Villa:
Casa de recreo aislada en el campo. Los romanos tenían lujosas residencias
en el campo a las que les llamaban villas. Población poseedora de algunos
privilegios que la distinguen de las aldeas y lugares.
Raso:
Plano, liso, despejado y libre de obstáculos. Libre de nubes. Vuelo a poca
altura. Tela de seda lustrosa, de cuerpo intermedio entre el tafetán y el
terciopelo.
Villarraso
está al norte de la provincia, enclavado en la comarca denominada “Tierras
Altas”, tiene una altitud de 1.195 metros. Su término linda con Magaña,
Pobar, Fuentes de Magaña y el río Alhama lo separa del término de
Suellacabras.
Por
el río Alhama con Mary Luz
Cómo
llegar: a la salida de Soria en el puente sobre el río Duero se toma la
carretera local de Almajano, dirección Magaña y a 29 kilómetros, antes de
llegar a Magaña, está Villarraso.
Su flora es
rica y variada, lo más representativo de Villarraso son las encinas, aunque
también hay robles, chopos, olmos, mimbreras, saúco, estepas, aylagas,
tomillo, endrinos, rosales silvestres, majuelos y unas zarzas que dan unas
moras riquísimas, sabinos, pinos de repoblación forestal plantados por el
capricho de cierto “Señor” y que no se desarrollan muy bien ya que esta
tierra no es de pinos. Y entre las herbáceas hay sanguinaria, ortiga, diente
de león, margaritas, violetas, cazoletas, tamarillas, cardelinas, amapolas,
vallico… y muchas más.
Entre su
fauna salvaje nos encontramos con jabalíes, zorros, conejos, liebres, topos
y ratones camperos. Antes había también ratas de agua, lirones, gato montés,
jinetas y tejones, que espero siga existiendo alguno. También hay ciervos y
corzos introducidos en la década de los sesenta. De reptiles podemos ver
víboras, culebras, luciones, lagartos y lagartijas. Barbos y peces en el río
Alhama. Para conocer la gran variedad de aves que hay no hay nada mejor que
salir al campo en primavera y escuchar sus trinos, cuervos, urracas (cada
vez se ven menos), perdices, codornices, palomas, tórtolas, estorninos…,
también hay un montón de rapaces que aunque no aniden en nuestro pueblo sí
cazan.
Las fiestas
se celebran el 10 de agosto, en honor de San Lorenzo Mártir, patrón del
pueblo, y la Virgen de Belén. Se piden rosquillas, hacemos chuletas y
chocolatada.
Costumbres perdidas
El 20 de
enero, los chicos y las chicas nevase, lloviese, hiciese frío o calor,
en el recreo y al salir de clase íbamos a pedir y buscar leña por las
casas y la llevábamos a la plaza, por la tarde los mozos hacían un buen
montón y alrededor de las 8 se le prendía fuego con gran jolgorio de
todo el pueblo, sobre todo de los que habíamos colaborado en la recogida
de la leña, había baile y chocolate.
El Jueves
Lardero y el Martes de Carnaval los escolares pedían la gallofa por las
casas y la maestra o patrona nos hacía la merienda.
En la Octava,
siguiente domingo del Corpus, se bendecían los campos, bien desde el alto de
la Eras o del Calvario, dependiendo de qué hoja estuviese sembrada.
En San
Lorenzo también se guardaba fiesta, pero se solía emplear el día para
descansar ya que en aquellos tiempos el verano era muy duro.
La fiesta
principal era el segundo domingo de septiembre, duraba tres días, el tercero
se pedían rosquillas que se echaban en vino y por la tarde nos las comíamos
todos juntos.
Existía una
“Cruz de los pobres”, el vecino que la tenía debía dar de comer y dejar
dormir en su pajar al primer pobre que llegara y después se la entregaba al
siguiente vecino, esto se hizo hasta que se construyó el chozo de los
pobres.
También
teníamos la “Cruz del lavadero”, las dos mujeres que la tenían debían ir a
limpiarlo el sábado y después la pasaban a las siguientes.
Se iba de
reos o hacenderas y el Ayuntamiento llevaba vino, se pagaba la entrada a
mozo y se pedía el piso a los forasteros que se casaban con una moza del
pueblo (costumbre extendida en toda la provincia). En las bodas y bautizos
nos invitaban a pan y vino. Y en los bautizos al primero que acertaba el
nombre del bautizado se le daba una peseta de la de aquellos tiempos.
También se pagaba entrada de vecino con una cántara de vino que los hombres
bebían en la casa concejo.
Chicos y
chicas jugábamos a la churra, el cachirulo, a la alpargatilla, la jermela,
la Amalia, la gallinita ciega, la semana, el respigue, el coto, las moritas,
carpetas, tabas y gallarones y sobre todo a la pelota en el frontón.
Todo esto es
lo recuerdo y seguro que se me habrán olvidado un montón de cosas.
(actualmente (2007) están censadas 12 personas en
Villarrraso.)
©
Florentino Carrascosa Marín
De la revista El
Espino (agosto 2003)
Revista El
Espino
En
busca de madreselva
Relato de Isabel Goig
|