Editorial
Cuando se
camina por los distintos pueblos de esta tierra llamada España con
los ojos bien abiertos y el entendimiento presto y estimulado, se va
comprobando lo próximos que todos estamos, dentro de la diversidad
con que cada comunidad envuelve a sus ritos y a sus costumbres.
Situados aquí y ahora desde un tronco común lejano y solo
cognoscible por los descubrimientos arqueológicos, hemos de
conformarnos con indagar en el costumbrario conservado por las
generaciones que nos han precedido y confiar en que nuestros
antepasados hayan sido juiciosos y hayan disfrazado sólo lo
imprescindible aquello que debían legarnos.
Pero es que la
transmisión de costumbres es más sencilla y cercana de lo que a veces se
cree. En contra de lo lejano que se nos presentan veinte siglos, por
ejemplo, si nos detenemos a pensar en el enlace generacional, en
realidad se podría engarzar la cadena con diez grandes eslabones y,
dentro de ellos, varias generaciones representadas por eslabones
más pequeños. O sea, que muchos hemos conocido a nuestra bisabuela
y a la vez tendremos bisnietos y esa información se va a mantener
viva, de primera mano, en seis generaciones.
En Soria se sigue
consumiendo mucho el repollo, también llamado grumo, algo que se ha
demostrado comían los numantinos, o sea que este hábito se ha
mantenido sin interrupción. La capa de los pastores es idéntica a
la de sesenta generaciones atrás. Otro tanto cabría decir del
calzado, de los pucheros que se siguen manufacturando en Tajueco, de
la costumbre de echar al café un carbón encendido y tántas cosas
que se han transmitido, inalterables, de unos a otros.
Por otro
lado sabemos que hasta que determinadas costumbres y ritos se
asentaron y llegaron a ser considerados como propios, en la
movilidad étnica y cultural que fue la España de los primeros
siglos, intervinieron en esa construcción pueblos distintos y cada
uno aportó sus saberes y sus conocimientos. En general lo hicieron
por igual en todos los lugares introduciéndose ya fuera por los
ríos, ya por el mar, y ese poso pervive en lugares lejanos y
dispares.
Después, la trashumancia y la carretería acabarían
acercando esas costumbres y así es posible saber que los niños de
Extremadura se divierten practicando los mismos juegos que los de
Soria, unos juegos –por ejemplo la rayuela- que ya los romanos
habían introducido enseñando a los niños a practicarlo sobre las
losas de sus calzadas.
En casi
todos los pueblos visitados hay un hilo conductor capaz de enlazar
los ritos de unos y otros lugares.
Las danzas de palos –balls de
bastons en Catalunya- en San Leonardo de Yagüe y Casarejos se
practican en el interior de la iglesia vestidos de una manera
determinada; en Euskalherría el atavío es distinto y el lugar
también; en Catalunya forma parte de otros ritos; en los pueblos
que bordean la Sierra de la Demanda los trajes son muy vistosos e,
incluso, algunos danzantes lo hacen con falda, pero todos están
relacionados con la fertilidad de la tierra. Las leyendas surgidas a
raíz de la larga Reconquista enlazan pueblos tan distantes como
Ourense, San Pedro Manrique, Vila-seca de Solcina y Bagà. Tal vez
sea la gastronomía y la artesanía las manifestaciones más
originales de cada comarca natural al estar basada en la materia
prima de la zona.
Es por
estas relaciones que hemos ido encontrando en nuestros viajes por lo
que pretendemos salir de los límites provinciales y dar a conocer
(enlazándolos, viendo el parentesco) otros ritos, otros usos, otras
costumbres. Ir conociendo más y mejor otras culturas cercanas a fin
de enriquecernos y comprender a las gentes hermanas, la esencia de
unas formas de vida telúrica lejana pero similar.
Viajaremos
alertas y trataremos de ver más allá en la mulassa, ells
balls parlats, las calderetas, el romesco, el follet, la
tradición brujeril de Altafulla y sus relaciones con las brujas
vascas, el ball de Sant Esteve y las móndidas, las
relaciones entre la sardana y la rueda soriana, el rapto en la
romería jienense de la virgen de la Cabeza, la veneración de esta
virgen en algunos lugares de Soria y cómo llegó hasta Bliecos, las
curaciones con remedios naturales en unos y otros lugares...
Y, en
fin, todo aquello que vayamos encontrando en nuestros viajes y lo
que tengáis a bien enviarnos de vuestros estudios y experiencias...
Contamos con vuestra COLABORACIÓN!!
© Isabel y Luisa
Goig
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