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La localidad
de Vilviestre de los Nabos es uno de los cuatro Barrios pertenecientes
al Ayuntamiento de El Royo. Según la web del Ayuntamiento, cuenta con 14
habitantes. La proximidad a la capital y el discurrir del río Duero, que
propicia una variada vegetación (olmos, sauces y fresnos) han hecho de
este pueblo un espacio de segunda residencia. A día de hoy, poco más
habría que añadir, pero al igual que sucede con todos los pueblos, y los
despoblados, su historia pasada tuvo importancia como una de las piezas
para encajar el puzzle de la historia de esta provincia a día de hoy
depauperada.
Veamos el
catastro del marqués de la Ensenada, una de nuestras fuentes. Era
Vilviestre lugar de realengo y en él residían 21 vecinos y medio
incluidas tres viudas (cada una de ellas contabilizaba, a efectos de
impuestos y repartimientos, medio vecino). Eran propietarios de dos
dehesas boyales, con un total de 1350 yugadas, de las cuales 1100 son de
primera calidad. Un monte de 450 yugadas. Varias tierras. Una majada
para albergue de ganados de lana. Fragua. Corral para encerrar. Poseían
362 cabezas de lanar, 52 de cabrío, 71 de vacuno, además de los
domésticos.
Entre el
vecindario había siete esquiladores de ganados de lana que percibían 80
reales de vellón al año. 16 vecinos, con inclusión de dos viudas, se
ocupaban de conducir lana a Corella. Este es un dato interesante, ya que
el ochenta por ciento de la población se dedicaban a un menester
relacionado con la Trashumancia, como es la conducción de lana, y el
treinta por ciento eran esquiladores.
Los datos
para el catastro referido se recogieron a mediados del siglo XVIII,
ciento cincuenta años antes, de 27 de septiembre de 1608, existe un
documento que nos ha sido facilitado por José Ignacio Esteban Jáuregui,
en el cual se comprueba que los vecinos de Vilviestre estuvieron
relacionados con el transporte de lanas desde muy antiguo. Se trata de
un concierto entre Nicolás Ferrraz, portugués, vecino de Palencia, con
Martín Martínez, familiar del San Oficio, vecino de Palacios [¿de la
Sierra?], como principal, de quien sale fiador el vecino de Vilviestre,
Santiago Vela. Se comprometen a ir a la ciudad de Soria, el día de San
Lucas, con 74 carretas de bueyes, y cargar en el lavadero de Nicolás
Ferraz, de cinco a seis sacones de lana lavada en cada carreta, de peso
de cinco arrobas y media, y llevarlas a la ciudad de Vitoria. Cobrarán
por ello tres reales menos un maravedí por arroba, más el portazgo (AHPSo.
Caja 102).
Esta
relación con el ganado merino y la
Trashumancia, está justificada por el
paso de la la Cañada Real Riojana o Galiana.
Hoy la
única cañada que trae ganados desde La Rioja y Burgos es la que
desde Vinuesa, continuando por la carretera de El Royo, continúa
entre el embalse y la carretera (…). Esta vía del término de El Royo
continúa por Vilviestre de los Nabos, núcleo de “redistribución” de
vías pecuarias. En el pasado, antes de la construcción del embalse,
salía de su casco urbano una cañada que iba a Abejar y se unía con
la que designamos como riojana y Galiana, en las laderas de Valdiego.
Desde Vilviestre en la actualidad los ganaderos de La Rioja y Burgos
continúan hacia el término de Ocenilla y Pedrajas y entre el término
de este pueblo y el de Soria, por Valonsadero, llega a la estación
de Toledillo y por la base del Pico Frentes y la finca de su nombre
llega a un descansadero situado en las márgenes de la carretera de
Burgos y desde aquí acceden los ganados hasta la estación de Soria
donde se une a la Cañada Real Soriana Oriental que viene de Almarza,
Yanguas y San Pedro Manrique”. (Luis Vicente Elías Pastor).
La
abundancia de grandes piedras labradas en construcciones posiblemente
dedicadas a albergue de animales, algunas con marcas de cantero y la
piedra enhiesta colocada cerca de la iglesia (que hace pensar en un
menhir), tal vez procedan de los dos castros que rodean a este pueblo,
uno, El Castillejo, en Langosto, y el otro El Castillo, en El Royo,
donde posteriormente se edificó una ermita advocada a la virgen del
mismo nombre.
Otra piedra
llamó nuestra atención, colocada en la pared izquierda del pórtico de la
iglesia. Recurrimos al doctor Carlos de la Casa para conocer algo más de
ella, y nos remitió a un trabajo de Alfredo Gimeno, publicado en Temas
Sorianos nº 2.
Texto
distribuido en seis líneas. La letra capital rústica, irregularmente
ejecutada (…) Por el tipo de letra se puede fechar en el siglo III
d. de C. (…) Esta lápida aporta a la onomástica primitiva hispana
dos nombres nuevos: Ucaernus, Edinis, y un gentilicio: Culenqu(m).
está dedicada al dios Silvano. Según Blázquez sería una deidad de
tipo infernal, ya atestiguada en la Gala meridional, del mismo tipo
que “Sucellus”, atestiguado en Hispania. El lobo, animal que aparece
representado en urnas funerarias ibéricas, parece que está vinculado
a estas divinidades infernales. Estos dioses, en el caso del
“hospitium” y de la “fides”, castigaban a los transgresores de los
pastos.
De aquel
pasado que sin duda tuvo importancia en la sociedad y economía soriana,
queda intacto el paisaje, la extensión de sus dehesas sin apenas
utilidad, pero que permiten ver a lo lejos la ermita de la virgen del
Castillo, y unas piedras que nos hablan de ese pasado.
Edificaciones de nuevo cuño dan la réplica al magnífico edificio de las
escuelas, restaurado.
©
soria-goig.com
La iglesia
parroquial de Vilviestre de los Nabos
La iglesia
parroquial de Vilviestre de los Nabos está advocada a San Martín de
Tours. Algunos restos arquitectónicos en la actual construcción
-posiblemente del siglo XVII-sugieren que fue edificada sobre otra
anterior, como una ventana gótica. La transcripción de la obra del
retablo mayor lleva fecha de 1716, pero se trata sólo de dorarlo y
pintarlo, no de la propia hechura del retablo.
Agradecemos
a don Abel Gómez Ruiz, párroco de Vilviestre de los Nabos, su
disposición y amabilidad.
En 17 de
abril de 1716
Escritura de
obligación y fianza para la obra del retablo mayor de Vilviestre
Sepan
cuantos esta pública escritura de obligación vieren como nosotros
Bernardo Jalon, vecino de Soria y Francisco Lázaro vecino de la villa de
Berlanga de esta provincia como principales, y Fernando de la Vega,
vecino de la ciudad, como su fiador y principal pagador (…). A cargo de
los principales está el dorar y estofar el retablo mayor de la iglesia
parroquial del lugar de Vilviestre con la calidad de haber de otorgar
escritura de obligación y fianza de que se cumplirá con ejecutar la
dicha obra según y como se contiene (…)
Primeramente
con condición que se ha de aparejar conforme a arte dando las manos
necesarias, se han de tapar los sentidos de la talla y molduras.
Ítem es
condición que toda la talla y molduras y miembros gruesos se han de
dorar de oro limpio, y se entiende que los membros gruesos son todos los
lisos del pedestal, excepto los vaciados y collarino y plafón de las
sotabasas.
Mas es
condición que las columnas de dicho retablo han de ir de oro limpio.
Más es
condición que los canteros de las pilastras han de ser de oro limpio.
Más es
condición que las molduras de la parte de afuera han de ser de oro
limpio.
Es condición
que todos los intercolumnios han de ir de oro limpio excepto el
tambanillo (1) de tarjetas y marcos que circundan los
cuadros.
Es condición
que en la caja principal en lo que toca a los barrados se haya de
estofar con cinco buenos cogollos ejecutados en Arte, dorando la
cornisilla de dicha caja y todos los repartimentos de dichos vaciados, y
el tablero de ella se ha de dorar de oro limpio y después de dorada, si
le pareciere al cura de la iglesia de Vilviestre ha de ser obligación de
nosotros los dichos maestros de estofarla en lo que más convenga.
Condición
que en la cornisa del retablo ha de ir dorado lo correspondiente a lo
demás, añadiendo en el arquitrabe del contrario abajo hasta los
capiteles ha de ir de oro y el frontis ha de ir de oro.
Y condición
que en el sotabanco del retablo se haya de estofar unos buenos cogollos.
Y condición
que los estípites, se han de dorar de oro limpio haciendo unos grabados
de color en las tres caras por debajo de los colgantes.
Y condición
que las pilastras que están detrás delos estípites (2)
se han dorar los cantos de ellas.
Y con
condición que todo lo de entre estas partes de la parte de adentro ha de
ir de oro limpio exceptuando el tambanillo de la tarjeta y marco que ha
de ir de color.
Es condición
que se nos ha de dar a nosotros los maestros la leña necesaria, caldera
para cocer las colas, capas con la ropa necesaria.
Es condición
que la dicha obra se ha de dar concluida para primero de agosto de 1716
a vista de maestros peritos en dicho ejercicio nombrando uno la iglesia
y el otro los maestros.
Es condición
que se nos ha de dar a nosotros los maestros por el mayordomo de la
iglesia de Vilviestre 2700 reales de vellón pagados en tres tercios. El
primero al principio de la obra, el segundo mediado ella, y el último a
fin de ella. En cada uno de los tres tercios lo que corresponde, en cuya
cantidad se nos ha rematado la obra por no haber habido quien haya hecho
mejor postura, con la obligación de ejecutarla y poner los materiales
(…).
(1) Frontón
sobrepuesto a una puerta o ventana. (DRAE).
(2) Pilastra
en forma de pirámide truncada, con la base menor hacia abajo.
AHPSo. Caja
983, volumen 1526.
(Información
facilitada por
José Ignacio Esteban Jáuregui)
Fuentes
de Vilviestre de los Nabos, José Ignacio Esteban:
>
Fuente de
la Póveda
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