Bailes con cintas y Flores
"El Saludo" de Cidones, "Els Cercolets" de Tarragona, "Arcos" de La Rioja

 

El Ball de Cercolets (Santa Tecla 2000)Las flores han sido utilizadas para los bailes desde siempre. Algunos autores han querido ver en esta simbiosis flores-danza o baile, una reminiscencia de las fiestas saturnales, pero a nosotros nos parece que están relacionadas, sencillamente, con la primavera. Aunque sólo sea porque los romanos dedicaban a sus saturnales parte del mes de diciembre y no es esa época en la que abunden las flores. Además, todos los bailes con flores que se han conservado se practican durante la primavera y el verano. Finalmente, y sobre todo, resulta de sentido común pensar que el hombre aprovechara aquello que la naturaleza le brindaba para adornarse y adornar los instrumentos de esos bailes o danzas, tal vez al principio nada más que saltos que, con el tiempo, se irían convirtiendo en rituales más sofisticados. En Tarragona los bailes con elementos florales se encontraban ya ritualizados en el Imperio Romano y todavía perviven. Para otros folcloristas, uno de estos bailes, Los Cercolets o Arcos, representan la bóveda celeste para unos, y el simbolismo de la renovación periódica de la vida, para otros. Con el paso del tiempo, la Iglesia Católica vería en los perfumados y coloristas productos de la naturaleza ofrendas a los santos y las vírgenes, y se utilizarían sobre todo para la festividad del Corpus en forma de alfombras y arcos, para la recepción de obispos y, todavía, se siguen bailando en algunos lugares durante las fiestas patronales.

Gaiters d'o Baxo Galligo, Billanueba de GalligoAlgunos estudiosos distinguen claramente entre las danzas y los bailes. Para las primeras el danzante se acompañaría de objetos duros como las espadas y palos. En este grupo estarían las dances aragonesas, los ball de bastons catalanes, las danzas de San Leonardo, Casarejos y Los Llamosos; estos tres últimos se supone que llegan de otra danza más antigua en la que utilizarían espadas. Por otro lado estarían los bailes, que utilizarían pañuelos, arcos, fajas, etc. En estos últimos podríamos incluir el Ball de Cercolets, de Tarragona; "El Saludo" o "Baile de los Mimbres", de Cidones y los distintos trenzados como los de Vildé, Sotillo del Rincón, Santa Cruz de Yanguas y otros, todos ellos de la provincia de Soria. Otras prácticas, sin danzas, pero con flores, árboles y, sobre todo, practicadas en primavera y verano, sería la costumbre que mantuvieron en Baraona hasta fechas recientes de adornarse las muchachas con centáurea; las enramadas a las mozas por parte de los mozos –que todavía se siguen practicando en algunos lugares de Soria, como en Fuentearmegil el día de Santa Isabel-;o las pingadas de los mayos. No obstante en el repaso que hemos dado por las fiestas patronales de algunos lugares, hemos comprobado que muchas manifestaciones se dan juntas, en el día del patrón o patrona, como un todo, encadenando una manifestación con otra hasta forman un conjunto ritualizado.

Plaça de les Cols, 1986En el Ball de Cercolets, de Tarragona, se utilizan arcos, también llamados arquets de festa, adornados con flores, frutas y cintas. Cada danzante porta su arco y, todos juntos, forman figuras (campana, pera, una estrella…), a veces geométricas. Sobre esta figura y en el punto central se coloca el danzante más pequeño, llamado Capità Petit, que puede ser niño o niña, no así el Capità Gran, quien dirige y debe ser un varón. Este baile de Tarragona se halla muy bien documentado y en el año 2000 apareció un librito escrito por Montserrat Garrich y editado por el Ayuntamiento de la capital, donde se recoge desde el nacimiento hasta la feliz actualidad, pasando por las vicisitudes que hubieron de pasar para componer una música de la que carecían. En este libro se da cuenta de los momentos históricos en que se bailaba hasta llegar a formar parte del seguici popular de Santa Tecla. Fundamentalmente se danzaba para recibir a los distintos arzobispos. Desde 1577 hasta 1804, está documentado que se bailó trece veces para recibir a otros tantos arzobispos, una para recibir a Carlos III en 1706 y otra para recibir a Carlos IV en 1802. A partir de 1862 para las fiestas de Santa Tecla. Durante siglos se hizo cargo del baile el gremio de San Marcos, de zapateros, hasta que se ocupó de él el Ayuntamiento de Tarragona.

De la misma familia del Ball de Cercolets son los bailes que, con el nombre genérico de Arcos, se practican en La Rioja. José Antonio Quijera Pérez, en su estudio sobre danzas tradicionales de La Rioja, publicado en 1992, recoge estos bailes con "arcos ornamentados, que se sujetan con ambas manos" en Ojacastro, Ezcaray, Santo Domingo de La Calzada, San Asensio, Laguardia, Elciego, El Cortijo y Fuenmayor. Lugares todos (a excepción de Ojacastro, localidad situada en la Sierra de la Demanda) dedicados a la producción de vino, la misma actividad que mantiene la zona de Tarragona donde se bailan. Sólo en Fuenmayor al baile se le llama Los Cellos, en lugar de Arcos, y es debido al elemento que utilizan para su confección: los cellos de metal que envuelven a las cubas de vino. En Santo Domingo de la Calzada utilizan la madera de avellano para su confección.

El baile del CordónOtros bailes que podrían incluirse en el grupo del que hablamos son los trenzados, pero sin cercos o arcos, como los de Santa Cruz de Yanguas, Vildé y Sotillo del Rincón, que la soriana Carmen de la Mata los tiene estudiados. Son un a modo de rústico minué que se baila alrededor de un palo del cual salen cintas. Cada danzante sujeta la suya al ritmo de la música, tejen un trenzado y destejen. Se danzaban con motivo de la romería a la Virgen de la Blanca, en Cabrejas del Pinar, ante cuya imagen bailaban y con motivo de las fiestas patronales en Sotillo del Rincón.

Estos mismos bailes son llamados, en La Rioja, Árbol. Quijera Pérez ha recogido esta manifestación popular en Cuzcurrita, Pradoluengo, Ojacastro, Santo Domingo de la Calzada, Elciego, Cenicero, Fuenmayor, Santa Coloma, Ortigosa, Nieva, Laguna de Cameros, San Asensio, Villabuena y Laguardia. Con el nombre de Árbol de cintas en Treviana, como Palo de las cintas, en Villar de Torre, y con el nombre de Enredada, en Briones. Los danzantes –él los llama siempre así porque estos bailes se practican a la vez que otros, entre ellos danzas del paloteo- en general son ocho y otras tantas las cintas que cuelgan del palo central, mástil o mayo, el cual ha de tener, como mínimo, tres metros. En Laguna de Cameros se bailaban tres variaciones de árboles, en el atrio de la iglesia y con motivo de las fiestas de Santiago. En Villalba de Rioja y para la festividad de la Virgen de los Remedios, al acabar el baile del Árbol, los espectadores echaban dinero a los danzantes, que era recaudado por el cachibirrio, para preparar con él una comida comunitaria.

Diremos algo de la figura del cachibirrio o cachiburrio, semejante al zarragón soriano. Esta figura está definida por Martínez Laseca y para el zarragón soriano, como "estrafalaria figura, vestida grotescamente con rabo de toro por centro o zurriago y cuya misión es la de gracioso o bufón, ofrecía las danzas a los señores, alejaba a los chicos, etc., despertando la hilaridad del público". Los riojanos le tienen mayor respeto a este personaje, ya que, el cachibirrio o cachiburrio es el mayor de los danzantes, a la vez el maestro de las danzas, el que mantiene el orden en cuanto a horarios, vestuario, y también, durante el baile, a fin de que los espectadores no molesten, además de administrar el dinero, atendiendo a los gastos. En cuanto a la vestimenta de estos personajes, cambia según el lugar y la danza o baile a representar. Casi todos los vistos calzan alpargatas blancas, portan gorros cónicos, vestidos muy coloristas y vistosos y cascabeles; unos portan en la mano bastones adornados con cintas, o colas de caballo, rabos de toro, etc.

El "Saludo de Cidones", aunque más popularmente conocido como el "Baile de los mimbres" (debido al material con que están confeccionados los arcos) es un baile que integra los cercolets o arcos con el trenzado o cordón. Se baile con aros de mimbre trenzado y adornado con cintas de distintos colores. Se danza alrededor de un palo sujeto por una persona ajena al baile y alrededor de él los danzantes van formando, con las cintas que cuelgan del mástil, trenzados. Lo hacen al son de gaita y tamboril, al compás de 2/4 y al ritmo de "alegretto". El número de danzantes depende, pero siempre par y entre 8 y 16. Se baila en Cidones y pueblos colindantes el día de la fiesta de la cuadrilla de mozos en el atrio de la iglesia y también durante la procesión, delante de la imagen. El traje utilizado era el de piñorra, típico de la provincia de Soria, con sayas y pañuelo bordado atado en el pecho. Ignoran los más viejos la antigüedad, pero aseguran que lo bailaban sus antepasados. Carmen de la Mata, quien durante diecinueve años se hizo cargo de la Escuela de Danzas de Soria, recogió en su momento todas las danzas de la provincia y se espera en Soria la publicación de un libro que más luz al folclore soriano.

Foto cedida por Carmen de la MataEstos bailes, así como las pingadas del mayo en algunos pueblos de Soria, se ofrecían a los ilustres visitantes, sobre todo las pastorales del "señor obispo". Paralelamente en actividades llevadas a cabo por la Sección Femenina y, con Carmen de la Mata al frente, en festividades o certámenes. En los pueblos sorianos se ha perdido la costumbre a la vez que se perdía la población. Salvo raras excepciones, como en Sotillo del Rincón o Alconaba, donde el año pasado invitaron a los danzantes de Los Llamosos con motivo de sus fiestas patronales, puede decirse que en Soria todos los bailes se hallan en trance de perderse. En otros lugares, en cambio, como La Rioja y Burgos, se mantienen algo más, aunque también se han perdido muchos. En Tarragona, Els Cercolets está en pleno auge, formando parte del seguici popular de Santa Tecla, en la capital.

Sin lugar a dudas estas manifestaciones folclóricas fueron llevadas a Suramérica en algún momento de los distintos y variados trasiegos conquistadores. Recientemente hemos visionado una cinta sobre Méjico donde aparece parte de la actuación del Ballet Folclórico Nacional. Una de las danzas es un trenzado. Los bailarines, diez parejas, vestidos de blanco y rojo y con un pañuelo rojo en la mano trenzan alrededor de un palo. Del Estado de Chiapas llevan en el repertorio una danza de espadas con zarragón en el papel de lobo. Y de Veracruz muestran a los "Pájaros voladores", unos hombres que, sobre un palo iluminado –un mayo- dedican el rito al dios sol y a la primavera, antes de dejarse caer con la cabeza hacia abajo, atados por la cintura.

© Isabel Goig, Israel Lahoz y Pilar Dorante
(del libro Una mirada sobre el Tarragonès)


Una mirada sobre el Tarragonés
Una mirada sobre el Tarragonés

El Grupo de Danzas "Aires de La Rioja" tiene en su Repertorio la Danza de Arcos de Ezcaray
El Ball de Cercolets en L'Esbart Santa Tecla (Tarragona)
El Ball de Cercolets en Reus (Tarragona)

 

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