En el Archivo
Histórico Provincial de Soria se conservan unas carpetas de lo que debió
ser importante archivo de la Sección Femenina. Algunas fichas que deberían
contener danzas y/o canciones están raspadas, sobres anunciando en su
interior tal o cual documento están vacíos, y las expectativas que puede
crear encontrarse de pronto con el archivo de la otrora todopoderosa
Sección Femenina de la Falange Española, quedan decepcionadas. Esperemos a
la catalogación del material gráfico, que ha sido entregado al Archivo y
podrá ser consultado en breve.
Qué duda cabe que la
labor de estas mujeres, en cuanto a recopilación de ritos, costumbres,
canciones, danzas y gastronomía, fue importante, ya que tenían el
beneplácito de las autoridades –ellos mismos- para indagar, preguntar y
averiguar todo lo que quisieran; la complacencia de casi todas las mujeres
de los pueblos, halagadas por las visitas en sus propias casas de las
señoritas de la cátedra, además del apoyo de las maestras y esposas de
gerifaltes. Por eso nos extraña la escasez de documentos. Al parecer,
bastantes documentos fueron quemados y otros trasladados a domicilios
particulares, ante el temor de represalias a la muerte de Franco.
En esas carpetas hemos
encontrado unas cuartillas escritas a máquina, con la relación escueta de
las fiestas que por los años 50 del pasado siglo se celebraban en algunos
pueblos de Soria. Concretamente las dos cuartillas y media referidas a las
de Almaluez nos han sugerido de qué forma concreta la Iglesia ha
intervenido, por un lado, en la cristianización de los ritos paganos hasta
enmascararlos haciéndolos prácticamente desconocidos, y por otro, la
exagerada influencia en la sociedad, la necesidad de que nada escapara a
su control, hasta imponer unos ritos en los que se adoraran reliquias
imposibles, además de los rezos y novenas que mantuvieran al personal
ocupado, relajado y ayuno de pensamientos que los sacerdotes no pudieran
controlar.
En esa década era el
mundo rural una reserva donde la Iglesia y sus acólitos se esforzaban en
ensayar hasta dónde era posible llegar con el papanatismo. Para ello se
valían de todos los medios a su alcance, por ejemplo de los periódicos,
el papel, al que los sorianos eran tan adictos. Hogar y Pueblo, en un
número cualquiera del año 1951, puede leerse en una página: la defunción
de un sacerdote con media columna loando su figura. Un título “El
sacerdote otro Cristo”, ocupa otro espacio de esa página. “La diócesis
hace 25 años”, acompaña a las anteriores, para finalizar con “La Santa
Misión en Soria”. La página siguiente está toda dedicada a la “Exhortación
pastoral” y un pequeño hueco prestado a la marcha de la colecta a favor
del seminario. Otra más, la siguiente: “La cofradía del Rosario del Burgo
de Osma”, “Conversión de un dirigente chino”, “¿Qué pide la obra de la
propagación de la Fe?”. Por supuesto que las noticias referidas a
la religión y la Iglesia siguen, pero pensamos que como muestra basta.
Así las cosas, no
resulta extraño la relación de fiestas religiosas que vamos a detallar y
que se celebraban, a lo largo del año, en Almaluez. Esta villa, situada
hacia el Sur de la provincia, que agrupa a Aguaviva de la Vega, Chércoles
y Puebla de Eca, contaba, en 1996, con unos 170 habitantes, pero había
llegado a tener más de quinientos antes de la despoblación. Sus escuelas
se cerraron en el curso 90/91.
Fue un pueblo como
tantos otros del mundo rural soriano, donde se cantaban albadas y se
pagaba la entrada a vecino, con una hermosa iglesia gótica dedica a la
Magdalena y una ermita a San Roque. Todavía mantienen un gran tele-club o
bar comunitario.
En las cuartillas de
una de las carpetas de la Sección Femenina, sin fecha, pero que tal vez
podría datarse en la década de los sesenta, están recogidas las siguientes
festividades, que transcribimos con el lenguaje de la época, incluida la
grafía, tan frecuentemente mayúscula.
“El día 1 de Enero, la
Circuncisión del Señor, con adoración del Niño Jesús, asistencia de las
Autoridades locales al acto religioso y convite del Señor Cura Párroco a
las Autoridades”.
“El día 6 de Enero,
Adoración de los Santos Reyes, fiesta de gran solemnidad con asistencia de
las Autoridades locales, aguinaldo de los niños entregado por las
Autoridades y Funcionarios”.
“Día 3 de Febrero, San
Blas, Misa con bendición de rollos, panes y piensos para los ganados y
Adoración de la Reliquia”.
“Día 5 de Febrero,
Santa Águeda. Costumbre tradicional de salir a pedir los niños y niñas de
ambas escuelas por todo el pueblo y por la tarde hacen una merienda en
presencia de sus Maestros y con el concurso de los mismos, llevando la
imagen consigo para su adoración”. Estas dos fiestas se corresponden a
otras paganas muy antiguas, tanto, que ya los celtas las celebraban. Se
trata de las dedicadas a Imbolc para exaltar el fuego y el agua
purificadora en mitad del invierno. En algunos lugares celebran la
Candelaria y en otros Santa Águeda. En Soria se dedica a esta última y a
veces encienden hogueras, que es lo único que puede rastrearse de aquellas
lejanas fiestas paganas.
“El 19 de Marzo San
José, fiesta grande con Misa y sermón pagado por los hermanos de la
cofradía, asisten las Autoridades”. Este día coincide con el equinoccio de
primavera, la Iglesia lo dedicó al padre putativo de Jesús.
“Mes de Abril o Marzo,
Semana Santa. El día 2 de Febrero se nombra públicamente en la Iglesia dos
mayordomas para salir todos los domingos de Cuaresma a pedir para el
Santísimo, las que encargar de ayudar a adornar el Monumento y cuidar del
alumbrado; el día de Jueves Santo se nombra una guardia especial compuesta
por los hermanos de la Exclavitud la que vigila y cuida de la normalidad
del Monumento; el día de Viernes Santo en el momento especial de la Misa
se descubre el Crucifijo y pasan a adorarlo las Autoridades Eclesiásticas,
Judiciales y Civiles”.
“Mes de Mayo, Flores a
la Santísima Virgen María cantadas por las niñas y persona devotas. En
este mismo mes se celebra la gran Fiesta de la Ascensión del Señor, con
exposición durante la Misa y la hora Santa que tiene lugar de doce a
una”. El día 1 de mayo comenzaba para los celtas la fiesta dedicada a
Beltaine, en la que se conmemoraba el comienzo del universo diurno y la
sacralización de la vegetación naciente. La Iglesia, siempre preocupada
por no dejar resquicio a nada que oliera a pagano, vio en la figura de la
Virgen la encarnación perfecta de la primavera y todas las flores que en
esa época brotan por doquier, serían entregadas a ella. Lo del mes de mayo
fue general, en el mundo rural y urbano, con su legión femenina de Hijas
de María guardando las costumbres y vigilando que nada fallara.
Entre mayo y junio se
celebraba el Corpus Christi, como en todo el orbe católico, la gran fiesta
en honor de la Eucaristía o la solemnidad del Cuerpo de Cristo, promovida
en el siglo XII por la beata Juliana de Montcornillon, y extendida por
Urbano IV, quien la fijó para el jueves siguiente a la octava de
Pentecostés. Santo Tomás de Aquino compuso casi todo el cuerpo del oficio.
En España comenzó en Barcelona y sería en Cataluña, en general, donde esta
festividad tuvo, y tiene, mayor pompa y relieve. En Almaluez se
solemnizaba así: “La gran fiesta del Corpus Christi con popular procesión
pública en cuyo trayecto se ponen altares donde descansa el Santísimo
figurando en ellos las cuatro urnas de la Sagrada Familia y el Niño
Jesús”.
El domingo siguiente
tenía lugar la fiesta mayor de Almaluez, llamada de la Exclavitud (sic)
“con Misa solemne de terno, procesión popular de la asistencia de las
Autoridades y desde tiempo inmemorial la costumbre de revestir trece
niños, uno de ángel y los restantes de blanco adornados con cintas y
pañuelo de seda en la cabeza, tanto durante la procesión como al empezar
los actos religiosos del día, estos niños van provistos de unas
castañuelas y en forma de danzantes ensalzan todos los actos del día, se
les llaman vulgarmente los bailantes de quinquirigota. También asisten a
todos los actos religiosos los invitados que pertenecen a la Hermandad, y
los dos días que dura la fiesta el Prior hermano invita a todas las
Autoridades, Funcionarios, Familiares, cofrades y quinquirigoteros a un
espléndido refresco”. Es la primera que encontramos la palabra
quinquirigota y de ella no se halla definición en los diccionarios
consultados, incluido el de Autoridades. Este baile ya no se practica, o
al menos no se hacía en el año 1996. En algunos lugares se vuelven a
practicar tradiciones que parecían irremediablemente perdidas.
“Mes de Julio. La
Virgen del Carmen y Santiago, fiestas de gran devoción, con comunión
general en la primera fiesta en la hermandad del Carmen”.
“Mes de agosto. Día 15
la Asunción de la Santísima Virgen, fiesta solemne. Día 16 San Roque, Misa
en la ermita de su nombre con sermón y por la tarde tiene lugar la rifa de
las ofrendas que el vecindario le hace al Santo con destino a su culto y
reparación del templo”. El mes de agosto ha sido trabajado a conciencia
por la Iglesia. El día 15 celebran fiestas patronales gran número de
pueblos y aldeas de la España rural. Y es que agosto, en la simbología
celta, es el mes dedicado a Lugnasad con carácter real y patriótico, el
dios que garantiza la paz y la abundancia. En otros pueblos se celebraba
con todo fasto la fiesta de la cosecha.
“Día 14 de Septiembre.
Fiesta del Santísimo Cristo de las Piedades, con hoguera la víspera en la
calle pública y Adoración de la reliquia, seguidamente de la hoguera”. No
olvidemos que hacia el 20 de septiembre tiene lugar el equinoccio de
otoño. Como vemos, en Almaluez se mantiene el rito pagano de la hoguera,
eso sí, seguido de adoración de la reliquia. En otros lugares se celebra
la fiesta de la vendimia, también pagana y asimismo cristianizada con
dedicaciones sobre todo a San Mateo.
“Mes de Octubre. La
Virgen del Rosario con procesión por la tarde cantando el Santo Rosario”.
“Mes de noviembre.
Fiesta de Todos los Santos y Ánimas con novena popular a la que asiste la
mayor parte del público”. En esta fiesta, como en las de agosto, también
se empleó la Iglesia. El día 1 de noviembre significaba el comienzo del
año celta, la comunicación entre los vivos y los muertos. Son las
festividades en que en toda Soria se oían las campanas durante toda la
noche y los ritos de ánimas de Tajueco.
“Mes de Diciembre. Día
8. La Purísima Concepción. Comunión general de las hijas de María y
personas devotas, con novena anterior a su fiesta”. Esta fiesta, desde la
bula Ineffabilis, del siglo XIX, ha sido guardada a nivel nacional.
“Fiestas de Navidad.
Todas ellas con adoración del Niño Jesús, y cantos alusivos al mismo
durante la Misa de gallo por las personas piadosas. Al día siguiente se
celebra la Pascua con gran solemnidad, asistiendo a la Santa Misa las
Autoridades locales”. Rito este de la natividad que otras religiones
conmemoran los nacimientos de otros dioses, como Mitra, y que coincide con
el solsticio de invierno.
Más o menos así era la
España de mediados del siglo XX, esa España que Bardem reflejó tan bien en
Calle Mayor. La omnipresente Iglesia dirigió los destinos de ella y
mantuvo a la gente adormilada, entre sonidos de palabras untuosas,
amenazas del Infierno y olor a incienso, con un líder crucificado,
apaleado y sangrante. No es extraño que algunos oficios de tinieblas
tuvieran que prohibirlos, las mujeres entraban en trance y los muchachos,
amparados por el ruido de las carracas, clavaban sus faldas a la madera
del suelo de la iglesia.
©
Isabel Goig
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