, la cual ha de ser en todos los tiros de diez pies en la parte donde lo necesitare sin que deje estorbo alguno para su subida, y hecho dicho terrapleno, en cada uno de dichos tiros, ha de echar una línea de adoquines por el medio transeando con otras en las mesas para entrar y salir de ellas, que son los que se buscan diametralmente, con el grueso de un pie de ancho y otro de grueso que es lo que necesita para su seguridad, y asentadas dichas maestras se repartirán a la cruz otros con el mismo grueso y ancho, dejando sus cajones de cinco pies en cuadro así en las mesas como en todo lo demás; y hechos dichos cajones con dicha división de adoquines se empedrará con buenos guijarros del río asentándolos con su cama de tierra para su mayor seguridad y empedrándolo a tizión para su permanencia; y habiéndolo hecho se maceará y golpeará para que busque su asiento y le ha de echar su cama de arena para que se entrape y asegure.

Es condición que en la entrada de dicha iglesia se ha de hacer dos gradas para la subida y entrada de ella por estar desnivelada dicha entrada, y también empedrar y adoquinar todo el tránsito y entrada de la ermita y portal de ella; y dichas gradas han de ser de buena piedra de sillería bien labradas y ajustadas; y si necesitaren más de las dos las hará (sic) de echar dejándolo perfecto y acabado conforme a buen arte; y en todo ha de hacer y cumplir dicha obra, según, y conforme pide su planta y disposición.

Es condición que ha de hacer todos loa acueductos que necesitase para el expediente de las aguas en las partes a donde se conociesen los arroyos que bajan de la peña, y en la parte o partes de las mesas que vengan buscando dicho despidiente para que dichas aguas no puedan defraudar el adoquinado y empedrado; y se han de hacer sus canales de sillería de buena piedra que salgan a la parte de afuera un pie, para que despidan las aguas y no ofendan.

Es condición que ha de hacer las mesas de altar por una y otra parte con sus gradas y pedestral para el asiento del retablo con la disposición de su planta, su guarnición y molduras serán las que pide la disposición de dicho retablo.

Es condición que por razón de mejoras no pueda pedir cosa alguna, aunque sea muy precisa y necesaria, sin que primero la comunique con los señores comisarios y se ajuste, por cuanto todo lo preciso se considera incluso en estas condiciones.

Es también condición que el maestro en quien se rematare haya de dar fianzas a satisfacción de los señores comisarios. Y la paga se le hará en tres plazos, al principio, al medio y fin de dicha obra dándola a vista de maestros peritos que la aprueben.
Francisco de Hermosa

 (PN-958-1483-320) 

 

Los reparos de 1861 y 1863

20 de Abril de 1861
Domingo Hevia informaba al Ayuntamiento, que el canónigo de San Pedro, administrador de la ermita de San Saturio:
... ha notado el deterioro de la escalera principal exterior, en algunas piedras destruidas y deshechas; así como el destrozo causado, tal vez, por alguna gotera, en el precioso cuadro de San Juan, que adorna la bóveda del templo, y en el grupo de los dos ángeles de una ventana; defectos, que si no ahora, pueden ser de gravedad, dentro de poco tiempo; y como el santuario no cuenta con fondos de ningún género, para su reparación; siendo el M.I. Ayuntamiento su patrono, el que firma, en cumplimiento de su deber, eleva al conocimiento de VSs la urgente necesidad de que su generosa devoción arbitre los recursos que aquellos desperfectos reclaman en la conservación del más glorioso monumento de la piedad soriana. Domingo Hevia   (AHM-OP legajo 14-6)

Herrero Gómez en 'Ermita de San Saturio 1703-2003', (pag. 120), nos dice que en 1862 se pagaron "doscientos reales abonados al restaurador de los frescos de la ermita".

Sin embargo no tenemos claro si se reparó la escalera, o si se hizo convenientemente, ya que dos años más tarde el gobernador se imponía para que se ejecutase la reparación de la misma.

Acuerdo del 30 de Mayo de 1863         (AHM caja 45-1)
Se dio lectura de un oficio del señor Gobernador manifestando que al visitar la ermita de San Saturio observó el lastimoso estado en que se encuentra la escalera principal de aquel santuario por efecto de la acción del tiempo, y que de no proceder a su inmediata reparación, llegará más tarde a deteriorarse del todo haciéndose después más costosa e imposible dicha obra, excitando a la Corporación para que proceda a la próxima reparación de dicha escalera con los fondos municipales, que son los que parecen llamados a sufragarla, puesto que al ilustre Cabildo sólo corresponde la dirección espiritual y económica, así como no alcanza el importe de las limosnas debidas a los fieles ni aún para el alumbrado al Santo y subvención al santero. En su consecuencia el Ayuntamiento acordó se transcriva la referida comunicación al ilustre Cabildo Colegial de esta ciudad, añadiéndole que puesto que la Corporación municipal ha sufragado bastantes gastos en las obras del camino paseo que conduce a la ermita pued el ilustre Cabildo verificar la reparación de la escalera mencionada, si se muestra con fondos para realizarla.

Acuerdo del 13 de Junio
Se dio lectura de un oficio del M.I.Cabildo Colegial de esta capital fecha 8 del corriente, contestando al que le dirigió por el Ayuntamiento en 2 del mismo, y en el que manifiesta que no existiendo fondo alguno en poder del administrador de la ermita de San Saturio, y que siendo tan exigua la asignación de los prebendados que escasamente alcanza a llenar sus atenciones, le es imposible acceder a la recomposición de la escalera que da subida a dicho santuario.
Y enterado el Ayuntamiento acordó nombrar una comisión compuesta de los señores regidores don Víctor Carrascosa y don Julián Redondo para que registrando antecedentes en la secretaría se pueda venir en conocimiento de ver hasta donde llegan las atribuciones de la Corporación municipal sobre el patronato y demás de la ermita de dicho santo; y que por de pronto se atienda a la reparación de la escalera de que se hace mérito bajo la vigilancia y dirección de la comisión de obras.

 

Notas

(1) Decimos que se deben desechar las fechas anteriores a 1588 ya que Martel en el manuscrito 'De la fundación de Soria...' hace frecuentes citas de 'Nobleza del Andalucía', obra que publicó Gonzalo Argote de Molina en 1588, y por tanto la obra de Martel no puede ser anterior a ese año.
Por otro lado, Martel también hace varias referencias a Ambrosio de Morales, y de haber formado una escalera los quasi escalones, que Morales citaba, hubiera sido lógico reseñarlo al decir que la ermita se ubicaba en parte muy agria y enriscada.
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(2) De Juan de Bentemilla cantero sabemos que en 1612 el estado del Común de Soria le eligió como uno de los cogedores de bulas, alegando que la intención del estado del Común ha sido declarar pecheros a los que ha nombrado por cogedores de bulas (AHM-Común 15-9-1612). Declaración que, como veremos, se hizo con otros Bentemilla de la época que litigaron, y ganaron, su declaración de hijosdalgo.
También sabemos que Juan de Bentemilla cantero se ocupó de los reparos de la fuente del Campo entre los años 1616 y 1625 (AHM 2-8-1616; 14-11-1622; 23-1-1625 entre otros).
Además de este cantero llamado Juan de Bentemilla, en las fechas próximas a la construcción de la escalera exterior de la ermita, encontramos como vecinos de Soria y su Tierra a:
- Juan de Bentemilla cantero ya difunto y estante que fue en la villa de Serón; se encargó de la obra en la iglesia de Aldealafuente, de la que, después de su fallecimiento, se hizo el pago a los carpinteros en 1587 (PN-149-317-152)
- Francisco de Bentemilla, carpintero, en 1598 trabajó en una obra en la iglesia de Pobar (PN-159-334-122); en 1611 presentó, con otro compañero, postura, traza y condiciones para la obra de la ermita de San Lázaro (Manrique Mayor, 'Las Artes...' pag.375, doc.236)
- Andrés de Bentemilla, espadero, en 1599 fue fiador de un Caballero de Sierra del Linaje de Chancilleres (PN-93-206-249)
- Diego de Bentemilla el mayor, calcetero, incorporado al Linaje de Santacruz, en 1602 asiste a la junta general de los Doce Linajes (AHMADL doc.69), sin embargo en 1614, a pesar de haber desempeñado varios oficios en dichos Doce Linajes, se le quiso empadronar como pechero. En las probanzas dijo que su padre Diego de Bentemilla vivió en Soria, y que su abuelo Andrés de Bentemilla nació en El Cubo de la Sierra y murió en Torrubia (AHM-Común; 29-1-1614).
- Diego de Bentemilla, escribano, incorporado al Linaje de Santacruz, en 1602 asiste a la junta general (AHMADL doc.69)

Respecto a sus matrimonios sabemos que:
- En 1575, Elvira Beltrán era viuda de Diego de Bentemilla (PN-81-183-253)
- En 1583, Inés de Escobosa quedó viuda de Juan López de Bentemilla, preboste de la cofradía de las Animas (PN-51-123-150)
- En 1601, Andrés de Bentemilla decía ser hijo de Andrés de Bentemilla espadero y Juana López, difuntos. Y también Diego de Bentemilla decía ser hijo de Diego de Bentemilla el mayor y Juana Martínez, difunta (PN-291-573-406)
- En 1603, Juana de Bentemilla estaba casada con Bartolomé de Mendoza y eran vecinos de Lubia (PN-218-446-163)

Con estos datos sólo pretendemos indicar que el apellido Bentemilla/Bentimilla parece que ya está asentado en el ámbito soriano en la época en la que se construye la escalera de la ermita de San Miguel de la Peña; incluso vemos cómo hay un cantero con el mismo nombre que el artífice de la escalera de 1610. Sin embargo no hemos encontrado en la documentación consultada nada que nos permita vincular el apellido Bentemilla con/como 'el portugués'
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(3) Juan García fue el ermitaño de la ermita de San Miguel de Peña, al menos desde 1594 hasta 1601, y en esas fechas vivía en Soria según consta en la siguiente documentación:
16 de Julio de 1594       (PN-142-299-184)
Sepan cuantos esta carta de obligación y arrendamiento vieren cómo yo Juan García ermitaño de la ermita de señor San Miguel de la Peña de esta ciudad de Soria, extramuros de ella, vecino de esta dicha ciudad otorgo y conozco que tomo y recibo a renta y en alquiler de vos Diego de Bentemilla y Martín de Sedano, vecinos de la dicha ciudad de Soria, que estáis presentes como curadores de los hijos de Diego de Salazar, tejedor, difunto, una casa con su corral y lo a ella perteneciente que los dichos menores tienen en esta dicha ciudad en el arrabal de la puente de ella que es la que hasta aquí he vivido, la cual vos arriendo por tiempo y espacio de tres años cumplidos que comenzaron a correr y se cuentan desde el día de San Miguel de Septiembre del año de quinientos y noventa y tres ...
11 de Junio de 1598       (PN-119-250-134)
Sepan cuantos esta carta de venta real vieren cómo yo María Alonso //...// vendo a vos Juan García ermitaño de señor San Miguel, para vos y para quién vos quisiéredes y por bien tuviéredes, es a saber, una casa que yo tengo y poseo en esta ciudad en la cuadrilla de Santa Cruz ...
30 de Mayo de 1601       (PN-277-553-81)
En su testamento Pedro Pérez mandaba: Que me hagan mis honras, novena y cabo de año como pareciere a la dicha María de Salazar mi mujer y a Juan García su tío santero de San Miguel de la Peña ...
28 de Enero de 1605       (PN-319-609-9)
Francisco de Dorramas toma a censo perpetuo un herreñal //...// junto a la iglesia de la Trinidad que tiene por aledaños por la parte de hacia la dicha iglesia de la Trinidad casas //...// de Juan García santero que fue de la ermita de San Miguel y hospitalero que ahora es del hospital de Santa Isabel de esta ciudad ...
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(4)  En el acuerdo del Ayuntamiento del día 10 de Mayo de 1697 se dice:
El señor don Manuel de Orozco hizo relación de haber visto, de orden de la Ciudad, el pozo que está en la cuadrilla de San Martín contiguo a la casa de don Saturio Martínez arcipreste de Campo, cuyo sitio se le concedió por esta Ciudad para que hiciese un corral de él, y habiéndose hecho algunas contradicciones por vecinos de dicha cuadrilla ha hallado dicho señor que en muchas de las casas de ella, aunque es tan corta [la cuadrilla], hay diferentes pozos y una noria muy grande en un arreñal, de todo lo cual se manifiesta haber agua suficiente para el servicio de los vecinos de dicha cuadrilla, y que dándoles a estos, dicho arcipreste, una porción en que la mayor parte están convenidos, le parece no seguirse perjuicio en darse la licencia para que enteramente se cierre dicho corral, pues de quedar abierto el sitio donde está el pozo se da ocasión, por estar en parte retirada, a que suceda alguna indecencia... etc La Ciudad concedió la licencia para cerrar el corral con el pozo dentro, con tal de que el arcipreste llegase a un acuerdo con todos los vecinos de la cuadrilla, tanto si vivían en ella como si vivían en otra, y que ellos determinaran si lo que el dicho arcipreste les diera a cambio quedaría en beneficio de la cuadrilla o se había de gastar en hacer otro pozo; y en cualquier caso los vecinos que tenían pozo en sus casas debían franquear su acceso a los que no lo tuvieran.
Nos hemos extendido un poco en el detalle del caso, que sólo se citaba como referencia del arcipreste, ya que nos da una pequeña idea de cómo se regulaba, en cierta manera, el abastecimiento vecinal de agua a finales del siglo XVII.
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Referencias insertas en el texto:
AHM - Archivo Histórico Municipal; Acuerdos del Ayuntamiento de la fecha que se indica
AHM-Común - Archivo Histórico Municipal; Acuerdos del Estado del Común
AHMADL - Archivo Histórico Municipal; Acuerdo/Documento de la Diputación de los Doce Linajes
AHM-OP - Archivo Histórico Municipal; Obras Públicas -legajo-expediente
PN - Archivo Histórico Provincial de Soria; Protocolos Notariales -caja-volumen-folio

Bibliografía que se cita

Argote de Molina, Gonzalo (1588)
NOBLEZA DEL ANDALUCIA
Versión digital en la BNE; también en Junta de Andalucía - Biblioteca Virtual Andalucía

Diago Hernando, Máximo (2000)
Soria y su Tierra en el obispado de Osma durante los siglos XV y XVI. Organización eclesiástica y práctica religiosa
XIV Centenario Diócesis Osma-Soria. Premios de Investigación
Diputación Provincial de Soria

Herrero Gómez, Javier (2003)
Ermita de San Saturio 1703-2003
Ayto de Soria y Cabildo de la Concatedral de San Pedro; en el III Centenario de su construcción

Herrero Gómez, Javier (2009)
Paisaje Interior - Ermita de San Saturio
Las Edades del Hombre

Loperráez Corvalán, Juan (1788)
DESCRIPCION HISTORICA DEL OBISPADO DE OSMA -Tomo II
Ediciones Turner - 1978
Existe versión digital en Google-Books

Manrique Mayor, Angeles (1987)
LAS ARTES EN SORIA DURANTE EL SIGLO XVII - Estudio Documental y Artístico
Tesis Doctoral - Colección Documental en el Archivo Histórico Provincial de Soria

Marqués del Saltillo (1948)
ARTISTAS Y ARTIFICES SORIANOS DE LOS SIGLOS XVI Y XVII (1509-1699)

Marqués del Saltillo (1951)
MISCELANEA ARTISTICA DEL SIGLO XVIII
Celtiberia nº1

Martel, Miguel (1590?)
De la fundacion de Soria, del origen de los doze linages y de las antiguedades destaciudad Por el mismo Miguel Martel natural de Logroño Autor de la Numantina
Manuscrito 3452 de la BNE; existe una versión digital en dicha BNE

Morales Ambrosio de (1577 y 1791)
CORONICA GENERAL DE ESPAÑA
Existen versiones digitales en la Biblioteca Digital de Castilla y León

Mosquera de Barnuevo, Francisco (1612)
LA NUMANTINA

Pérez-Rioja, José Antonio (1998)
APUNTES PARA UN DICCIONARIO BIOGRAFICO de SORIA

Rabal, Nicolás (1889)
HISTORIA DE SORIA

Sáenz García, Clemente (1960)
LA HOZ DEL DUERO EN SORIA (Geología y Espeleología locales)
Celtiberia nº20

Sanz Serrano, Anselmo (1915)
HISTORIA Y DESCRICION DE LA CUEVA Y ERMITA DE SAN SATURIO
Existe una versión en la Biblioteca Digital de Castilla y León

Taracena, Blas y Tudela, José (1928)
GUIA TURISTICA DE SORIA Y SU PROVINCIA

 

** Introducción y Artículos de HistSoria Archivada

 
 
Texto y transcripciones: José Ignacio Esteban Jauregui 

Historia de Soria
soria-goig.com